Drones para proteger el litoral

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Un técnico comprueba el dron aéreo utilizado en la prueba



Un buque frigorífico con problemas de maniobra debido al fuerte temporal registrado en Finisterre (La Coruña) procede —escoltado por un buque de Salvamento— al fondeadero de la ría de Arousa para evaluar posibles averías. En la maniobra de fondeo se comprueba que el barco pierde combustible provocando un vertido, al parecer, debido a una grieta en uno de los tanques doble fondo de consumo. Verificado el vertido, se activa el sistema de respuesta ante contingencias por vertidos y se decide que el buque atraque en el puerto coruñés de A Pobra do Caramiñal. Se confirma que el producto derramado es fuel. Durante la maniobra, un objeto que contiene una sustancia contaminante cae al mar y provoca un vertido de amoníaco a la atmósfera. Además, parte del producto queda extendido por la dársena del puerto y una mancha significativa deriva hacia la ría de Vilagarcía favorecida por las corrientes.

Esta descripción podría ser real pero, afortunadamente, corresponde a un simulacro de lucha anticontaminación desarrollado la pasada semana en A Pobra do Caramiñal, en cuyo ejercicio se testaron drones y equipos no tripulados para mejorar la lucha contra vertidos marinos.

La tarea de los equipos de intervención se basó en la detección, seguimiento permanente de la dispersión del vertido, recuperación y tratamiento del líquido. Para ello, se emplearon diferentes equipos tecnológicos de I+ D+ i, entre los que destacaron dos drones aéreos que facilitaron la captación de imágenes de la evolución del vertido en el mar. Aunque la prueba organizada por la Consellería de Medio Rural y Mar, a través de Portos de Galicia, estuvo compuesta por una docena de embarcaciones con 40 tripulantes a bordo, y otros 40 especialistas en tierra, la atención se centró en el uso de varios dispositivos robóticos controlados mediante seis monitores.

Uno de ellos se utilizó para comprobar el estado del barco en la superficie, mientras que los dos submarinos— de metro y medio de longitud cada uno— informaron de los daños sufridos por el casco de la embarcación que transportaba el amoníaco. Este ejercicio, que forma parte del proyecto europeo Netmar —que ya participó en un experimento similar realizado el año pasado en Irlanda— fue completado por un dron aéreo que comprobó la dirección de la mancha.
Tecnología punta

Se trata de un simulacro que, a ojos de la conselleira de Medio Rural y Mar, Rosa Quintana, «acredita que la Xunta continúa siendo puntera en lo relativo al plan de lucha de la contaminación marina». En esta misma línea, pero dando un paso más, el subdirector general de Guardacostas de Galicia, Lino Sexto, opinó acerca de los drones empleados: «Es un paso adelante para tener información directa, en todo momento, retransmiten en tiempo real la evolución de un vertido».

Y esta tecnología ya se está poniendo en marcha. «Si hoy se diese una catástrofe en el mar, este tipo de herramientas ya estarían a disposición de la Consellería para conocer el estado del accidente», afirmó la titular del departamento.

En este ejercicio participaron diferentes operativos, entre ellos los socios europeos de Netmar —instituciones y colectivos profesionales británicos, irlandeses y portugueses—, expertos de la Universidad de Vigo, Capitanía Marítima de Vilagarcía de Arousa, Sasemar, Guardia Civil del Mar, la Cofradía de pescadores del municipio, asociaciones de mejilloneros y Protección Civil de A Pobra.

La anécdota: Accidentado uno de los aviones empleado en el simulacro

Del espectacular despliegue tecnológico empleado en el simulacro de lucha anticontaminación desarrollado en A Pobra do Caramiñal llamaron especialmente la atención los dos pequeños aviones utilizados para captar imágenes de la superficie marina. Sin embargo, los dos drones no corrieron la misma suerte. Uno de ellos apenas duró unos segundos en el aire. Justo cuando se echó a volar, uno de los aparatos acabó destrozado tras impactar contra un barco, ante la atenta mirada de una enorme comitiva encabezada por la conselleira. Los ingenieros explicaron que todo se debió a un error humano. Pese a todo, Quintana indicó que la prueba se superó «con nota». 

 

 

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