Pese a los problemas financieros que afronta Arabia Saudí, el régimen de ese país ha decidido firmar otro multimillonario acuerdo de armas, esta vez con Gran Bretaña, en medio de las protestas masivas realizadas en Londres contra los suministros de armas al reino wahabí, que lleva a cabo una brutal guerra de agresión contra Yemen.
En una declaración en la Bolsa de Londres el viernes, la empresa armamentística BAE Systems afirmó que había aceptado un pedido saudí de 48 aviones Eurofighter Typhoon, sin suministrar información sobre los detalles financieros del acuerdo.
“El gobierno británico ha firmado un Memorando de Intenciones con el Reino de Arabia Saudí para finalizar las negociaciones dirigidas la compra de 48 aviones Typhoon”, dijo la declaración.
El ministro de Defensa británico, Gavin Williamson, alabó la decisión diciendo: “La visita del príncipe heredero ha abierto un nuevo capítulo en la histórica relación entre los dos países”.
“Hemos dado un paso vital hacia la finalización de otro contrato de venta de aviones Typhoon, que incrementará la seguridad en Oriente Medio, fortalecerá la industria británica y creará empleos en nuestro sector aeroespacial”, afirmó.
El acuerdo para la venta de aviones de guerra Typhoon ha estado bajo discusión durante años, pero las dos partes no pudieron llegar a ningún resultado, ya que no estaban de acuerdo con el lugar de producción de los aviones. Arabia Saudí insistía, en este sentido, a albergar algunas partes del proceso de fabricación en su territorio.
Agregar combustible al fuego humanitario
La directora de Amnistía Internacional en el Reino Unido, Kate Allen, criticó el acuerdo diciendo: “El vender más aviones de combate a un país que lidera una coalición militar que está bombardeando viviendas, hospitales y escuelas en Yemen, supone agregar combustible a un incendio humanitario”.
“Si se suscribe, este vergonzoso acuerdo se celebrará en los palacios de Riad y las sedes de las compañías de armas que se beneficiarán con él, pero significará una destrucción aún mayor para el pueblo de Yemen” dijo Andrew Smith de la Campaña Contra el Comercio de Armas.
Gran Bretaña y Arabia Saudí acordaron elevar su comercio e inversión bilaterales a 65.000 millones en los próximos años, pero la mayor parte de sus lazos comerciales se centran en la defensa y la seguridad.
Mientras el gobierno británico intentaba dar la bienvenida al príncipe heredero saudí con una inusual campaña publicitaria, activistas pacifistas y pro derechos humanos recorrieron Londres y colocaron carteles en autobuses y camionetas en los que se acusaba a bin Salman de crímenes de guerra.
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