Internacional
Javier Martínez (10/3/2014)
Crimea, antiguo país de los escitas cimerios, la Gerson de los griegos, la Taúride o Quersoneo Taúrico llegó a ser en la época romana el llamado reino del Bósforo formando parte posteriormente del mismo Imperio romano tras haber vencido éste a Mitrídates.
Crimea comprendía además de la península homónima, del tamaño de Sicilia, a los territorios continentales adyacentes. Durante la Edad Media fue primero ocupada por los godos y posteriormente por los mongoles creadores del Imperio de la Horda de Oro.
Los zares, príncipes de todas las Rusias, se consideraban dignos sucesores del Imperio Bizantino, por entroncar matrimonialmente la dinastía rusa de los Romanov en la persona del zar Iván III el Grande con Zoé (rebautizada Sofía) Paleólogo, la sobrina del último emperador de Bizancio y, por ello, llegando a ser denominada Moscú a partir de entonces como la tercera Roma.
Desde 1441 hasta 1783 el llamado khanato de Crimea, creado tras la explosión del imperio mongol de la Horda de Oro, fue el estado de los tártaros, población turco islámica de Crimea.
El khanato de Crimea fue pues un estado vasallo, protectorado de los turcos, que habían desplazado a poblaciones godas anteriores y empezaron a convivir con descendientes de escitas, grecorromanos y eslavos.
El imperio ruso en su expansión hacia el sur y hacia el este fue reconquistando territorios invadidos por los antiguos mongoles y por los turcos. Ucrania entonces formaba parte del reino de Polonia, llamado reino de las dos naciones ó Mancomunidad Polaco-Lituana, desde el año 1385 hasta el inicio de su desintegración en 1648.
En 1651, debido a la creciente amenaza de sus aliados tártaros, el atamán cosaco Jmelnytsky pidió al Zar Alekséi Mijáilovich Románov que incorporase Ucrania como un ducado autónomo bajo la protección rusa.
No existía ni existió durante muchísimos siglos después ninguna vinculación directa entre Ucrania y Crimea.
Al contrario, fueron los tártaros del khanato de Crimea, quienes en alianza con el zar de Rusia en su lucha contra Polonia quienes ayudaron a reincorporar el territorio de Ucrania al Imperio ruso en su expansión hacia el oeste.
Desde 1777, Crimea formó parte del Imperio ruso tras la conquista de la península por Catalina II arrebatándosela a los turcos que la habían ocupado, con la ayuda tártara, durante la larga desintegración del Imperio Romano de Oriente o también llamado Imperio Bizantino, que desapareció en 1453.
Después de la revolución de octubre, en 1917, se constituyó como república soviética socialista de Taúrida y comprendía no sólo la península de Crimea, sino también las porciones continentales adyacentes que rodean al mar Negro.
Durante la II guerra mundial fue ocupada por los nazis con la colaboración de los musulmanes tártaros, y en contra de los habitantes rusos, hecho que provocó que al finalizar la guerra,Stalin mandase deportar a gran parte de la población tártara a otras regiones de la Unión Soviética y se asentasen allí mayor número de rusos.
En el año 1954 la república autónoma socialista de Crimea fue “re-encuadrada” en la república socialista de Ucrania como un “regalo” de Nikita Serguéyevich Jrushchov, siempre en el marco de la Rusia soviética y con pérdida para Crimea de los territorios continentales adyacentes que se empezaron a denominar ucranianos.
Tras la desaparición de la URSS en 1991, en 1992 el Soviet Supremo ruso aprobó una resolución que anulaba la transferencia de 1954 de Crimea a Ucrania.
El 5 de mayo, el Soviet Supremo de Crimea proclamó la independencia y transformó la región en una república, tras la celebración de un referéndum el 2 de agosto y aprobó la primera Constitución de Crimea.
A pesar de estas presiones políticas por parte del pueblo de Crimea, el gobierno ucraniano insistió en retener la región dentro de la estructura administrativa de Ucrania.
El 13 de mayo de 1992, el parlamento de Ucrania anuló la declaración de independencia de Crimea. En junio de 1992 se llegó al acuerdo de dotar de autonomía a la región y la misma se constituyó en “República Autónoma” pero dentro de Ucrania.
En enero de 1994 se celebraron las primeras elecciones para la presidencia en la historia de Crimea. Cinco de los seis candidatos apoyaron públicamente su reunificación con Rusia, incluido el vencedor, Yuri Meshkov, un antiguo fiscal y guarda fronterizo soviético.
Crimea ha sido y es la gran olvidada, en este conflicto.
El territorio de Crimea ya fue mermado a costa de Ucrania en la época soviética y su independencia negada por esta misma Ucrania que ahora reclama, paradójicamente, al menos UNA PARTE DE ELLA, lo mismo con respecto a Rusia.
Dos varas de medir, dos maneras distintas de evaluar y valorar dos reclamaciones, según quién sea el que lo pida.
Si creemos y defendemos realmente la democracia, los derechos de los pueblos a auto gobernarse, basados en su libre voluntad y en la historia, no hemos de tener dudas ante el deseo legítimo, histórico y democrático del pueblo de Crimea, respaldado por su Parlamento, de querer ser independientes de ese golpe de estado antidemocrático en Ucrania y de querer permanecer fieles a Rusia.
Crimea tiene el derecho, no sólo de ser una república autónoma como lo es, sino también, si así lo desea, ser independiente de Ucrania, siempre que esta última haga lo mismo desvinculándose a su vez de Rusia.
Es algo que entiendo que sea difícil de comprender para algún “político yanqui”, inculto y manipulador, menos aún si la “cerrazón intelectual” proviene de algún político colaboracionista en Europa, pero como ejemplo de esta campaña de manipulación de la realidad que sufrimos, saco a colación las recientes declaraciones de Dennis Kicinich.
Este ciudadano estadounidense, ex candidato a la presidencia de los Estados Unidos, acaba de reconocer que “la intromisión estadounidense en los asuntos de Ucrania ha sido ante todo lo que provocó la lamentable situación actual en ese país. Lo que buscaban las autoridades de los países occidentales era aprovecharse de los problemas existentes en Ucrania.”
El autor de estas revelaciones, Dennis Kucinich, es un célebre político del Estado de Ohio, precandidato del Partido Demócrata a la Presidencia de EE.UU., siendo derrotado en las elecciones primarias por John Kerry en el 2004 y por Barack Obama en el 2008.
En una entrevista televisada por el canal Fox News, Kucinich afirmó que “si él estuviera a la cabeza de la política estadounidense, nunca enviaría a los agentes de la USAID o a la Fundación Nacional para la Democracia, remunerados a cuenta de los contribuyentes de EE.UU., a derrocar a un gobierno electo en Ucrania”. Algo “que hicieron ellos”, en referencia a los políticos de Obama, premio Nobel de la Paz.
Crimea es rusa y filo-rusa.
http://espacioseuropeos.com/53965/crimea-es-rusa-y-filo-rusa/
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