17-11-2014 - Natasha Grinenko
El Presidente ruso se convierte en un paria internacional. Totalmente marginado, abandona la cumbre anticipadamente.
El presidente ruso Vladimir Putin había estado muy desanimado al llegar el 13 de noviembre a Australia, para participar en la cumbre de los "veinte grandes". En contra de todas las reglas del protocolo internacional, ninguno de los altos cargos del país anfitrión no salió hacía la aeronave rusa IL-96 para darle la bienvenida, informa la edición australiana de The Courier Mail.
"El gobernador y el procurador generales de Australia estaban a pocos metros de la pista de aterrizaje pero no han hecho ni un solo paso hacia delante para saludar a Putin", - dice el corresponsal de la publicación. Sin embargo, para que esa situación no parecía tan humillante para el invitado, se enviaron a saludarle a los funcionarios de rango más bajo - el subsecretario de defensa y gobernador de la provincia de Queensland.
Los reporteros señalaron que esta renuencia de las primeras personas de Australia de dar la mano al paria internacional era claramente demostrativa - después de sólo unos minutos más tarde salieron con alegría a saludar a los llegados después de Putin, canciller alemana Ángela Merkel y el presidente de China Xi Tszinpin.
La "venganza" del presidente de la Federación Rusa ha sido, como suele ser en su patria, la "solidez" y su ya habitual retraso, en este caso de "sólo" una hora. El escolte que acompaño a Putin al salir del aeropuerto, contaba con siete coches más que el del primer ministro de Australia Tony Abbott y cinco más que el del primer ministro británico David Cameron. Todos los vehículos de Putin se llevaron a Australia con antelación, en un vuelo de carga especial. En base del hecho y sabiendo la preocupación extrema de Putin por su seguridad, los periodistas especulaban también que, tal vez, se haya traído hasta su propia agua, testada anteriormente por unos siete agentes de seguridad.
La demostración de poca bienvenida que tuvo Putin en la cumbre continuó durante toda su corta estancia en Brisbane. Unos piquetes con las pancartas contra su invasión de Ucrania le esperaban en la entrada del hotel. El primer ministro de Canadá Stephen Harper ha estado muy contundente con su homólogo: "Le apretaré la mano, Sr. Presidente, pero tiene que irse de Ucrania", - dijo. El líder de Australia volvió a exigir disculpas por la tragedia del avión malasio en la que murieron 38 australianos. En un vídeo que publicó la agencia Reuters, se puede observar el total aislamiento del presidente ruso durante el almuerzo de los líderes mundiales cuando nadie se sentó en su mesa.
Recordemos que la cumbre del G-20 en Brisbane se celebró bajo una presión sin precedentes de Rusia, que envió a las costas de Australia varios buques militares y de apoyo. El Gobierno de Australia les sigue de cerca a través de su Armada y Fuerzas Aéreas. Los barcos rusos fueron enviados al hemisferio de sur tras la conversación, lo suficientemente dura, entre Vladimir Putin y Tony Abbott en la reciente cumbre de APEC en China, cuando el primer ministro de Australia pidió al presidente ruso las disculpas y la indemnización por la catástrofe del Boeing-777 de Malaysian Airlines derribado sobre Ucrania con la supuesta participación del ejército ruso.
Vladimir Putin abandonó la cumbre anticipadamente, con la excusa que el camino de vuelta es largo y tiene que dormir...
El Presidente ruso se convierte en un paria internacional. Totalmente marginado, abandona la cumbre anticipadamente.
El presidente ruso Vladimir Putin había estado muy desanimado al llegar el 13 de noviembre a Australia, para participar en la cumbre de los "veinte grandes". En contra de todas las reglas del protocolo internacional, ninguno de los altos cargos del país anfitrión no salió hacía la aeronave rusa IL-96 para darle la bienvenida, informa la edición australiana de The Courier Mail.
"El gobernador y el procurador generales de Australia estaban a pocos metros de la pista de aterrizaje pero no han hecho ni un solo paso hacia delante para saludar a Putin", - dice el corresponsal de la publicación. Sin embargo, para que esa situación no parecía tan humillante para el invitado, se enviaron a saludarle a los funcionarios de rango más bajo - el subsecretario de defensa y gobernador de la provincia de Queensland.
Los reporteros señalaron que esta renuencia de las primeras personas de Australia de dar la mano al paria internacional era claramente demostrativa - después de sólo unos minutos más tarde salieron con alegría a saludar a los llegados después de Putin, canciller alemana Ángela Merkel y el presidente de China Xi Tszinpin.
La "venganza" del presidente de la Federación Rusa ha sido, como suele ser en su patria, la "solidez" y su ya habitual retraso, en este caso de "sólo" una hora. El escolte que acompaño a Putin al salir del aeropuerto, contaba con siete coches más que el del primer ministro de Australia Tony Abbott y cinco más que el del primer ministro británico David Cameron. Todos los vehículos de Putin se llevaron a Australia con antelación, en un vuelo de carga especial. En base del hecho y sabiendo la preocupación extrema de Putin por su seguridad, los periodistas especulaban también que, tal vez, se haya traído hasta su propia agua, testada anteriormente por unos siete agentes de seguridad.
La demostración de poca bienvenida que tuvo Putin en la cumbre continuó durante toda su corta estancia en Brisbane. Unos piquetes con las pancartas contra su invasión de Ucrania le esperaban en la entrada del hotel. El primer ministro de Canadá Stephen Harper ha estado muy contundente con su homólogo: "Le apretaré la mano, Sr. Presidente, pero tiene que irse de Ucrania", - dijo. El líder de Australia volvió a exigir disculpas por la tragedia del avión malasio en la que murieron 38 australianos. En un vídeo que publicó la agencia Reuters, se puede observar el total aislamiento del presidente ruso durante el almuerzo de los líderes mundiales cuando nadie se sentó en su mesa.
Recordemos que la cumbre del G-20 en Brisbane se celebró bajo una presión sin precedentes de Rusia, que envió a las costas de Australia varios buques militares y de apoyo. El Gobierno de Australia les sigue de cerca a través de su Armada y Fuerzas Aéreas. Los barcos rusos fueron enviados al hemisferio de sur tras la conversación, lo suficientemente dura, entre Vladimir Putin y Tony Abbott en la reciente cumbre de APEC en China, cuando el primer ministro de Australia pidió al presidente ruso las disculpas y la indemnización por la catástrofe del Boeing-777 de Malaysian Airlines derribado sobre Ucrania con la supuesta participación del ejército ruso.
Vladimir Putin abandonó la cumbre anticipadamente, con la excusa que el camino de vuelta es largo y tiene que dormir...
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