China parece estar preparándose para lanzar en 2021 un avión de combate embarcado de quinta generación, lo que podría significar un aumento en su capacidad de proyección de poder y de ataque aéreo del país asiático.
Los diseñadores aeronáuticos del país asiático han reanudado el desarrollo de un avión de combate de nueva generación, informó el Establecimiento Aeronáutico de China en un comunicado publicado inicialmente en WeChat. Posteriormente, este comunicado fue eliminado, informa el medio chino Global Times.
La declaración no dio detalles sobre el nuevo avión de combate, pero sí mencionó la participación del Instituto Shenyang en el proyecto. Este es conocido por el desarrollo del J-15, el primer caza embarcado de China, y del FC-31: el segundo avión furtivo del país asiático. Se rumoreaba que el FC-31 está siendo profundamente modificado para convertirse en un nuevo caza embarcado a disposición de Pekín.
Un avión de combate de quinta generación diseñado para operar en un portaviones ampliaría enormemente la capacidad de China de proyectar su potencia a nivel internacional, especialmente en lugares como el mar de China Meridional, donde puede resultar difícil construir pistas de aterrizaje para poder emplear aeronaves de ala fija, señala Kris Osborn en su artículo para National Interest. Además, agregó que la existencia de una aeronave como esta podría servir de contrapeso para los F-35B y F-35C de EEUU.
Dado que China busca construir su propia flota de portaviones, el desarrollo de un caza sigiloso capaz de operar desde las cubiertas de estos buques es un paso lógico que ofrecería nuevas posibilidades a los comandantes marítimos chinos, apuntó.
La Armada China necesita con más urgencia un avión de combate sigiloso en sus futuros portaviones, pues EEUU ya ha desarrollado los cazas furtivos F-35B y F-35C para buques de asalto anfibio y portaviones, declaró Fu Qianshao, un experto chino en defensa aérea.
Por otro lado, a pesar de la semejanza de la configuración externa del FC-31 y el F-35 no está nada claro si el avión chino rivalizaría con el de la Marina de EEUU, indicó Osborn.
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egún el experto, todo dependería de la tecnología de los sensores, el alcance de las armas y la aviónica, ya que muchos de los atributos exclusivos del F-35 se enmarcan precisamente en esas áreas.
El analista de National Interest subraya que estos cazas podrían fortalecer los esfuerzos de China en muchas áreas de África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático.
Unos cazas con base en el mar podrían vigilar las zonas insulares sin necesidad de despegar y aterrizar desde una de las propias islas, con lo que serían menos vulnerables a los ataques desde tierra, declaró.