Fallujah, a escasos 65 kilómetros de a capital iraquí, Bagdad, es el principal bastión del grupo sunnita y la primera ciudad que cayó bajo su poder en 2014, poco antes de que el EI declarara un "califato" el los territorios que controla a ambos lados de la frontera entre Siria e Irak.
El objetivo del Ejército y de las milicias chiítas es liberar por completo a Al Saqlauiya, donde el miércoles los soldados tomaron el control de un barrio y de un importante puente sobre el río Éufrates, de vital importancia estratégica, dijeron las mismas fuentes, citadas por la agencia de noticias EFE.
Por su parte, la milicia chiíta progubernamental Multitud Popular informó que unos 2.000 combatientes del EI se han replegado hacia el centro de la ciudad, elevando la tensión en el bastión del grupo sunnita en el que miles de civiles sufren el doble acoso militar de las fuerzas gubernamentales y los yihadistas.
El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, aludiendo a que los extremistas se protegen usando a civiles como "escudo humano", elogió los "esfuerzos" realizados durante los combates "para proteger a los civiles", en una visita que hizo el miércoles a la sala de operaciones desde la que supervisa la operación militar.
El premier, no obstante, se mantuvo firme en su decisión de seguir avanzando.
Según los últimos datos de la ONU, unos 50.000 civiles -entre ellos 20.000 menores- permanecen en la ciudad pese a la escasez de alimentos, agua potable, medicamentos y energía eléctrica.
Un residente de Fallujah que logró escapar días atrás relató a EFE que "las condiciones de vida son muy difíciles por la intensificación de los bombardeos" desde el comienzo de la ofensiva impulsada por el gobierno de Al Abadi.
Pero no es fácil para los residentes escapar de la ciudad, según dijo el miércoles la representante del organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) en Irak, Caroline Gluck, quien explicó que debido a los combates, el EI les está impidiendo marcharse para usarlos como "escudos humanos".
"Las familias están saliendo, poco a poco. Las autoridades iraquíes han establecido un número de emergencia para ayudar a los que quieren marcharse, pero no todos disponen de un teléfono o pueden tomar la decisión de salir", añadió Gluck.
Además, expresó su preocupación por la falta de medicamentos y suministros médicos que tornan dramática la situación de los hospitales y elevan el temor de los civiles que, en caso de resultar heridos por el fuego cruzado, no podrían recibir asistencia médica ni ser evacuados.
En su último informe, la ONU advirtió que la población sufre una escasez "masiva" de alimentos ya que desde que en 2014 el EI tomó el control de Fallujah, ninguna agencia internacional ha podido ingresar ayuda humanitaria.
Además, la falta de electricidad no permite utilizar los potabilizadores de agua y obliga a la gente a tomar agua que no es apta para el consumo y podría disparar enfermedades como el cólera, alertó la ONU.
Sin embargo, el gobierno sigue decidido a mantener el sitio a la ciudad, considerada el bastión del grupo extremista y desde donde se planearon los últimos atentados con coche bomba en Irak, que dejaron un saldo de casi 100 muertos y más de 150 heridos en los suburbios chiítas de Bagdad.
El ministro de Defensa iraquí, Jaled al Obaidi, aseguró en un video publicado este jueves en su página web que las batallas contra las fuerzas gubernamentales están "desgastando" al EI y que se está "muriendo".
"El Estado Islámico está asediado en Fallujah y está ejerciendo presión en otros lugares sobre nuestras fuerzas, pero está sufriendo grandes pérdidas", aseguró Al Obaidi, quien no obstante, reconoció que el grupo "esta bien posicionado y preparado" para cualquier ofensiva gubernamental.
La operación para liberar Fallujah comenzó el 23 de mayo pasado con una ofensiva en la que los militares han ido estrechando el cerco a la ciudad aunque aún no han logrado penetrar debido a la presencia de los civiles.
Fallujah, de mayoría sunnita, fue el epicentro de la rebelión contra el gobierno central chiita en 2012, cuando la expulsión de la minoría sunnita del gobierno y la represión gubernamental impulsaron el surgimiento de grupos insurgentes y la formación de alianzas con el EI, que tomó Fallujah antes de declarar el califato.
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