Por Quique Badia y Pedro García Camposagosto 18, 2015 | 6:10 pm
La industria armamentística española vuelve a estar bajo sospecha. El motivo: la reciente venta de material de defensa a varios países en los que podrían estar violándose los derechos humanos y que podrían estar participando en operaciones militares que no respetan los convenios internacionales. Entre ellos, Arabia Saudí, el mayor importador de material bélico del mundo.
En 2014 España vendió armas y material de defensa a Arabia Saudí por valor de unos 292 millones de euros, según datos que Amnistía Internacional ha desglosado a partir de datos del gobierno español a los que ha tenido acceso VICE News en exclusiva y que en septiembre formarán parte del reporte anual de la ONG.
Hace unos días el diputado del parlamento español Joan Tardà — de Esquerra Republicana de Catalunya — recibió la respuesta del gobierno español a una pregunta sobre el destino del armamento que España había vendido a Arabia Saudí.
Ante las dudas de Tardà en cuanto al respeto de los derechos humanos por parte de Riad — capital de Arabia Saudí — después de la condena de diez años y 1.000 latigazos al bloguero Raif Badawi, además de las sospechas de presuntos crímenes de guerra en los bombardeos liderados por Arabia Saudí en Yemen, el gobierno español respondió que existen "garantías de uso final" y varias "cláusulas de no reexportación" específicas.
"No tendríamos sospechas si no supiésemos que Riad no respeta los derechos humanos y que está liderando una operación militar donde ya han muerto más de 100 civiles", denuncia a VICE News Alberto Estévez, investigador y portavoz en materia de comercio de armas de la ONG Amnistía Internacional.
"Además, en el caso de España, el seguimiento por parte del gobierno del destino y uso final de las armas es una cuestión problemática", cuenta Estévez.
En particular, el volumen total de ventas de material de defensa español al país árabe contiene armas de calibre inferior a 20 milímetros, municiones para armas pequeñas, armas ligeras y sistemas de armas de energía cinegética, aeronaves y equipos electrónicos, una categoría que incluye material de contramedidas, guiado, navegación y transmisiones.
En 2014 la factura desglosada muestra más de 30 millones en municiones, cinco en bombas, torpedos, cohetes y misiles y hasta 256 en aeronaves — 219 en un avión de reabastecimiento en vuelo.
Además, las ventas implican equipos para el entrenamiento o simulación militar y equipos de formación de imagen o de contramedida por valor de 632.583 euros. Dentro de esta partida, según las informaciones de Amnistía Internacional, se incluyen municiones de carros de combate.
"El 99,77 por ciento del material exportado era para las fuerzas armadas saudíes — el 0,23 por ciento fue a una empresa privada — y es susceptible de ser utilizado en bombardeos en Yemen, sobre algunos de los cuales hay indicios importantes de que pueden haber sido presuntos crímenes de guerra", explica Estévez.
"La cuestión clave es saber si los aviones, municiones, bombas, torpedos y misiles exportados por España han sido o están siendo utilizadas por las fuerzas armadas saudíes y del resto de países [de la coalición de países encabezada por Arabia Saudí] en los ataques aéreos en 2015 a Yemen", añade el portavoz de la ONG.
Amnistía Internacional acaba de publicar un informe en el que denuncia, dado que "no existen mecanismos efectivos de control de las armas exportadas", que la situación en el sur de Yemen tras los bombardeos de la coalición liderada por Arabia Saudí podría implicar la "existencia de crímenes de guerra".
En el informe, la ONG sospecha de "los efectos de los ataques aéreos ilegítimos de la coalición contra barrios residenciales densamente poblados de Taiz y Adén".
"Todas las partes de este conflicto han mostrado un desprecio implacable y gratuito por la seguridad de los civiles", ha explicado Donatella Rovera, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis, en la presentación del informe.
España es el séptimo importador mundial de armas y desde 2003, en plena etapa expansiva de la economía española, su industria armamentística facturaba unos 400 millones de euros al año. En 2013 facturó más de 4.000 millones. "Es la prueba de que existe una clara voluntad política que se traduce en la agenda del ministro de Defensa español, Pedro Morenés, que lleva los últimos cuatro años intentando internacionalizar y expandir las ventas de la industria armamentística española", matiza Estévez.
Durante esa década de 2003-2013, España le vendió a Arabia Saudí material de defensa por valor de unos 750 millones de euros.
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