Miles de licenciados universitarios, acuciados por la sequía de oportunidades laborales, han puesto sus ojos en las Fuerzas Armadas como salvavidas al que aferrarse a falta de una salida mejor. De los cerca de 45.000 jóvenes que aspiraban a ocupar las 1.500 plazas de soldado y marinero que ha ofertado este año el Ministerio de Defensa, más de 10.000 tenían estudios superiores, una cifra desconocida hasta la fecha.
Los 1.500 elegidos, tras superar la criba del proceso de selección, se incorporaron el pasado lunes a los centros de formación de los tres ejércitos, donde cobrarán, inicialmente, un salario mensual de 359,55 euros. Tras un periodo de adiestramiento que dura entre dos y 12 meses los soldados cobrarán 1.016,62 euros brutos al mes.
Las estadísticas no dejan lugar a dudas: desde que estalló la crisis económica, en 2008, el Ejército, y en menor medida la Armada y la Fuerza Aérea, se ha convertido en un imán para decenas de miles de jóvenes sin empleo. Los aspirantes a enrolarse en las Fuerzas Armadas se han multiplicado por diez. Si en 2007 sólo había tres candidatos por cada plaza ofertada -lo que reducía considerablemente el margen de selección-, en la convocatoria de este año han sido 30 los que se han disputado cada una de las 1.500 plazas. En 2001 los aspirantes ni siquiera llegaban a dos por puesto.
Y mientras crece el número de licenciados universitarios en los rangos más bajos del Ejército, se reduce el de mujeres. Apenas el 12% de los candidatos a soldado de la última convocatoria eran del sexo femenino, cuando el porcentaje actual de mujeres en la clase de tropa es del 17%, y sólo 70 de las 5.500 que se han presentado este año a las pruebas de selección han logrado finalmente una plaza, lo que demuestra que la crisis ha frenado bruscamente el proceso de incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas.
PUBLICADO POR QAESAR A LAS 14:13
No hay comentarios:
Publicar un comentario