Misiles S-400, artillería pesada, bombardeos navales, desembarcos anfibios, paracaidistas…
España es el país que lidera todo este 2016 la nueva Fuerza Conjunta de Alta Disponibilidad de la OTAN. Y como tal, efectivos españoles serían unos de los primeros en llegar a una zona de conflicto bélico. Una circunstancia por la que entre mandos de las Fuerzas Armadas no han pasado desapercibidas las imágenes de las últimas maniobras militares de Rusia: Moscú desplegó en Crimea una amplia muestra de toda su potencia de fuego.
Lanzamiento de misiles desde el sistema de defensa aérea S-400 durante las maniobras rusas 'Caucasus 2016'.
Asombrados por el despliegue ruso. Así dicen estar algunos militares españoles tras ver algunas de las imágenes del ejercicio ‘Caucasus 2016’, llevado a cabo por las fuerzas armadas rusas hace apenas diez días en el polígono militar de Opuc,en la península de Crimea.
El territorio autónomo, sobre el que aún pesa la reivindicación del gobierno de Ucrania tras su anexión por parte de Rusia en 2014, fue el escenario elegido por el Ministerio de Defensa ruso para estas maniobras en las que, según datos del propio departamento, se vieron involucrados directamente más de 120.000 personas. Sin embargo, otras estimaciones rebajan a 12.500 los efectivos militares que participaron sobre el terreno.
Desembarcos anfíbios, bombardeos, paracaidistas…
En las imágenes, difundidas por el propio ministerio de defensa ruso, se pueden ver numerosos ejercicios de desembarco anfibio acompañado de bombardeos navales desde fragatas, así como el despliegue de corbetas, lanchas y dragaminas.
En las maniobras se ponía en práctica la defensa de un territorio tras un intento de invasión por parte de un enemigo, al que las fuerzas de tierra –carros de combate, vehículos blindados, artillería pesada, infantería, equipos de operaciones especiales y paracaidistas, apoyados por cazas y helicópteros- debían cercar y eliminar.
Pruebas con misiles S-400
Uno de los sistemas de armas que más han captado la atención de los militares de la OTAN ha sido, sin duda, los misiles S-400 Triunf de defensa aérea. Se trata de un proyecto concebido en los años 90 como respuesta a cualquier tipo de amenaza aérea sobre el territorio ruso.
Este sistema, formado por lanzadores de misiles antiéreos guiados, radares de detección y antenas permite detectar, monitorizar y eliminar hasta 300 blancos aéreos. El puesto de mando es capaz de identificar automáticamente el misil adecuado -entre tres posibles - para cada amenaza –de ahí que se le considere un ‘escudo antimisiles multicapa’-
Puede estar operativo en cinco minutos y es capaz de derribar cualquier objeto que vuele entre los 10 metros y los 27 kilómetros de altura en un radio de 400 kilómetros. Desde misiles de crucero, balísticos de medio alcance,bombarderos B-52 o cazas furtivos como el F-117 estadounidense.
Derribo de un Su-24 ruso por Turquía
Hace menos de un año que este sistema de defensa copó portadas por su despliegue en territorio Sirio –en la base de Latakia - por parte de Rusia. Fue una de las respuestas de Moscú al derribo de un Su-24 que volaba sobre la línea fronteriza con Turquía.
Su despliegue encendió las alarmas en el Pentágono e Israel, que llegaron a admitir su temor al inicio de una escalada bélica en Oriente Medio. Israel, coincidiendo con la llegada de los S-400 a Siria, inició las pruebas de sus modernos misiles de defensa ‘Barak 8’.
Cabe recordar, además, que Estados Unidos desplegó en julio en la zona del Mar Negro un contingente de cerca de 3.000 efectivos y 25 buques para unas maniobras conjuntas con Ucrania que incomodaron al Kremlin. En círculos militares se asume que las ‘Caucasus 2016’ son la respuesta de Moscú a aquellos ejercicios.
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