jueves, 5 de febrero de 2015

Contraofensiva rusa: ¿Cómo sería el caza ruso de sexta generación?


Rusia ya quiere un caza de 6º generación
Rusia ya está desarrollando la aviónica para el futurista caza de sexta generación, pero el misterio de cómo será este avión continua, en medio de acaloradas discusiones entre partidarios de aviones tripulados y drones.


El mayor productor de Rusia de equipos electrónicos: el consorcio Las Tecnologías de Radio-electrónica (KRET, según sus siglas en ruso), ya está llevando a cabo el desarrollo de aviones de combate de sexta generación, según una extensa rueda de prensa concedida el pasado lunes por un subdirector de la compañía, Vladímir Mijéyev, citado por RIA Novosti.

"Estamos trabajando [en equipo] no solo para el PAK-FA, sino ya para la aeronave de sexta generación, que será desarrolladaen versiones con y sin piloto", explicó Mijéyev pocos días después de que Estados Unidos anunciara haber asignado fondos para un caza de sexta generación suyo que debería proporcionarle superioridad aérea frente a los avances en este sector por parte de chinos y rusos.

"No nos negamos a una versión tripulada, por el momento el Ministerio de Defensa está elaborando los requisitos técnicos", agregó.

El mismo hecho de continuas discusiones de militares e ingenieros (tanto rusos como estadounidenses) en torno a la futurista aeronave refleja lo más importante: todavía nadie sabe realmente cómo ha de ser y qué características debería tener un cazabombardero de sexta generación.

De acuerdo con estimaciones preliminares del Departamento de Defensa de EE.UU., el avión de combate de sexta generación será furtivo y supermaniobrable. No se descarta que esta aeronave deba desarrollar velocidades hipersónicas (más de 5 Mach). Y tal como en el caso de Rusia, su pilotaje por un ser humano será opcional.

Lo curioso de las evaluaciones estadounidenses y rusas es que los militares de ambos países no tienen una idea clara de lo que quieren obtener al final. "El Ejército está cambiando constantemente los requisitos tratando de conseguir algo "perfecto para las condiciones de uso que todavía desconocemos", afirmó el director general y jefe de I+D de la compañía, Guivi Dzhandzhava, diseñador jefe de la aviónica de aeronaves rusas tan conocidas como Su-30, Su-35 y T-50 (PAK-FA), citado por la cadena militar rusa Zvezdá.
El especialista se mostró de acuerdo en que el futuro de la aviación militar pertenece a las aeronaves no tripuladas, pero indicó que una gran parte de sus características ya está implementada en aviones rusos existentes.

Según los ingenieros rusos, el T-50 es casi un robot volador. El avión porta en su fuselajedocenas de diferentes sensores que le permiten no solo monitorear la situación alrededor, sino también facilitan el intercambio de datos en tiempo real tanto con puestos de mando en tierra como con el ala aérea de la que forma parte. Su 'piloto electrónico', al analizar automáticamente la situación, ofrece al piloto varias opciones de actuar.

Los avanzados aviones de combate rusos ya son capaces de realizar un vuelo autónomo con un cambio en la altitud y 'doblando' el relieve del terreno. De este modo permiten que el piloto se concentre en la búsqueda y destrucción de objetivos. Su ordenador de a bordo puede resolver otro problema: corregir posibles errores de pilotaje, no dejando superar ángulos de ataque críticos para la aeronave para que esta no entre en barrena. Y hasta es capaz de eyectar al piloto automáticamente, si este pierde tal capacidad, en caso de lesiones o pérdida de conciencia. 

Según Dzhandzhava, todo ello ya son elementos de aviones de combate de sexta generación. ¿Pero hace falta ir más lejos? El experto afirma que sí, porque un robot es mejor que una persona. El entrenamiento de pilotos requiere años y enormes gastos. Su pérdida es un duro golpe a la Fuerza Aérea. Además, los seres humanos pueden estar enfermos, experimentar dificultades psicológicas y, como consecuencia, ser incapaces de cumplir su misión. El robot está siempre dispuesto a luchar en cualquier situación. 

Al mismo tiempo el conocido piloto de pruebas de la corporación MiG, Mijaíl Beliyaev, está seguro que sólo el cerebro humano es capaz de evaluar adecuadamente el cambio de situación en combate y tomar decisiones por su cuenta para llevar a cabo sus tareas. Y cumplirlas… pese a todo.


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