martes, 2 de febrero de 2016

Las Islas Marshall, marcadas por un destino trágico




Las Islas Marshall, marcadas por un destino trágicoPor: Alberto Tinoco Guadarrama Fuente: Noticieros Televisa 02. Feb. 2016



En una fracción de segundos se formó una burbuja de gas caliente que desgarró la superficie del agua

Foto: Noticieros Televisa

A lo largo de los años, las Islas Marshall fueron usadas para ensayos nucleares; miles de especies se perdieron y ecosistemas enteros fueron aniquilados. 'Por el planeta', un proyecto de Noticieros Televisa



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Descubiertas por los españoles, vendidas a los alemanes, ocupadas por los japoneses y utilizadas como botín de guerra por los americanos, las Islas Marshall han estado marcadas por un destino siempre trágico y la resistencia de un pueblo que hoy intenta sacudirse los fantasmas del pasado.



El abuelo de Edward Maddison nació en Bikini. Fue parte de los 163 hombres, mujeres y niños que el 7 de marzo de 1946 fueron evacuados con engaños. Estados Unidos realizaría una serie de ensayos nucleares, pero les dijeron que sería "por el bien de la humanidad". A su abuelo y 40 familias originarias de esta isla no les quedó más que dejar todo "en las manos de Dios".



"Yo pienso que nunca debió pasar algo como eso, fue un malentendido, es por eso que mi pueblo nunca entendió el esfuerzo de su destino. No tenían a dónde ir cuando fueron exiliados de esta isla y no saben cuándo van a volver", explica el maestro de buceo Edward Maddison.



A principios de 1946 comenzó la operación "Crossroads" o encrucijada.



El presidente Harry S. Truman autoriza la campaña militar más importante de Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial.

El objetivo: realizar ensayos nucleares para determinar sus efectos sobre una flota naval.

El área de operaciones: las Islas Marshall.

El polígono de prueba: el Atolón de Bikini.

Comienza la larga noche de la era nuclear.

Se despliega una flota de 242 buques de guerra, 156 aviones, 25 mil instrumentos para medir radiación nuclear.

Se instalan 750 cámaras, operadas a control remoto.

Son trasladados más de cinco mil 600 animales, que serán utilizados como "conejillos de indias".

En la operación participan más de 42 mil efectivos militares, ingenieros, científicos.

En el Atolón de Bikini se coloca el blanco de tiro.

Una flota de 95 barcos es estratégicamente anclada en la zona de impacto.

La bomba, de 23 kilotones, lleva el sobrenombre de "Helena de Bikini".

Tiene el poder de 21 mil toneladas de dinamita.

Se introduce en una caja de acero a 27 metros bajo la superficie del agua.

En una fracción de segundos se forma una burbuja de gas caliente que desgarra la superficie del agua.

Se genera una onda de choque hidráulica.

Millones de litros de agua forman una columna que se levanta sobre la superficie.

Desde el aire se observa una enorme masa de gases que se eleva a más de 600 metros por segundo.

En la superficie del agua se forma un tsunami con una primera ola de casi 30 metros de altura.

La explosión levanta sobre la superficie al portaaviones "USS Arkansas", de más de 30 mil toneladas.

La onda expansiva causa daños en más de 70 barcos, que quedan hundidos, partidos, con los blindajes destrozados o contaminados por la radioactividad.

La contaminación catalogada, como severa, se mantiene en secreto, pero obliga a cancelar la tercera prueba programada, denominada con el código "Charly".



Lo que observamos al fondo es la laguna del Atolón de Bikini. El uno de marzo de 1954 Estados Unidos realizó la prueba de "Castle Bravo", justo aquí donde nos encontramos.



Detonó una bomba de hidrógeno, de 15 megatones, es decir, mil veces más poderosa que la bomba nuclear detonada en Hiroshima.



Desde la instalación conocida como sitio 20 un dispositivo termonuclear es detonado.

Un intenso destello cubre el cielo del Atolón de Bikini.

La fuerza de la explosión es equivalente a 15 millones de toneladas de dinamita.

En fracción de segundos se forma una nube de gases y fuego, de aproximadamente 7 kilómetros.

Es tan grande que se logra ver a más de 400 kilómetros de distancia.

La onda expansiva destruye estructuras militares fuera de la zona de daños calculados.

Ha transcurrido un minuto desde la detonación y la nube de hongo alcanza una altura de 14 mil metros.

Se expande a más de 100 metros por segundo.

Bajo el agua se forma una cráter de dos mil metros de diámetro y 76 metros de profundidad.

Se registra un error de cálculo en la dirección del viento.

La lluvia radioactiva alcanza a la población civil de Rongerik, Rongelap y Ultirik.

Las personas son evacuadas hasta 48 horas después de la explosión.

El daño está hecho.



"Las Islas Marshall, a lo largo de los años, ahí se hicieron explotar 67 dispositivos nucleares o sea, ¿Se te ocurre algo más devastador que soltar una bomba de hidrógeno, en un caso y bombas nucleares sobre arrecifes de coral? Es devastador. Ecosistema enteros ¡Aniquilados! Y aún no sabemos cuántas especies se perdieron", dice Sylvia Earle, oceanógrafa y exploradora submarina.


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