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Durante toda la historia, los militares de todos los países han tratado de familializarse, robar o adquirir las armas de su enemigo a veces a cualquier precio. Parte de esa historia se la ofrecemos a continuación.
El primer avión de combate soviético que cayó en manos de EE.UU. fue el Yak-23.
Después de la ruptura de relaciones con la URSS, la aeronave fue entregada por Yugoslavia a EE.UU. a cambio de asistencia militar estadounidense, mientras que el propio caza apareció en Yugoslavia al ser robado por un piloto rumano desertor.
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Yak-23 durante pruebas en Estados Unidos
Los ingenieros estadounidenses dieron al Yak una mala consideración. Después de sus pruebas, realizadas a finales de 1953, se consideró al avión claramente anticuado, sin interés. Su equipo de a bordo, según los estándares estadounidenses, era primitivo. A una velocidad mayor de 600 km / h la aeronave perdía estabilidad direccional, debido a lo cual se le estableció su límite de velocidad en M=0.8. Según especialistas de EE.UU., las ventajas de la aeronave eran sus altas prestaciones de despegue, buen rendimiento de aceleración y alta velocidad de ascenso.
Sin embargo, en el momento de estudio del Yak-23 ya no era el caza más avanzado de la URSS. La sorpresa estaba por llegar y ya tenía un nombre: MiG-15. Este último se convirtió en una 'piedra de tropiezo' en el camino de los aviones estadounidenses hacia la supremacía aérea en los cielos de Corea durante la guerra de 1950-1952.
Los propios pilotos estadounidenses creían que el MiG-15 era un oponente muy serio en manos de un piloto entrenado, por lo que lo apodaron 'Red Emperor' ('Emperador Rojo'). MiG-15 y su principal rival estadounidense, el F-86, tuvieron parecidas características de vuelo, pero el caza soviético tenía la ventaja en la maniobrabilidad vertical y el poder de las armas (tres cañones de distinto calibre), mientras que el Sabre tuvo mejor aviónica y maniobrabilidad horizontal.
Durante la Guerra de Corea, EE.UU. intentó varias veces conseguir un MiG-15 en buen estado para su estudio, hasta llegar a anunciar en abril de 1953 una recompensa de 100.000 dólares para el piloto que pusiera la aeronave a disposición de la Fuerza Aérea de Washington. Finalizadas las hostilidades en septiembre de 1953, un piloto norcoreano desertó junto con el avión a Corea del Sur.
El avión fue entregado a EE.UU. y probado por Chuck Yeager, quizá el mejor y mas famoso piloto de pruebas del país. En la actualidad, la aeronave se encuentra en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de EE.UU., ubicado en Wright-Patterson, cerca de la ciudad de Dayton, Ohio.
El período de 'vacas gordas': trofeos de procedencia árabe
A inicios de los 60 la Unión Soviética comenzó a realizar suministros a gran escala de material bélico a países árabes, entonces en estado de guerra (y derrotas militares) permanente contra Israel.
Como consecuencia de interminables derrotas, los árabes, a su vez, 'suministraban' regularmente aviones de combate (entre un sinnúmero de equipos militares) al 'potencial adversario' de la URSS.
Otra fuente de estas 'adquisiciones' fueron operaciones de inteligencia israelí y estadounidense dentro de las fuerzas aéreas de los estados árabes.
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Trofeos del ejército israelí capturados a Egipto
De esta forma, como resultado de las operaciones de inteligencia israelíes, el capitán de la Fuerza Aérea iraquí 'captain' Monir Radfa secuestró en agosto de 1966 el más avanzado caza soviético MiG-21 de Israel. Tras 100 horas de vuelos de prueba, la aeronave fue entregada para posterior estudio a EE.UU.
Los vuelos de prueba del MiG-21 comenzaron en EE.UU. en febrero de 1968 en un ambiente de extremo secreto en la base aérea de Groom Lake.
Muy pronto los estadounidenses recibieron de Israel un par de MiG-17F que en agosto de 1968 aterrizaron por "error de navegación" en un aeropuerto israelí.
Pese a que el MiG-21 era más moderno que el MiG-17F, las pruebas de este último en aquel momento fueron más relevantes para la Fuerza Aérea de EE.UU. El 'regalo' de los MiG-17 coincidió con la intensificación de las hostilidades en Vietnam, en el momento en que los MiG-17F fueron los principales enemigos en el aire.
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Pruebas de MiG-17 en Estados Unidos
Junto a ello, durante la ofensiva israelí en 'Guerra de Seis Días' en 1967, solo en los aeródromos egipcios fueron capturados varios MiG-21 y cazabombarderos Su-7B.
