martes, 29 de septiembre de 2015

¿Qué cambios producirán las armas rusas en el campo de batalla en Siria?

Los acontecimientos en Siria han experimentado un importante giro en los recientes días debido a la decisión rusa de intervenir directamente en la crisis siria.
Rusia ha tomado la decisión de trabajar en dos frentes: suministrar armas avanzadas para mejorar el rendimiento de las acciones bélicas del Ejército sirio y entrenar a éste para que alcance un alto grado de desarrollo y eficacia en el campo de batalla, incluida la formación de unidades de élite.
Entre las armas entregadas a Siria están aviones sofisticados, incluyendo Sujoi-30 y el Su-24, y helicópteros Mil Mi-28, tanques T-90, vehículos de transporte de tropas y muchas otras. Estas armas pueden suponer una diferencia importante en el campo de batalla frente a unos grupos terroristas armados por Turquía, Arabia Saudí y Qatar, que disponen de tanques, artillería, lanzacohetes, vehículos blindados y otras armas avanzadas europeas y norteamericanas.
Las armas rusas permitirán al Ejército sirio lograr una superioridad sobre estos grupos. Los nuevos aviones rusos, por ejemplo, pueden lanzar misiles de alta precisión y bombas ordinarias y otras guiadas por láser. Ellos cuentan también con cañones capaces de disparar más de diez proyectiles por segundo. De momento, han llegado a Siria unos 40 aviones avanzados que cuentan con estas características. El Su-24, por ejemplo, cuenta con un cañón rotativo de seis cañones de 23 milímetros y lleva más de cuatro toneladas de bombas o misiles. 
Rusia ha enviado también bombas “revienta búnker” que pueden destruir cualquier túnel, instalación o almacén que tenga una profundidad de poco más de 20 metros. Cabe recordar que los terroristas en Siria tienen túneles que sólo alcanzan, en el mejor de los casos, unos pocos metros de profundidad.
El helicóptero Mil Mi-28 posee también misiles que pueden ser lanzados a una distancia de hasta 10 kms y un cañón de 30 mm capaz de perforar todo tipo de blindajes.

Los misiles Kornet IM2 pueden destruir blancos con una total precisión a 8 kms de día y 6 kms de noche.
Hay que destacar también la artillería autopropulsada de 152 mm que cuenta con un sistema GPS de guía por satélite, que logra una precisión total en sus blancos. 
Entre los lanzacohetes, puede destacarse el BM-30 Smerch, capaz de arrasar concentraciones de combatientes enemigos destruyendo amplias zonas con sus cohetes.
No cabe olvidar tampoco los misiles antiaéreos SA-22 Pantshir-S1 y los S-300, que según diversas fuentes serán desplegados en Siria. Estas últimas armas tienen un efecto disuasorio contra los aviones de países hostiles que puedan intentar intervenir en el conflicto o tratar de abortar los planes rusos en Siria.

Rusia ha llevado también a Siria sistemas de comunicación avanzados y equipos de interferencias que pueden desbaratar las comunicaciones de los grupos armados.
Éstas y otras armas llevarán a un cambio en la ecuación militar en la guerra en Siria en favor del Ejército sirio e incrementarán de forma dramática las pérdidas en hombres y material de los grupos terroristas. 

Estas armas ya han producido, de hecho, sus primeros resultados. En los últimos días, el Ejército sirio ha bombardeado centros de mando y cuarteles generales terroristas en Raqqa, Palmira, Hama y otros lugares causando más de un centenar de muertos. Las concentraciones, convoyes y cuarteles generales de los grupos armados serán ahora más fácilmente detectados y destruidos con precisión y desde mayores distancias.

Esto podría obligar en último extremo a los grupos terroristas a tratar de diluirse y pasar a un planteamiento de guerra de guerrillas basado en ataques por sorpresa o atentados con coches bomba. Su capacidad de tomar localidades y efectuar asaltos se verá ahora muy mermada, ya que sus concentraciones serán a partir de hoy objeto de ataques de gran envergadura y precisión. Esto también les obligará a adoptar una postura defensiva en ciertas zonas, como en Idleb o zonas de la provincia de Hama, lo que, a su vez, les expondrá a ataques aéreos, con misiles y de artillería de forma permanente.

El cierre o mayor control de las fronteras turca y jordana, con la correspondiente reducción del paso de armas, municiones y combatientes para los grupos armados, es ahora también una posibilidad, bien sea debido a factores políticos, como el convencimiento de estos países de que su apuesta en favor del derrocamiento del gobierno del presidente Bashar al Assad ha fracasado, o bien simplemente al temor de entrar en un conflicto con Rusia.


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