miércoles, 2 de octubre de 2013

Aviones no Tripulados de EEUU en América Latina






(defensa.com) Según un informe publicado por el Centro para las Políticas Internacionales (CIP), Grupo de Trabajo para Asuntos Latinoamericanos (LAWGEF) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), la proyección de UAVs de EEUU en Centroamérica se determina como una tendencia llamada a incrementarse en los próximos años.

El estudio asegura que en la medida en que se están retirando equipos de Afganistán y que los costos continúan cayendo rápidamente, es razonable esperar que la Administración Obama los utilice más frecuentemente en las Américas. El ejército estadounidense está empleando UAV para detectar actividades sospechosas de tráfico de drogas, particularmente (pero no exclusivamente) en aguas internacionales.



La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), cuenta ahora con siete aviones no tripulados Predator B desplegados a lo largo de la frontera entre los EE.UU. y México. La Oficina de Fiscalización del Gobierno de los EE.UU. (GAO) ha criticado la efectividad y el costo del programa, pero la presión política, asegura este estudio, lo ha mantenido en marcha y con posibilidades de obtener un financiamiento aún más robusto.

Estados Unidos también ha obtenido autorización de México para operar aviones no tripulados sobre su espacio aéreo y ha tomado parte en operaciones limitadas de inspección desde el año 2009, con algunos de los UAV siendo lanzados efectivamente desde el interior de México. El Departamento de Seguridad Nacional espera ahora poder duplicar el área de frontera que está bajo vigilancia de aviones no tripulados sobre el Caribe. Además, el Departamento de Defensa estaría considerando actualmente el uso de globos aerostáticos anclados a la popa de barcos.

El DHS ha mostrado resultados mayormente desalentadores de las pruebas realizadas en el curso de los últimos dos años, asegura el documento, especialmente considerando el gasto de operar las plataformas, cuyo costo ha llegado a 3.234 dólares por hora de vuelo según reportes elaborados por la GAO. Pero la versión elaborada por el Senado de la reforma de las leyes migratorias acelerará el proceso. Esta versión incluye la autorización para que cuatro aviones adicionales no tripulados sean empleados por la CBP a lo largo de la frontera sur, y requiere que esta flota sea desplegada de tal manera que brinde cobertura continua de la frontera durante 24 horas al día, 7 días a la semana.


Proliferación de UAVs de factoría latinoamericana

En América Latina, al menos ocho países, recuerda este informe, cuentan con programas propios de aviones no tripulados. El fin más frecuentemente citado es la vigilancia, tanto por razones de seguridad como para la detección de actividades ilícitas. Otros usos incluyen la inspección de áreas para fines agrícolas, y la detección de daños al medio ambiente.

A principios de 2013, Estados Unidos proporcionaba al Gobierno colombiano seis aviones no tripulados Boeing ScanEagle y un pequeño UAV de reconocimiento, para ser lanzada con catapulta. Pero, al margen de este apoyo, EEUU se ha mantenido fuera del mercado de sistemas no tripulados en América Latina. Sin embargo, esto puede cambiar pronto. General Atomics ha recibido autorización del Departamento de Estado para vender aviones no tripulados y no equipados con armamento Predator B a los Emiratos Árabes Unidos, y espera comercializarlos pronto a países latinoamericanos, destaca el informe.

Brasil, por su parte, ha liderado la adquisición y manufactura de sistemas aéreos no tripulados en América Latina. Cuenta con dos aviones no tripulados Hermes de origen israelí, y en 2010 gastó 350 millones de dólares en la adquisición de 14 aviones israelíes no tripulados Heron, que serán entregados en el curso de los próximos cuatro años. Además ha suscrito acuerdos de fabricación conjunta con firmas israelíes para producir estos sistemas localmente.

La mayor parte de su uso corresponde a vuelos de inspección a lo largo de las extensas fronteras del país, pero con los próximos eventos deportivos a celebrarse en su territorio, Brasil también ha venido probando el uso de los sistemas para detectar actividades criminales en las favelas de Rio de Janeiro. El año pasado, durante una operación de dos semanas de duración a lo largo de las fronteras con el Perú y Bolivia, Brasil supuestamente desplegó aviones no tripulados que colaboraron en la captura de una toneladas de cocaína y en el arresto de varios traficantes.

En cuanto a Bolivia está adquiriendo UAV israelíes para utilizarlos en la detección de tráfico de drogas. Este país también ha trabajado con Brasil en el uso de aviones no tripulados para detectar plantaciones ilegales de coca. Venezuela, por su parte, cuenta con dos aviones no tripulados iraníes Mohajer y, con ayuda de Irán, Rusia y China, ha desarrollado la capacidad de manufacturar UAV en su compañía militar-industrial, Cavim. Este país ha anunciado su propósito de usar estos aviones para defensa, vuelos de reconocimiento y monitoreo de ductos, bosques y carreteras.

Argentina, México y Perú han desarrollado sus propios programas de UAV. Además de los esfuerzos para detectar las actividades de organizaciones criminales, el estudio afirma que México también quiere UAV tácticos para usarlos en misiones de seguridad nacional y para su Marina.

Colombia ha empezado un programa para desarrollar aviones no tripulados, invirtiendo más de 14 millones de dólares en 2012 y está invirtiendo hasta 50 millones en UAV israelíes Hermes. Los Estados Unidos proporcionaron a Colombia capacidades para utilizar aviones no tripulados durante una crisis de rehenes que involucraba a ciudadanos estadounidenses en 2006, y desde entonces Colombia ha mantenido negociaciones con los EEUU para adquirirlos.

Chile también ha adquirido UAV de Israel y dado los primeros pasos en la fabricación de sus propios aviones no tripulados. Este país se propone contar con 18 UAVs para el equipamiento de su Fuerza Aérea, relata el estudio, principalmente con la función de patrullar las fronteras con Perú y Bolivia. Ecuador y Uruguay también han iniciado programas que emplean UAV.

El informe destaca finalmente que la mayoría de la tecnología de UAV, en rápida evolución en América Latina, está orientada a fines de defensa, acciones de detección y monitoreo de actividades criminales, además de fines relacionados con la agricultura y el medio ambiente.


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