El Gobierno italiano se moviliza para poner fin a los trágicos naufragiosfrente a sus costas y evitar que el Mediterráneo se convierta en un cementerio. El primer ministro, Enrico Letta, anunció que a partir de este lunes triplicará las unidades navales y aéreas que vigilan las costas del país y, en especial, el canal de Sicilia, donde han tenido lugar los últimos naufragios: «La emergencia se debe resolver ya, y no esperar a marzo o abril.
El presidente del Gobierno italiano, Enrico Letta, ha convocado este lunes una reunión urgente con los ministros de Defensa, Exteriores e Interior para definir los detalles de la misión militar humanitariaque enviarán en las próximas horas al Canal de Sicilia para evitar que se produzcan más naufragios.
Letta había anunciado el pasado sábado el inminente refuerzo de la actual presencia de las unidades navales y áreas en el Canal de Sicilia, «para hacer más segura esta parte del Mediterráneo que en estos días se ha convertido en una tumba».
«Aunque nos cueste mucho dinero, partirá el lunes una misión íntegramente italiana con la que triplicaremos el número de naves y aviones que patrullan esa zona del Mediterráneo que se ha transformado en una tumba». Para la vigilancia aérea se emplearán drones (aviones no tripulados) Predator y Atlantic, particularmente indicados para reconocimiento marítimo.
Aunque Letta insistió también en la necesidad de que Europa se implique más en la solución de esta tragedia: «Diremos a la Unión Europea que Frontex (la agencia europea des fronteras) debe servirnos de alguna utilidad, que Eurosur (sistema de vigilancia y comunicación para el control de fronteras) debe sernos también útil y que es necesario revisar el Convenio de Dublín sobre refugiados», añadió. «Frontex tiene su sede en Varsovia y se ocupa sólo de un tipo de inmigración, no de las inmigraciones que llegan por mar, de las que están marcadas por la muerte. Frontex debería tener un pie dentro del Mediterráneo», destacó el primer ministro italiano en un acto organizado por el diario «La Repubblica».
Molesta cada día más en Italia que Bruselas imponga a los países del sur que cumplan a rajatabla sus deberes con la austeridad económica, y luego sean abandonados a su suerte cuando deben afrontar tragedias como los naufragios de barcazas cargadas de refugiados frente a la isla de Lampedusa, puerta de entrada en el continente. En este sentido, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, presente también en el acto del diario «La Repubblica», señaló que Europa debe cambiar y ser más solidaria: «Estoy conmocionado y no entiendo que, cuando se ve la muerte de frente, cuando estamos frente a niños que han visto ahogarse a sus padres, pueda haber una polémica entre instituciones o entre derecha e izquierda. Me alegro de que Letta haya logrado llevar el problema de la inmigración al Consejo Europeo. Ahora hay que discutirlo con serenidad y seriedad, aunque tengo la impresión de que hay todavía algunos que intentan cerrar los ojos esperando que el problema desaparezca por sí solo. Diez mil refugiados en Lampedusa son demasiados. En Europa somos quinientos millones y tenemos que ser solidarios».
Salvados cuatro niños
Mientras Europa discute y se divide sobre cómo afrontar esta tragedia, no dejan de llegar nuevas oleadas de inmigrantes que intentan alcanzar las costas italianas. Los servicios de socorro se movilizaron también ayer para auxiliar a dos barcazas con cientos de inmigrantes a unas 60 millas de Lampedusa. Causó gran emoción y dolor el desembarco de 236 supervivientes (entre ellos ocho mujeres y nueve niños) que llegaron a Porto Empedocle (Sicilia) a bordo de la nave militar «Libra», rescatados en tres operaciones de salvamento entre la tarde del viernes y la mañana del sábado.
«No dejaban de llorar y de llamar a "papá" y "mamá"»
En brazos de cuatro militares descendieron cuatro niños, de entre uno y dos años, que han quedado huérfanos al ahogarse sus padres en el naufragio. «No dejaban de llorar y de llamar a “papá” y “mama”», contaba emocionada la comandante del «Libra», Catia Pellegrini, de 37 años, la primera mujer italiana al mando de una nave militar: «De los cuatro niños que hemos traído a bordo, tres son hermanos: dos de ellos, gemelos de unos dos años, que han cuidado con instinto de protección a su hermanito, que no tendrá ni un año».
Adopción de huérfanos
Los militares que participaron en el rescate contaron cómo otros náufragos salvaron a los niños: «Mientras luchaban por salvar su vida, otros náufragos que sabían nadar lograron cogerlos y mantenerlos a flote hasta que fueron rescatados». Los refugiados, antes de descender de la nave, saludaron estrechando con emoción y agradecimiento las manos de los militares. «Muchos de mis colegas que han participado en el rescate han expresado su deseo de adoptar a los niños salvados que han perdido a sus padres», explicó el oficial Cosimo Vergine.
Así las cosas, los centros de acogida se encuentran colapsados y superados por la situación. Aunque la mayoría de los refugiados no tienen la intención de permanecer en Italia, sino que desean unirse a su familia residente en otros países europeos. Ayer, cientos de sirios, entre ellos 63 mujeres y 79 menores, se escaparon del Palaspedini, un recinto deportivo de Catania habilitado como centro de acogida. Tras saltar desde las ventanas y superar las vallas del establecimiento, en cuanto se vieron en la calle preguntaron por la estación de tren. Su objetivo era alcanzar los países del norte de Europa. Con 24.800 solicitudes de asilo político, los sirios se han convertido en la primera población por número de peticiones en 2012. La mayor parte de ellos desean trasladarse a Suecia (7.800 demandas) y a Alemania (6.200). Otros importantes destinos son Reino Unido (1.300), Suiza (1.400) y Austria (920).
Situación ante la que Letta volvió a insistir en la conveniencia de reformar la ley Bossi-Fini sobre inmigración, que considera «delincuentes» a los desesperados que huyen de dictaduras y guerras civiles: «Esa ley tenía la intención de frenar la inmigración de carácter económico, que nada tiene que ver con lo que está sucediendo ahora. Nunca estuve de acuerdo en considerar como delito la inmigración clandestina. Italia tiene que adoptar nuevas normas sobre el derecho de asilo. El asunto clave es cómo acoger a los prófugos, a los refugiados de Estados fallidos, como Siria».
Letta se pronunció a favor de abolir una ley que criminaliza al refugiado político, pero el Pueblo de la Libertad, el partido de Silvio Berlusconi que forma parte de la coalición de Gobierno, defiende la norma. Y es que, después de todo, pese al impacto social causado por los últimos naufragios, cualquier ley que restrinja todo tipo de inmigración es acogida favorablemente por la sociedad y siempre tiende a ser vista por los partidos como cantera de votos.
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