11/03/2019 | Texto de Miguel Ángel Blázquez Yubero en Defensa y seguridad |
Zaragoza, 8 de marzo de 2019. La mañana es soleada en la Base Aérea de Zaragoza, algunos cúmulos decoran el azul intenso del cielo invernal. En la plataforma del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) un T.23 del Ala 31 espera con la rampa abierta. El programa A400 en el Ejército del Aire sigue avanzando y las capacidades de la aeronave se van integrando sin pausa en el operativo diario de la fuerza aérea española. La presencia de personal del Centro Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX) no es casualidad, hoy es una jornada especial en la historia del T.23 en España.
En el hangar de cargas del EADA la actividad es frenética. Mientras la sección de automóviles está alineando varios URO VAMTAC (Vehículo de Alta Movilidad Táctico) tras la rampa del avión, un grupo de 35 paracaidistas están ultimando la preparación sus equipos. El día de hoy presenciará el primer sato paracaidista en la historia del A400 en España. Los saltos serán en modalidad de apertura manual, por encima de los 10.000 pies siempre y cuando el techo de nubes en la Zona de Salto (DZ, Drop Zone) lo permita. Los 35 elegidos atesoran un buen número de saltos a sus espaldas, oficiales, suboficiales y tropa experimentados, hoy no hay sitio para los recién llegados a la unidad.
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