AFP
Horas después de que se supiese que los terroristas del autoproclamadoEstado Islámico habían dinamitado el Arco del Triunfo de Palmira, una construcción monumental de más de dos mil años de antigüedad, la aviación rusa emprendió contra ellos una incursión en áreas de Palmira y sus alrededores. Esta acción militar tiene todas las trazas de tratarse de una nueva operación de imagen del presidente Vladímir Putin para provocar los aplausos de Occidente.
Los aparatos rusos se emplearon también a fondo contra las posiciones del Califato en Aleppo. Estas informaciones fueron difundida ayer por la televisión pública siria, que citaba fuentes militares, y por la ONG denominada Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Los aviones rusos golpearon durante la noche del lunes al martes tres depósitos de armas de los yihadistas en Palmira y destruyeron 20 de sus vehículos y varias lanzaderas de misiles.
En la provincia norteña de Aleppo los ataques rusos se produjeron enDeir Hafer y Al Bab, cerca de un aeródromo militar asediado por los combatientes del Estado Islámico. En total, en las últimas 24 horas, la aviación militar rusa efectuó una treintena de ataques, causando además una veintena de muertos entre los extremistas.
Las informaciones de ciertos medios de comunicación mundiales sobre los bombardeos contra los radicales islámicos en Palmira fueron percibidas por el Ministerio de Defensa ruso como críticas y reproches, por lo que su portavoz, el general Ígor Konashenkov, compareció para matizar que no hubo ataques sobre la propia ciudad de Palmira ni sobre las ruinas históricas. «Nuestra aviación en Siria no está actuando sobre zonas pobladas, eso sin hablar de los monumentos arquitectónicos que hay allí», subrayó Konashenkov. Según sus palabras, «es absolutamente falso que se haya bombardeado la ciudad».
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, manifestó en un encuentro con la prensa que «desde el comienzo mismo de la fase militar de la operación antiterrorista de las fuerzas rusas en Siria (...) los medios mundiales han lanzado una poderosa campaña informativa antirrusa».
Palmira fue tomada por las fuerzas del Estado Islámico a finales del pasado mes de mayo. Junto a sus ya habituales matanzas y atrocidades contra la población, los yihadistas destruyeron varios monumentos de gran valor histórico considerados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, entre ellos los templos de Baalshamin y Bel.
Tras una petición de ayuda militar del dictador sirio, Bashar al Assad, Rusia comenzó sus ataques aéreos sobre Siria el pasado 30 de septiembre. Moscú sostiene que el objetivo es derrotar al Estado Islámico y al Frente Al Nusra, grupo vinculado a Al Qaida. Sin embargo, la oposición moderada siria asegura estar siendo también objeto de los bombardeos rusos. Occidente ha recriminado a Rusia tal actitud y la OTAN le exigió el lunes que se centre exclusivamente en el Califato y deje de matar a opositores y civiles.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió ayer a la Alianza Atlántica declarando que «tanto los militares como el presidente ruso han subrayado más de una vez que el objetivo de los bombardeos son las organizaciones y grupos terroristas que se encuentran en territorio sirio y atacan a sus fuerzas armadas».
En relación con los dos incidentes aéreos habidos estos días entre aviones rusos y turcos, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, volvió ayer a la carga y afirmó que «no fueron accidentales, sino que se trataron de una seria violación» por parte de Moscú. El sábado, un Su-30 se internó en el espacio aéreo turco y el domingo, según Ankara, un Mig-29 «hostigó» a dos cazas turcos F-16. Turquía volvió ayer de nuevo a convocar al embajador ruso para transmitirle su malestar y pedir explicaciones. El presidente Recep Tayyip Erdogan ha advertido al Kremlin que no debe poner otra vez en riesgo la «amistad» entre los dos países.
A propósito de unas informaciones difundidas por el canal de televisión estadounidense CNN, según las cuales Rusia se dispone a lanzar una intervención terrestre en Siria de forma inminente, Peskov lo negó ayer rotundamente. El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo la semana pasada que su país no se propone por el momento iniciar una operación terrestre en el país árabe.
Sin embargo, el jefe del comité de Defensa de la Duma (Cámara), el almirante Vladímir Komoyédov, manifestó el lunes que es posible que pronto veamos en Siria «una brigada o batallón de voluntarios rusos», según el modelo empleado en el este de Ucrania. Tal información fue corroborada recientemente a la prensa rusa por Ígor Guirkin (Strelkov), ex comandante en jefe de la fuerzas separatistas en Donetsk. Según Strelkov, los «voluntarios» que hasta ahora luchaban en Ucrania contra las tropas de Kiev serán reenviados a Siria para combatir a los islamistas.
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