martes, 9 de diciembre de 2014

Pulso entre Putin y Occidente

Al principio de la década de 1990 hubo un respiro para el mundo, al marcarse el final de la Guerra Fría, liderada por la ahora desaparecida Unión Soviética y Estados Unidos en ambos bandos, pero este año ha resurgido ese fantasma, por la confrontación entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y Occidente, a causa de la crisis política de Ucrania, que desencadenó en un conflicto separatista en el este de ese país, encabezado por prorrusos. La tensión mundial se centra en Oriente Medio, pero en Europa del Este se libra un verdadero pulso entre Rusia y EE. UU. por la crisis de Ucrania, que tiene consecuencias energéticas para Europa occidental y económicas para el Kremlin, que se planta en un desafío geopolítico y militar con su nacionalismo.



Putin acusa a la Unión Europea (UE) y a EE. UU. de querer frenar el desarrollo ruso con las sanciones económicas impuestas a lo largo de este año, las cuales tienen el objetivo de castigar al Kremlin “por azuzar la crisis ucraniana”. Occidente acusa a Rusia de proporcionar armas a los prorrusos en el este de Ucrania, donde hay un movimiento independentista desde marzo último.

Este pulso entre Putin y Occidente comenzó en noviembre del 2013 con las protestas en la capital de Ucrania por la decisión del presidente Viktor Yanukóvich de cancelar la asociación con la UE y acercarse más a Rusia. Al final cayó ese mandatario y huyó a Rusia, país que inmediatamente se anexionó la península ucraniana de Crimea, en medio de las críticas mundiales.

La crisis de Kiev se trasladó al este de Ucrania, donde viven importantes comunidades rusas que se levantaron contra el nuevo gobierno ucraniano, en marzo, y desde entonces hay una guerra civil que ha dejado más de cuatro mil 300 muertos. En ese contexto, Occidente acusa a Putin de proporcionar armas a los prorrusos y desestabilizar a Ucrania, por lo que ha impuesto serias sanciones económicas que han aislado a Rusia y está a las puertas de una recesión.

Putin aprovechó el jueves último, en su discurso del Estado en el Parlamento, para reconocer que las sanciones de Occidente han tenido consecuencias en la economía rusa, y dijo que el Kremlin no tiene ninguna intención de aislarse y romper sus relaciones con la UE y EE. UU., pero dejó claro que nadie podrá doblegar a Rusia y defenderá el patriotismo.

“Cada vez que alguien cree que Rusia se ha vuelto demasiado fuerte e independiente, se aplican de inmediato este tipo de medidas”, dijo Putin, refiriéndose a las sanciones occidentales.

“No en vano menciono a nuestros amigos estadounidenses que siempre influyen directa o indirectamente en nuestras relaciones con los vecinos; a veces ni siquiera sabemos con quién hablar, si con los gobiernos de algunos estados o con sus patrocinadores de EE. UU.”, sostuvo.
Ambos bandos se señalan. Putin critica a Occidente por apoyar al Ejército ucraniano en su represión de la población prorrusa y afirma: “Ahora intentan convencernos por todos los medios de que esta es la política más sopesada y acertada, y que nosotros debemos subordinarnos de manera ciega y sin pensarlo. Esto no ocurrirá”.

Criticó la política de contención occidental y subrayó que el Ejército ruso “es moderno y, como se dice habitualmente, educado, pero temible”. “Nadie podrá lograr la superioridad militar sobre Rusia”.

El presidente de EE. UU., Barack Obama, dice que no cree en un cambio súbito en la posición de Putin sobre el conflicto en Ucrania, al subrayar que las sanciones económicas aún no producen un efecto político real en Rusia.

Obama dice que el jefe del Kremlin está “asustando” a sus países vecinos con una política improvisada y de corte “nacionalista” que, además, está “dañando gravemente” a la economía rusa. 
 
 
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