Según la agencia de noticias Reuters, la CIA congeló toda ayuda a los «rebeldes sirios», aunque sean atacados por los «yihadistas» [1].
Hasta ahora, los miembros de la OTAN establecían una diferencia entre los «rebeldes» y los «yihadistas», a veces hablaban de «moderados» y «extremistas».
En realidad, los «rebeldes moderados» nunca fueron menos violentos que los «yihadistas extremistas». Por ejemplo, en un video de propaganda, un comandante del llamado Ejército Sirio Libre –supuestamente «moderado»– abrió el cuerpo de un soldado sirio para comerse su corazón e hígado mientras amenazaba a todos los sirios alauitas con hacerles lo mismo.
La distinción semántica que aplicaban los atlantistas venía de un documento del MI6, documento anterior a la crisis siria, en el que los servicios secretos británicos observaban que las poblaciones del Medio Oriente ampliado son todas antiimperialistas. Sin embargo, para reinstaurar la colonización, a Occidente le conviene utilizar grupos «moderadamente» antiimperialistas y combatir a los más «extremistas», con los que sería imposible garantizar el control de la región.
El objetivo proclamado del nuevo presidente estadounidense Donald Trump es acabar con todos los yihadistas, sin distinción de etiquetas que los cataloguen como «extremistas» o «moderados».
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