El KC-390 de Embraer despegará en 2014 (Créditos: Reuters)
ÚN | Emen | Reuters.- Durante décadas, el fabricante de aviones brasileños Embraer mantuvo su cabeza agachada y evitó disputas con los pesos pesados de la industria.
Pero esa actitud podría cambiar con un transporte militar que está a punto de despegar de la mesa de diseño. Embraer SA decidió desafiar directamente al legendario Hercules de Lockheed Martin Corp con un avión que volará más alto, más rápido y transportará más carga por un precio más barato.
La jugada es parte de una campaña de Brasil para ganar credibilidad como un actor global. Tras años usando material de defensa de segunda mano, la potencia latinoamericana está impulsando su propia industria de defensa y tratando de exportar.
Si el KC-390 de Embraer despega a fines del 2014, como la empresa prevé, Brasil habrá tenido éxito en un segmento donde otras naciones emergentes fracasaron, dejando atrás programas lanzados en la última década por Rusia, India y China. El carguero será el mayor avión jamás fabricado en América Latina, con suficiente espacio en su barriga para llevar un helicóptero Blackhawk.
"No creo que el Hercules haya enfrentado jamás una competencia tan seria y es el avión más antiguo todavía en producción", dijo Richard Aboulafia, un consultor de aviación del Teal Group.
Embraer está apostando a que puede no sólo igualar los altos estándares del C-130 Hercules sino superarlo en muchos frentes, usando motores a reacción en lugar de las turbohélices que mueven al legendario avión de Lockheed desde la década de 1950.
Embraer usará la misma familia de motores del Airbus A320 y promete ventajas en cuanto a carga máxima, velocidad de crucero y altitud. Lockheed asegura que la durabilidad de sus turbo hélices es inigualable.
"Las hélices nos dan una ventaja tremenda en pistas de tierra, grava y no preparadas", dijo Larry Gallogly, un ex piloto de C-130J de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que trabaja ahora para Lockheed. "Si uno se mete en esas pistas con un motor a reacción, es capaz de ser destruido".
Ejecutivos de Embraer, que están diseñando el carguero para que la Fuerza Aérea de Brasil pueda utilizarlo en las rústicas pistas desde la Amazonia a la Antártica, dicen que el KC-390 demolerá esas viejas ideas.
"Si me preguntabas hace 30 años te hubiera dicho que una turbohélice es mejor en terrenos rústicos. Hoy ciertamente no", dijo Paulo Gastão, jefe del programa KC-390, citando la evolución de las turbinas.
Al optar por un motor que lleva millones de horas de vuelo, Embraer evitó también los riesgos asociados con las últimas tecnologías de turbohélice. Enormes hélices fabricadas con materiales compuestos de última generación provocaron, por ejemplo, costosos retrasos en el enorme carguero Airbus A400M.
Fuerte demanda. La turbina podría darle una ventaja al KC-390 en un mercado que mostró señales de estancamiento bajo el dominio de Lockheed.
El fabricante estadounidense vendió más de 2.000 Hercules en las primeras cuatro décadas del avión, pero las ventas del avanzado Super Hercules C-130J apenas llegaron a 300 unidades desde comienzos del siglo XXI.
La demanda inicial del Super Hercules ha sido tibia, pero las ventas han remontado en los últimos cinco años y Lockheed espera vender otras 300 unidades en los próximos años. Una gran base de usuarios e infraestructura global de soporte ayudarán en la campaña de ventas.
Los brasileños prometen sacudir el mercado, ofreciendo su avión a un precio más competitivo que el Hercules.
Un precio competitivo sería fundamental para Embraer, que no puede depender de un mercado doméstico significativo como ocurre con muchas empresas de defensa.
La apuesta de Brasil ha sido asociarse con otros países que expresaron interés en el KC-390 a cambio de participar en el desarrollo industrial del nuevo avión, una versión latinoamericana de las coaliciones en la industria de defensa europea.
Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Portugal y República Checa pretenden comprar 60 unidades del carguero militar. Y Embraer ve un mercado para más de 700 aviones en la próxima década, una oportunidad superior a los 50.000 millones de dólares.
"Estamos apuntando a una participación razonable dentro de eso", dijo Gastão durante una entrevista en la sede de Embraer en São José dos Campos, 100 kilómetros al nordeste de Sao Paulo, añadiendo que un 15 por ciento sería una tajada saludable. "No se necesita tanto para ser muy interesante".
Las entregas del KC-390 están programadas para comenzar en el 2016. Embraer demoraría alrededor de cuatro años en cubrir la demanda existente, dijo el ejecutivo.
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