martes, 4 de abril de 2017

El submarino S80 de Navantia multiplica por cinco su precio



Foto: Archivo


El programa militar para el desarrollo y la construcción por parte de Navantia de cuatro submarinos S80 ha sufrido un gran incremento en su coste y retrasos en las entregas tras los problemas que ha tenido que afrontar la compañía al enfrentarse en solitario, sin un socio tecnológico, al diseño y fabricación de la nave. El Ministerio de Defensa español adquirió en 2004 cuatro submarinos con un precio inicial de 1.755 millones y cuya fecha de entrega para el primero de ellos se fijó en 2011. Ahora, y 13 años después, solo el coste del primer S80 asciende a 2.135 millones de euros, y la fecha de entrega prevista para el mismo se establece en 2021, es decir, diez años más tarde de lo que marcaba el calendario inicial.



El secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, aseguró el pasado jueves en el Congreso de los Diputados, que finalizar la construcción del resto de la serie, es decir, de las otras tres naves, exige aumentar el techo del programa en una cantidad aún no acordada entre Navantia y el Ministerio de Defensa. Según Conde, la entrega del resto de la serie está siendo analizada por el Ministerio y el astillero y, probablemente, tenga lugar entre los años 2023 y 2026, o incluso, auguró, el último llegue a mediados de 2028.

El programa S80 es uno de los 22 Planes Especiales de Armamento (PEA) que España suscribió en la década de los noventa para modernizar las Fuerzas Armadas españolas con, entre otros planes, aviones, buques, helicópteros, carros de combate o misiles.
Retrasos

A lo largo del desarrollo del programa se han producido cuatro retrasos, desde el año 2005 hasta la actualidad, a consecuencia de la no consecución de determinados hitos en el proceso constructivo del submarino. Uno de los más sonados fue el de 2012, cuando Navantia detectó un exceso de peso en la nave de hasta 125 toneladas, siendo necesario acometer un nuevo diseño del submarino con un incremento de eslora de 10 metros.

Por su parte, el sistema AIP (Plataforma Independiente de la Atmósfera, por sus siglas en inglés), que permitiría al submarino permanecer entre 15 y 20 días sin salir a la superficie, también es otro de los grandes retos del programa. "Concluir con éxito este desarrollo le dará unas capacidades muy superiores a otros submarinos de nuestro entorno y a nuestra industria un papel de liderazgo en el sector", explicó Conde.

Navantia celebró en julio de 2016 la Revisión Crítica del Proyecto (CDR) con el apoyo técnico de Electric Boat, el mayor fabricante mundial de submarinos, cuya aprobación supone la confirmación de que el programa es viable y lo situaría en el inicio de la fase de preparación para la construcción, según informó el secretario de Estado de Defensa. La próxima revisión para la integración de sistemas está prevista para finales de este año.

Navantia también construye, dentro de los PEA, las fragatas F-110 y los Buques de Acción Marítima (BAM). El compromiso de gasto de Defensa con la compañía, que pertenece a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), ha ascendido a 7.200 millones de euros en los últimos años. Gracias a estos planes, el astillero ha conseguido contratos por 4.700 millones con países como Australia, Noruega, Chile o Turquía.
La compañía entregará dos BAM en 2018

Navantia, que fabrica para la Armada los Buques de Acción Marítima conocidos por sus siglas BAM, entregará en 2018 las dos últimas naves de las seis que adquirió el Ministerio de Defensa. Estos dos últimos buques, bautizados 'Feroz' y 'Audaz', se compraron en 2014 por un coste de 333,4 millones de euros.

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