martes, 27 de agosto de 2013

¿Se convertirá Siria en un segundo Iraq?



Rusia pidió a EEUU no presionar militarmente a Damasco. En una conversación telefónica con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, advirtió que una nueva intervención armada podría tener consecuencias muy peligrosas para Oriente Medio y el Norte de África, alegando los casos de Iraq y Libia.


El Departamento de Defensa de EEUU ya tiene preparado un plan de operación contra Damasco. El titular del Pentágono, Chuck Hagel, dijo que podrá ponerlo en marcha en cuanto reciba la respectiva orden del presidente Barack Obama


Los militares británicos pueden sumarse a sus colegas estadounidenses en esta operación. El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, dijo ser consciente de que no obtendrán el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU para esta acción militar, porque Rusia estaría en contra.



En estas circunstancias, es difícil decir hasta qué punto están decididos los países occidentales en convertir a Siria en un segundo Iraq, sostiene nuestro analista político Leonid Isaev:


—En aquella ocasión, los estadounidenses estaban equivocados y tuvieron que reconocer que no habían encontrado armas químicas en Iraq. Fue un golpe muy duro para el entonces presidente George Bush y la reputación de EEUU. Creo que esta vez operarán con más precaución.
En pocas palabras, EEUU necesita pruebas fehacientes del uso de armas químicas por las tropas de Asad y espera obtenerlas de parte de los expertos de la ONU que están investigando el ataque químico registrado en un suburbio de Damasco el pasado 21 de agosto. Según fuentes diferentes, el número de víctimas oscila entre las trescientas y las mil trescientas. Ambas partes se acusan mutuamente de la autoría del caso.


Después de algunas vacilaciones, el Gobierno sirio permitió el acceso de una comisión de la ONU a la región. Contrariamente a lo esperado, la Casa Blanca no se se alegró con esta noticia, afirmando que el momento para investigar el caso ya se había pasado. De esta manera, tomó precauciones desvirtuando por adelantado el dictamen de la comisión de la ONU, que puede salir distinto a sus expectativas, por un lado, y por otro, dando a entender a los inspectores internacionales qué tipo de informe espera de ellos, observa el analista político Leonid Isaev:
—Para sentirse tranquilos al intervenir en Siria, los estadounidenses deben conseguir previamente una aprobación unánime de esta operación por parte de la Comisión de la ONU sobre Armas Químicas. Lo veo difícil. Después de todo, es una de las comisiones más objetivas e imparciales a nivel mundial, a pesar de todos los pros y los contras de la ONU.




Barack Obama se ha visto en una situación bastante complicada. En su momento, trazó una línea que el régimen de Asad no debía sobrepasar si querían evitar un ataque militar contra Siria y era el uso de armas de exterminio en masas. Inmediatamente empezaron a llegar noticias denunciando supuestos casos de uso de armas químicas. Y aunque no hay pruebas fehacientes de que el culpable es el ejército gubernamental, los enemigos de Asad no dejan de recordar a Obama aquella declaración.


Objetivamente, a estas alturas, EEUU no tiene mucho interés en invadir Siria militarmente. De repente le gustaría eliminar al terco de Asad, pero ¿por quién lo cambiaría? A falta de un reemplazo adecuado, eliminar al líder actual significaría sumir al país en un caos que solo agravaría los problemas con el vecino Israel. Además, EEUU no tiene holgura de presupuesto para lanzar otra operación militar que no se sabe cuánto costaría. Por eso, el Pentágono ha preparado un plan de operación militar, pero Obama no se apresura a ponerlo en marcha, acota el orientalista Serguéi Demidenko, del Instituto de Análisis y Evaluaciones Estratégicas:
—Cabe señalar que para el próximo 28 de agosto está prevista una reunión de diplomáticos estadounidenses y rusos sobre la parte organizativa de la conferencia de arreglo pacífico para Siria. Su convocatoria aún sigue vigente. Y es prematuro decir que el ataque militar contra Siria es un asunto decidido.


Moscú advierte a Washington que ese ataque sería una aventura de consecuencias imprevisibles. Cualquier acción unilateral, sin previa autorización de la ONU, echaría a perder los esfuerzos de la comunidad internacional por impedir la escalada del conflicto en Oriente Medio, dice en su comunicado el Ministerio de Exteriores de Rusia. 





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