Hinkley Point, donde se construirá la nueva central. EDF gestiona toda la energía nuclear de Reino Unido. BLOOMBERG
La futura central nuclear de Hinkley Point C, en el oeste de Reino Unido, se había enfrentado ya a las críticas de los ecologistas, a los cálculos que ponen en serias dudas su rentabilidad para el contribuyente británico y a las dudas sobre la tecnología que la alimentará y que todavía no se ha probado en ninguna parte del mundo. Y ahora llega un nuevo obstáculo: la empresa pública francesa que debe construirla no sabe si tiene financiación y espera que París cubra la parte que le falta.
Según Francia ni siquiera el precio para 35 años de explotación comprometido por Londres, que con 92,5 libras por megawatio duplica holgadamente lo que actualmente se paga en el mercado británico, parece suficientemente atractivo como para justificar el desembolso acelerado de 23.000 millones de euros, que es lo que se calcula que va a costar la puesta en marcha de este gigante nuclear.
Por eso, y porque en el superpoblado panorama nuclear de Francia la eléctrica gala ya estaba teniendo problemas para encontrar los 55.000 millones que necesita para rejuvenecer el vetusto parque de reactores, EDF reconocía públicamente la pasada semana que se va a dar un tiempo para volver a echar cuentas.
Las dificultades de financiación se llevaron por delante al director financiero de la eléctrica pública hace unas semanas, y son también la causa de que EDF aceptase el pasado mes de octubre que China respaldase al menos un tercio del proyecto. Pero tampoco ese acuerdo intercontinental parece haber servido para calmar al consejo de administración de EDF, que ha reconocido abiertamente que para seguir adelante necesitará que los contribuyentes franceses financien su aventura británica.
Saltan chispas
Sin dar aún una respuesta clara el Gobierno de Francia -que posee el 84,5% de las acciones de EDF y gestiona a través de ella los ocho reactores nucleares que hay en Reino Unido- ha saltado a la palestra para recordar que sus cálculos a 60 años arrojan un retorno del 9%, y ha lanzado un mensaje moderadamente optimista.
El optimismo sin embargo no será suficiente para desbloquear un proyecto que parece haber nacido estrellado, replicando el camino seguido por la central finlandesa de Olkiluoto 3, que usa la misma tecnología que Hinley Point C pero que contará con la mitad de su potencia.
Las obras en Olkiluoto 3 comenzaron en 2005, y se esperaba que concluyesen en 2009 tras una inversión de 3.700 millones de euros. Las últimas estimaciones indican que no se inaugurará antes de 2018, y que no costará menos de 8.000 millones de euros (más del doble de lo presupuestado inicialmente).
Todo parece indicar, pues, que París está reclamando -una vez más- a Londres que aumente el presupuesto o mejore las condiciones de financiación de la polémica planta de Hinley Point C si quiere contar con su flamante central nuclear de última generación en 2025.
La fecha, que alarga en 8 años la ofrecida inicialmente al Gobierno de Londres, funciona como una especie de límite para ambas partes. En ese momento Reino Unido habrá apagado todas y cada una de sus centrales térmicas alimentadas con carbón y necesitará que la inestable energía atómica respalde a las renovables (darán el 35% de la potencia necesitada) cuando el sol o el viento flaqueen.
Londres seguirá adelante con o sin EDF
Hinkley Point C es importante porque produciría por sí sola el 7% de la demanda total, así que si no está conectada en la fecha deseada Reino Unido podría encontrarse con problemas para seguir adelante con sus planes para desechar el carbón, o con un margen de seguridad para suministrar electricidad a sus ciudadanos demasiado estrecho.
El Gobierno británico ha entrado al juego de los franceses y por el momento se niega a pestañear.
Incluso si EDF renunciase al proyecto (que, como se ha dicho, es notorio por su rentabilidad para la empresa y por su coste para los clientes británicos), Reino Unido dispone de capacidad de reacción suficiente: "no habrá un agujero negro en 2025", señala el secretario de Energía Andy Rudd, que recuerda que el país aún dispondrá entonces de capacidad sobrante, y que hay tiempo aún para desplegar una red de pequeños reactores que sustituyan a la gigantesca central.
"Hinkley es la primera parte de nuestro programa nuclear", advierte, "pero no es la única".
http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/7448814/03/16/Guerra-nuclear-entre-Reino-Unido-y-Francia-por-la-ruinosa-central-de-Hinkley-Point.html
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