Ottawa.- El Gobierno canadiense se está replanteando sus planes de compra de 18 cazas multifunción F/A-18E/F Super Hornet al constructor aeronáutico estadounidense Boeing, después de la denuncia de dumping presentada por éste a propósito de la venta de los aviones comerciales Bombardier en el mercado de EE UU.
El pasado mes de noviembre, Canadá anunció su decisión de comprar a Boeing 18 cazas Super Hornets como una medida provisional mientras preparaba un concurso para sustituir reemplazar a su vieja flota de aviones de combate.
Se trataba de un plan previo para equipar a su Fuerza Aérea asegurando una pequeña flota de aviones hasta que el Gobierno se decidiera qué aviones deberían sustituir a los viejos cazas Hornet, descartando los Lockheed Martin F-35 Lightning II.
En la década de los 80 del pasado siglo, Canadá compró a Boeing 138 aviones F/A-18A Hornet para misiones como la guerra del Golfo, operaciones de la OTAN en la antigua Yugoslavia, Libia y, más recientemente, en Irak contra el Estado Islámico. Pero, a pesar de las modificaciones y actualizaciones, los Hornet empezaron a quedar obsoletos.
La anterior administración canadiense optó por adquirir los F-35 Lightning II, pero el nuevo Primer Ministro Justin Trudeau, en su campaña electoral prometió cancelar la compra teniendo como justificación que no hubo una competencia real y que la compra de un caza tan caro no era necesario, por lo que canceló el pedido y anunció un concurso para la sustitución de la flota.
El nuevo plan del Gobierno anunciado a finales del pasado año era la compra a Boeing de 18 aviones Super Hornet como "medida puente" hasta la decisión definitiva del futuro caza. Esta medida está siendo ahora revisada a la vista de la demanda de Boeing contra el constructor aeronáutico canadiense Bombardier.
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