martes, 1 de marzo de 2016

Europa vigila por tierra y mar a Libia

Un militar español revisa las imágenes tomadas desde el avión de vigilancia que sobrevuela la costa libia. M. B.




El despliegue militar se justifica para en teoría localizar traficantes de personas y evitar la muerte de inmigrantes
MÒNICA BERNABÉ
Enviada especial
Base militar de Sigonella (Italia)

01/03/2016 02:19

Un militar español inspecciona en un ordenador portátil una fotografía de una lancha en la que viajan varios hombres con capuchas negras. Amplía la imagen al máximo hasta que aprecia que en las camisetas de los individuos se puede leer la palabra "policía". No son terroristas, sino agentes libios.

Aviones de vigilancia de la misión europea Sophia, que se puso en marcha en junio para en teoría frenar el negocio de los traficantes de personas y evitar la muerte de inmigrantes en el canal de Sicilia, sobrevuelan cada día el Mediterráneo, a pocas millas de la costa libia.


"Nuestro objetivo es localizar a las mafias que se enriquecen con los inmigrantes y acabar con el problema de raíz", asegura el comandante Álvaro Álvarez, jefe de la tripulación de uno de esos aviones, el español D4 VIGMA. En la operación, en la que contribuyen 22 países, también participa una aeronave de Luxemburgo, y de forma puntual un Falcon 50 francés.

El capitán español Francisco Carrillo detalla la misión: "Salimos hacia la una o las dos de la madrugada, y sobrevolamos la zona durante unas ocho horas a unos mil o dos mil metros de altura". El avión español cuenta con un radar, una cámara de visión nocturna, y una tripulación de once personas, entre las que hay dos fotógrafos que toman imágenes en pleno vuelo.Un militar español toma fotos desde el avión de vigilancia que sobrevuela la costa libia. M. B.

"Identificamos todo lo que queda a nuestra vista. Después pasamos toda esa información al centro de inteligencia, que confecciona una base de datos", sigue relatando el capitán, que pone algunos ejemplos: "Podemos saber si una embarcación es realmente o no un pesquero. O realizamos identificaciones aleatorias de mercantes y comprobamos que el nombre que lucen en su popa coincida con el de su AIS". Es decir, con el radar o sistema de identificación automática del barco.

¿Pero tal despliegue de recursos militares para sólo localizar traficantes de personas? El teniente coronel Alberto Lens, responsable del destacamento español Grappa, con sede en la base militar de Sigonella, en Sicilia, a pocos kilómetros de Catania, subraya que también podrían detectar una eventual "amenaza terrorista" con estos aviones de vigilancia.

Asimismo, reconoce que pueden "ver perfectamente la costa libia" desde las aeronaves. "Pero no hemos venido aquí para eso, ni quiero que se nos mal interprete", aclara. "La operación Sophia no pretende intervenir dentro de Libia, si no hay una petición expresa del Gobierno libio en ese sentido", remarca.
Pocas detenciones

Sin embargo, detener a los traficantes desde el aire es imposible, y en el mar, también. Los barcos y las aeronaves de la operación Sophia sólo pueden operar en aguas internacionales, y los traficantes evitan salir de aguas libias, es decir, ir más allá de catorce millas de la costa. De hecho, desde el inicio de la misión en junio, los efectivos europeos sólo han arrestado a 46 traficantes, y todos viajaban en pateras, camuflados entre los inmigrantes.

"Según nuestra experiencia, los aviones no localizan a los inmigrantes, sino son los propios refugiados quienes piden socorro. Llevan un teléfono satélite y llaman al Centro de Coordinación de Roma para que los rescaten", aseguran fuentes de Médicos sin Fronteras (MSF), organización que entre mayo y diciembre pasados salvó a 23.747 inmigrantes en el canal de Sicilia. Para ello, sólo contó con 45 profesionales y tres embarcaciones de entre 40 y 68 metros de eslora.

Sin embargo, la operación Sophia dispone de seis barcos -uno de ellos, el portaviones italiano Cavour, de 244 metros de eslora-, siete aeronaves, y 1.400 militares. A pesar de ello, en seis meses ha rescatado 9.000 inmigrantes, muchos menos que MSF.

"Nuestra finalidad es frenar el negocio de los traficantes, detenerlos, y destruir y sacar de la circulación las embarcaciones que utilizan. Eso no lo hace una ONG", aclara el comandante de la fuerza de la operación, el almirante italiano Andrea Gueglio, que destaca que en la misión se deben tener en cuenta otras estadísticas. Por ejemplo, que han hundido o confiscado 76 pateras, muchas de madera, y ahora los traficantes deben recurrir a lanchas hinchables.

El experto Davide Tabarelli, presidente de la sociedad independiente de investigación NE Nomisma Energia, recuerda que "Libia es el país de África con mayores reservas de petróleo, incluso por delante de Nigeria". Y que un gasoducto, gestionado por la empresa italiana Eni, une Libia con Italia desde 2009. Tal vez por eso la Unión Europea está tan interesada en buscar traficantes ante la costa libia, y no en el mar Egeo.



http://www.elmundo.es/internacional/2016/03/01/56d4a30222601d8b7f8b4642.html

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