Durante la Guerra de Yom Kipur de 1973, los trofeos de Israel se completaron por radares y sistemas de misiles antiaéreos de fabricación soviética, lo que supuso una pérdida muy sensible.
Las 'prestaciones árabes' fueron tan abundantes que en 1972 en la base de la Fuerza Aérea estadounidense de Nellis se formó la 57ª ala aérea para simular en maniobras a las fuerzas de potencial adversario: la URSS. Muy pronto, el ala fue completada por los MiG recibidos de Indonesia, cuyo nuevo gobierno rompió relaciones amistosas con la URSS.
Después de la llegada al poder de Anwar Sadat y la conclusión de los Acuerdos de Camp David, en Egipto se produjo un cambio de orientación política: a cambio de la entrega de sus armas, EE.UU. tuvo la oportunidad de estudiar todo el conjunto de equipos militares soviéticos.
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MiG-23 en Estados Unidos
De particular interés para los estadounidenses fueron los MiG-23, los cazas más modernos de la URSS en aquella época. Durante los vuelos de prueba y de capacitación se perdieron 23 aviones de este tipo, mostrándose su mala fama de aviones 'caprichosos' en manejo.
'Botón Belenko': Adquisiciones por traiciónQuizá el incidente que más afectó la Fuerza Aérea de la URSS se produjo en septiembre de 1976, como resultado de la traición del primer teniente de la Fuerza Aérea Soviética Víktor Belenko, en un aeropuerto japonés en Hokkaido aterrizó el superavanzado (su velocidad llegaba a 3.000 kilómetros por hora) caza-interceptor soviético MiG-25P.
Muy pronto se anunció que el oficial pidió asilo político en EE.UU. y el mismo septiembre Belenko fue trasladado a este país.
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MiG-25 secuetrado en el aeropuerto japonés de Hakodate
La noche del 24 de septiembre, bajo la escolta de 14 cazas F-4 y F-104 Starfighter, la aeronave, cargada en un avión de transporte, fue enviada a una base militar en Japón para su estudio detallado.
El MiG-25 secuestrado fue desmontado, sometido a un estudio detallado por parte de especialistas japoneses y estadounidenses, y devuelto a la URSS en noviembre de 1976.
Prácticamente todos los expertos coincidieron en que el MiG-25 resultó el interceptor más avanzado del mundo. Sus características distintivas eran la simplicidad del diseño, su durabilidad, fiabilidad, facilidad de mantenimiento y posibilidad de pilotaje por parte de pilotos de habilidad media.
Pese a que la cantidad de piezas de titanio en la estructura de la aeronave no era grande (en Occidente creían que la aeronave estaba hecha de aleaciones de titanio), su rendimiento era bastante alto. El radar del MiG-25P, inicialmente tachado de obsoleto por expertos estadounidenses, demostró un gran rendimiento, a pesar de que estaba diseñado a partir de anticuados tubos de vacío.
Los equipos electrónicos de la aeronave fueron considerados primitivos, pero al mismo tiempo se observó que habían sido desarrollados a un alto nivel funcional: al menos cumplían las mismas funciones que los equipos occidentales de la época.
La Unión Soviética sufrió como consecuencia del secuestro grandes pérdidas morales y financieras. Durante los próximos dos años la Fuerza Aérea soviética tuvo que desarrollar e instalar en todos los aviones de su enorme flota nuevos sistemas de reconocimiento 'amigo-enemigo'. Sin embargo, este proyecto ya estaba previsto y la traición de Belenko solo agilizó su puesta en marcha.
El secuestro del MiG-25 no fue el primero ni el último en la historia de los MiG, sin embargo fue la primera traición de este tipo realizada por un piloto soviético.
Además en el sistema de identificación 'amigo-enemigo' (el secreto más guardado por la Fuerza Aérea de cualquier país) se introdujo el llamado 'botón Belenko' para desbloquear el sistema de lanzamiento de misiles contra aviones identificados como 'suyos'.
Los 'festivos' años postsoviéticosEl colapso de la URSS y del Pacto de Varsovia y el caos posterior en el territorio de la extinta URSS se volvió una verdadera fiesta para los servicios de inteligencia de EE.UU.
Los 'expertos' estadounidenses fueron capaces de ver, comprar y estudiar la mayoría de los modelos de material militar y equipos del desmembrado país.
El ala aérea '353º Destacamento y el Grupo de Evaluación', extraoficialmente llamada 'Halcones Rojos' y formada hace décadas para el estudio de material bélico de posibles adversarios, no ha sido aún disuelta.
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