miércoles, 28 de agosto de 2013

Obama plantea tres días de bombardeos por mar y aire sobre posiciones de Assad


REUTERS
Un avión a bordo del USS Harry S. Truman en aguas del Mediterráneo el pasado 15 de agosto


Estados Unidos se prepara para un ataque contra Siria, consistente probablemente en el lanzamiento de misiles contra instalaciones militares, que podrían prolongarse durante dos o tres días. El ataque, concebido como castigo, sin ánimo de una mayor involucración en el conflicto, sería llevado a cabo sin autorización de las Naciones Unidas y podría tener lugar esta misma semana, según altos cargos del Pentágono consultados por los medios estadounidenses. La cadena NBC llegó a apuntar al jueves como posible día del comienzo de las ráfagas de misiles, que se lanzarían desde la flota que Estados Unidos tiene desplegada en el Mediterráneo.


Las Casa Blanca precisó que «no hay decisión todavía» y que «cuando el presidente tenga que hacer un anuncio lo hará». Pero las palabras del portavoz de Obama, Jay Carney, fueron tajantes sobre la culpabilidad del régimen sirio en el uso de armas químicas contra civiles a las afueras de Damasco, concretamente en el barrio de Jobar, el pasado día 21 de agosto. «No hay duda» de que Bashar al Assad utilizó agentes químicos. «Una cuidadosa revisión de los hechos así lo indica», aseguró Carney. Estas declaraciones se basan en un informe de inteligencia que la Casa Blanca podría publicar parcialmente esta misma semana.
Listos para actuar


El secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, por su parte aseguró que el Pentágono «está listo» para actuar en el caso de que lo ordene el presidente Obama, preparando así a la opinión pública para una próxima acción. Ya el lunes el secretario de Estado, John Kerry, dio por buena formalmente la versión de que la semana pasada el régimen sirio utilizó armas químicas en los suburbios de Damasco contra población civil y desarmada. Kerry calificó de «obscenidad moral» no solo que el presidente Al Assad utilizara armas químicas, sino que, además, haya intentado negarlo ante la comunidad internacional.


Meses atrás el presidente de Estados Unidos en comparecencia pública aseguró que consideraría una «línea roja» en el conflicto sirio el uso de armas químicas por parte del Ejército fiel al dictador Bashar al Assad. En ese momento dejó bien claro que traspasar esa línea roja tendría graves consecuencias, en forma de intervención estadounidense y de sus aliados en el conflicto. Pero dejó bien claro que deberían obrar en su poder pruebas suficentes y contundentes del uso de este tipo de armamento. Aunque ha habido evidencias de otros ataques previos, ante los que Washington prefirió mirar hacia otro lado, esta vez la escalada del ataque y sus pruebas son más concluyentes que nunca. Así, un diplomático francés citado como fuente por la agencia Reuters, indicó que Al Assad lleva meses utilizando armas químicas, pero ahora lo está haciendo en una escala masiva.


Esa certeza también es expresada por el Reino Unido, cuyo Gobierno, que ha convocado para el jueves una reunión especial del Parlamento, ha dado a entender que el ataque limitado tendría lugar sin la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Tanto Rusiacomo China, renuentes durante toda la guerra civil siria a la adopción de medidas contra Al Assad, ya han advertido su rechazo a tal ataque.


El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, calificó esa posibilidad de«grave violación de la ley internacional». Por su parte, China señaló a través de sus canales de comunicación públicos que Estados Unidos debería refrenar cualquier tentación de «intervención armada precipitada». Los chinos recuerdan que EE.UU. invadió Irak en 2003alegando la posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen de Sadam Husein, sin que luego ese armamento fuera hallado.


El equipo de observadores de la ONU enviado a Siria para verificar las acusaciones sobre la utilización de agentes químicos tuvo ayer que demorar el comienzo de sus trabajos, después de que el lunes se vieran bajo el fuego de francotiradores. Se espera que hoy puedan llevar a cabo su misión.
La Liga Árabe


Desde El Cairo, la Liga Árabe señaló abiertamente a Al Assad como responsable de usar armas químicas. Arabia Saudí y Qatar expresaron su condena del Gobierno sirio. El apoyo de la Liga Árabe, aunque se formule de modo limitado buscando el consenso entre todos sus miembros, constituiría un cobertura diplomática esencial para el ataque de Estados Unidos y quizás de otros aliados occidentales, ante el seguro veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.


Por su parte Irán ha advertido que un ataque contra Siria «afectaría a la estabilidad de toda la región». Y la dictadura comunista de Corea del Norte podría estar detrás de un envío de máscaras de gas a Siria al parecer interceptado en Turquía.


De acuerdo con «The Washington Post», el ataque probablemente no duraría más de tres días. Aunque indicó que sería llevado a cabo con misiles de crucero lanzados desde buques, no descartó que intervinieran bombarderos de largo alcance. En cualquier caso, los objetivos serían instalaciones militares, no los arsenales de armas químicas de que dispone Siria. Las fuentes de este diario condicionaban la acción a tres factores: la conclusión del informe de inteligencia que se está realizando sobre el uso de armas químicas la semana pasada, las consultas con demócratas y republicanos en el Congreso y con los países aliados, y la determinación de conseguir una justificación en el derecho internacional.


Por su parte, la cadena NBC apuntó a que los ataques podrían durar tres días, con el fin de poder asegurar en sucesivas olas la completa destrucción de los objetivos que se fijen. La NBC consideró «casi seguro» que misiles Tomahawk serían lanzados desde destructores o submarinos estadounidenses desplegados en el Mediterráneo. Aunque Estados Unidos ha ordenado en los últimos días que parte de su flota, también reforzada, se aproxime al extremo oriental del Mediterráneo, esto podría haber obedecido a un mero intento de presionar a Siria, ya que los misiles de crucero estadounidenses pueden lanzarse a mayor distancia, sin necesidad de aproximarse tanto a la costa siria.

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