Lleva días alardeando de las capacidades de esta arma adquirida a Rusia. Estados Unidos la percibe como la mayor amenaza militar de Venezuela
photo_cameraLanzamisiles Igla-S ruso.
Si hay algo que intranquiliza a la inteligencia militar ante un hipotético conflicto civil armado en Venezuela es la presencia en el escenario de miles de misiles antiaéreos Igla-S de fabricación rusa.
El arsenal de estos misiles, que llevan ya diez años en manos del ejército venezolano y que sigue creciendo, se estima -según algunas informaciones- en alrededor de 5.000 unidades. El gobierno de Maduro eleva sus números por encima de las 10.000 unidades.
En los últimos días, Nicolás Maduro ha alardeado de estossistemas de misiles en sus perfiles de redes sociales. Lo ha hecho coincidiendo con su visita a la zona donde se desarrollan los ‘Ejercicios Militares Bicentenario de Angostura 2019’, unas maniobras entre las fuerzas armadas venezolanas y civiles encuadrados en las llamadas Milicias Bolivarianas.
Maduro ha publicado varios vídeos referentes a los Igla-S. En uno de ellos, una militar le explica el funcionamiento y capacidades de estos misiles. El líder bolivariano incluso coge el lanzador:
Tras presenciar un ejercicio de tiro real con estos misiles, Maduro se dirige a una unidad antiaérea para arengarles. Ellos le obsequian con un recuerdo, “el primer misil lanzado por un miliciano entrenado en revolución como testimonio de la unión cívico-militar”. Es decir, con el primer Igla-S lanzado por un civil de los cientos que se están adiestrando estos días en Venezuela.
Además, Maduro admite que próximamente el país recibirá “miles y miles y miles” de estos sistemas antiaéreos desde Rusia, y que su destino serán las “manos del pueblo armado” para “hacer de nuestras ciudades, pueblos, lugares inexpugnables por aire, porque por tierra no se pueden meter”.
Un arma letal y preocupante
ECD ha podido saber, por fuentes militares, que este tipo de sistemas es posiblemente el más preocupante de todos los que tiene Venezuela por sus implicaciones. Y es que estos sistemas, denominados genéricamente MANPADS (sistema de defensa aérea portátil), tiene una gran eficacia a la hora de usarse contra aeronaves civiles y, en menor medida, militares.
Estados Unidos lleva años mostrando su preocupación por la presencia de estos Igla-S entre el arsenal venezolano, ya que podrían acabar en las manos equivocadas. Como por ejemplo, en manos de las FARC u otra guerrilla revolucionaria de centroamerica. E incluso en posesión de carteles de la droga en México.
Los Igla-S, de fabricación rusa, tiene un peso total de 17 kilogramos y un alcance que ronda los 6 kilómetros. Puede abatir aeronaves a alturas de más de 3 kilómetros. La Federation of American Scientists, una organización que analiza potenciales grandes amenazas para la seguridad, ha señalado en un informe la preocupación que existe por la proliferación de este tipo de sistemas. Se estima que en el mundo hay en estos momentos cerca de medio millón de estas armas.
Vea en este vídeo cómo milicianos kurdos derriban en el norte de Irak un helicóptero ‘Cobra’ turco con uno de estos misiles -una versión anterior a la que opera Venezuela-:
https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/defensa/asi-es-igla-s-lanzamisiles-maduro-armando-civiles-derribar-aviones/20190211183659121575.html
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