10/06/2013
(Infodefensa.com) Ginés Soriano, Madrid –Australia aumentará sus gastos militares más de un 5% al año durante el próximo lustro. El país, que en 2013 destina a defensa 26.300 millones de dólares (20.000 millones de euros), empleará en 2018 en torno a 35.200 millones de dólares (26.700 millones de euros). Además, el 65% de sus adquisiciones militares serán suministradas por empresas extranjeras, sobre todo de Estados Unidos.
España se ha colocado en los dos últimos años como el segundo proveedor de armamento del país. Los grandes programas contratados a Navantia explican unas cuantiosas ventas que podrían continuar en los próximos años con la construcción de submarinos y barcos de aprovisionamiento.
El informe Futuro de la industria de defensa australiana – atractivo del mercado, panorama competitivo y previsiones para 2018 de la publicación especializada ASD Reports, de donde se extraen los principales datos, concluye que las importaciones y exportaciones de defensa de Australia han aumentado en los últimos años gracias al plan de Capacidad Industrial Australiano (AIC, por sus siglas en inglés) y al trabajo de la Unidad de Exportación de Defensa (DEU) del Gobierno.
El AIC fue introducido en 2009 para que las compañías del país aumentasen su participación en las cadenas mundiales de suministro y accediesen mejor a la tecnología de industrias extranjeras. En cuanto al DEU, se trata de un instrumento de asesoramiento de las compañías locales para acceder a los mercados de exportación.
Ambas iniciativas, junto con una mayor preocupación del Gobierno por modernizar la defensa del país y un aumento de los gastos en la lucha contra el terrorismo, explican el previsible aumento de sus gastos militares.
La expectativa despierta el interés de las empresas internacionales del sector en un momento en el que el grueso de países occidentales está disminuyendo sus presupuestos militares. Incluso Estados Unidos, afectado por el denominado secuestro fiscal, prevé un recorte en sus gastos de defensa de más de medio billón de dólares (más de 380.000 millones de euros al cambio actual) durante la próxima década.
El informe de ASD Report calcula que los actuales gastos de capital de 5.900 millones de la defensa australiana aumentarán hasta los 9.500 millones de dólares en 2018. En ese mismo periodo el capítulo de gastos corrientes pasará de los 20.400 millones actuales a sumar 25.700 millones en 2018 por un incremento en los índices de reclutamiento, entrenamiento y de desarrollo de programas para el personal militar que están previsto para los próximos cuatro años. Es decir, serán necesarias nuevos equipos, armas y medios de formación.
Además prevé un ascenso de los fondos de lucha contra el terrorismo y la repercusión del proyecto de fortalecimiento de las fronteras anunciado en 2011, que contempla un desembolso de 1.200 millones de dólares australianos (más de 750 millones de euros). Este plan incluye la construcción de ocho nuevos buques patrulleros y el fortalecimiento de la seguridad aérea.
Dudas sobre el ritmo del gasto
Pese a todo ello, el Instituto Australiano de Política Estratégica –un grupo de reflexión que cada año publica un informe sobre los presupuestos de defensa muy seguido entre los analistas– reveló a finales del mes pasado que los planes del país para modernizar sus fuerzas armadas deberán hacer frente a un déficit de financiación de 33.000 millones de dólares (25.000 millones de euros) durante la próxima década.
En su trabajo este think tank añade que el Gobierno se dará de bruces con una contracción de la economía en tres o cuatro años, momento en el que tendrá que decidir entre suministrar más dinero a defensa, como prevé el informe de ASD Report, o reducir sus ambiciones.
España ya es el segundo proveedor militar del país
El principal proveedor de armamento a Australia fue durante años Alemania. Sin embargo la dinámica cambió a partir de 2007 y desde entonces es EE UU, seguido de Francia, el mayor vendedor, según el informe de ASD Report. Pero en los dos últimos años ha irrumpido con fuerza España –suministrador de importantes sistemas para la Armada australiana–, hasta el punto de que el valor de la compra de equipos españoles ya ha alcanzado el segundo lugar en el último lustro, tras EE UU.
Para los próximos ejercicios los norteamericanos continuarán liderando el mercado australiano a través de importantes contratos sobre todo con General Dynamics y las filiales locales de Lockheed Martin, Boeing y Raytheon.
En cuanto a España, de momento Navantia ya ha vendido a la Marina australiana dos buques anfibios de la misma clase que el Juan Carlos I, doce lanchas de desembarco del tipo LCM-1E y diseño y tecnología para la construcción de tres destructores basados en las fragatas españolas F-100.
Para el futuro España cuenta con importantes posibilidades de ser elegida de nuevo para fabricar, entre otros, barcos de aprovisionamiento de combate como el Cantabria, que opera actualmente con Australia a modo de prueba; y submarinos similares a los S-80 españoles para el programa de sustitución de los viejos sumergibles Collins australianos.
Según los datos manejados por el Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Australia ha importado durante los últimos cinco años (de 2008 a 2012) más de 5.000 millones de dólares en armamento (el SIPRI ofrece sus datos a precios constantes de 1990, para dar una idea real de la evolución descontando los efectos de la inflación). De esa cantidad, cerca de 4.000 millones se deben a adquisiciones a EE UU y casi 500 millones a España.
Les siguen en importancia las compras realizadas aFrancia, con 352 millones; Alemania, con 120 millones; Irlanda, 98 millones; Gran Bretaña, 90 millones, e Israel, 30 millones.
La mayor parte de estas adquisiciones –cerca de 4.000 millones de dólares– están relacionadas con aeronaves militares. Le siguen las compras australianas de sistemas de misiles extranjeros –750 millones de dólares en estos últimos cinco años–, blindados –216 millones– y motores –109 millones–.
Foto: Departamento de Defensa de Australia
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