Rusia, que ha perdido casi la mitad de sus ingresos petroleros por la caída de los precios del crudo, intenta mantener sus ventas de armas a pesar de las dificultades impuestas por las sanciones internacionales. Para ello es importante el marketing de la exitosa campaña bélica en Siria, y la capacidad administrativa para burlar las sanciones que le impusieron USA y la Unión Europea como consecuencia del conflicto que mantiene con Ucrania. No es una casualidad la denuncia que acaba de presentar Rusia contra USA por la gestión de laboratorios de fabricación de armas biológicas para fines militares, ubicados en el territorio de los países de la Comunidad de los Estados Independientes (CEI).
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Las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia han confirmado la utilización de dos bombas aéreas guiadas KAB-1500 por parte de los aviones instalados en una base situada en la provincia siria de Latakia. Foto Wikipedia.org / Allocer
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI) de Estocolmo, Rusia es el exportador N°2 de armas después de USA, aunque el experto Ruslán Pújov, director del Centro de Análisis Estratégico y Tecnológico, advierte que Francia amenaza con desbancar a Rusia de ese puesto.
De acuerdo al director general de Rosoboronexport, Anatoli Isaikin, este consorcio, que acapara el 85% de las ventas de armas rusas, colocó en los últimos 15 años material militar a 116 países por valor de US$ 115.000 millones, y en ese periodo el volumen de exportaciones se multiplicó por 4. Ahora, el principal objetivo es "mantener un ritmo de ventas anual de entre US$ 12.000 millones y US$ 13.000 millones", las cifras alcanzadas entre 2012 y 2014, ha agregado.
Según Isaikin, hasta el año 2000, los principales países importadores de armamento ruso eran India y China, que suponían hasta el 80% del total. Pero "en los últimos 15 años se han sumado otros importantes países a la lista de importadores, como Argelia, Venezuela y Vietnam".
El mayor volumen de suministro de armas va dirigido a la región de Asia Pacífico, con un 42% del total, seguida por los países de Oriente Medio y el Norte de África, que suponen más del 37% de las ventas de Rosoboronexport. Latinoamérica y las repúblicas exsoviéticas son el destino del 9% de las ventas de armas rusas.
Rosoboronexport, la mayor exportadora rusa de armas, acumula pedidos por US$ 45.000 millones, según Anatoli Isaikin. "El volumen anual de pedidos de Rosoboronexport se ha incrementado en 5 veces", explicó en conferencia de prensa en Moscú. "En los próximos 5 a 7 años, la cartera de pedidos será suficiente para que Rusia pueda ocupar el 2do. puesto en el mundo en volumen de exportaciones de material bélico".
Isaikin ha asegurado que las sanciones impuestas a este consorcio por USA y la Unión Europea —como parte de las medidas de castigo por el papel de Rusia en la guerra de Ucrania y por la anexión de Crimea— no han tenido gran impacto en las exportaciones de armas rusas.
"Hace 4 años ya nos encontrábamos bajo (otras) sanciones de USA. Y el resultado es que el volumen de ventas se incrementó en este tiempo 1,5 vez", ha señalado, en referencia, entre otras, a las sanciones impuestas por Washington DC a los países que vendían armas a países como Irán y Venezuela.
Según Isaikin, casi la mitad de todas las ventas al exterior de este consorcio que aglutina a 700 empresas nacionales, corresponden a aviones y helicópteros de combate, como los Su-35, Cy-35, Mig-29/M2 o Yak-130, muy demandados en el exterior. "Suponen el 47 % del total de las ventas al exterior", mientras que los equipos y armas para las fuerzas terrestres constituyen un 12%, los sistemas de defensa antiaérea un 26% y los equipos navales el 11%.
A las sanciones se refirió indirectamente el presidente ruso, Vladímir Putin, cuando dijo que los gobiernos occidentales y fabricantes de armas de esos países tratan de boicotear los esfuerzos rusos para impulsar sus exportaciones: "Últimamente, en el mercado global de la venta de armas y equipos militares se ha hecho significativamente más evidente la competencia desleal", ha afirmado Putin, en una reunión de la Comisión para la Cooperación en Tecnología Militar con Países Extranjeros.
Pese a las sanciones que la Casa Blanca y la Unión Europea le ha impuesto al Kremlin por sus intervenciones en los conflictos entre Crimea y Ucrania o el que Bashar al-Assad mantiene con el Estado Islámico, Vladimir Putin, presidente ruso, redobla la apuesta y logra que aliados de Washington se unan a la exUnión Soviética.
La agencia oficial Russia Today (RT) sostiene que uno de los fuertes en la actualidad son los tanques de guerra y equipos para la Marina, disminuyendo el mercado para la aviación de combate. Esto tiene que ver por el gran desarrollo que los aviones no tripulados (drones) han tenido en los últimos años, que logran una independencia humana casi al 100%.
Una de las ventas que Washington DC impidió a Rusia fue a Arabia Saudita, un mercado de armas estadounidenses que estaba explorando el arsenal ruso. Sin embargo, a la reciente feria internacional Russia Arms Expo 2015 celebrada en la zona de Nizhni Taguil, tanto Riad como otras monarquías del golfo Pérsico enviaron delegaciones con muchos intereses en jugar a los acuerdos millonarios.
Es un regreso de Rusia a una región que comenzó a perder cuando sucedió el colapso árabe en la Guerra de los 6 Días, que ganó Israel.
Rusia ya ha podido recuperar el mercado de armas de Egipto y está avanzando sobre Irak.
En medio de este avance, el Ministerio ruso de Defensa comparó la alta precisión de los aviones de las Fuerzas Aeroespaciales con el hecho extraordinario de "alcanzar con una piedra lanzada desde mucha altura el extremo de una pala", según el vocero de dicha cartera, Ígor Konashénkov.
Exhibiendo novedades de su tecnología, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, informa RIA Novosti, han confirmado la utilización de 2 bombas aéreas guiadas KAB-1500 por parte de los aviones instalados en una base situada en la provincia siria de Latakia.
Según el representante de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Ígor Klímov, dos bombas KAB-1500 –denominadas así por sus 1,5 toneladas de peso– fueron instaladas en un avión de caza Su-34 que sobrevuela las zonas orientales de Siria bajo control de los grupos terroristas.
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