Siempre es reconfortante leer noticias sensatas, que llaman al análisis previo y a la calma, contener la reacción impulsiva es un don que se debe ir aprendiendo en la vida.
Nos sentimos dolidos por la aleve manifestación de fuerza ordenada por el presidente de los Estados Unidos al bombardear una base aérea de la República Árabe Siria. Pasada la tormenta hoy estamos convencidos que aquello fue –en efecto- una prueba de demostración –… a costa de los sirios, claro está.
Hay que centrarse en lo principal. Desea realmente el presidente Trump declarar una guerra abierta a Siria con el pretexto del uso de “armas de destrucción masiva” (gases) o en una supuesta defensa de los “derechos humanos”? Los hechos parecen demostrar que Trump intentó calmar al área más radical de los Estados Unidos, es decir, a los Halcones del Pentágono, a los cowboys tipo texanos como John McCain (de Arizona), a la furibunda Hillary Clinton y las grandes empresas del complejo militar-industrial, que anhelan una intervención directa en el conflicto sirio.
Una vez más es Thierry Meyssan quien nos devuelve el corazón a su sitio, sus razonamientos y análisis –fruto de su experiencia y privilegiado acceso directo a las fuentes de origen – explican las razones del show (por usar ese término) mediático de los bombardeos estadounidenses sobre la base aérea siria.
Las imágenes de alta resolución captadas por satélites de la compañía israelí Image Sat International (ISI), diez horas después del ataque lanzado el viernes por Estados Unidos contra la base área siria de Shayrat, reflejan la destrucción de depósitos de armas y de combustible y de una batería de defensa antiaérea SA6 de fabricación rusa. Las fotografías, difundidas por Ynet, la edición digital de Yedioth Ahronoth, apuntan a que el bombardeo con 59 misiles de crucero desde dos destructores en el Mediterráneo causó grandes daños en puntos de las instalaciones militares, pero tuvo un efecto limitado sobre la operatividad del aeródromo. (Texto tomado del diario “El País” “Los satélites reflejan limitados efectos tras el ataque a la base siria”, edición del 8 de abril).
Pero, solo nos queda una interrogante. Usó realmente el US Navy 59 misiles de crucero Tomahawk? Solo existe constancia de que 23 impactaron en sus objetivos. El resto? Los efectos de los Tomahawk son desbastadores y evidentes, no se pueden ocultar y pueden ser localizados efectiva y rápidamente. Nadie ha dado una explicación lógica de este detalle.
Los US-Navy afirma haber disparado 59 misiles crucero, quiere decir que la mayoría de ellos no llegaron a su objetivo?, a dónde se dirigieron entonces?. Solo 23 impactaron en la base?, dónde cayeron los restantes 36?. Podría tratarse que esa cifra no es más que un bulo desinformativo para despistar a los sedientos radicales de los Estados Unidos y sus socios extremistas del Medio Oriente?. Cuando en realidad nunca se lanzó esa cantidad de Tomahawk, con ese número (supuesto) de misiles disparados daría la sensación de que se quería borrar de la faz de la Tierra a la base siria, lo que no aconteció.
Si se realizaron 59 lanzamientos de misiles crucero, a estas alturas ya debería existir la evidencia material del lugar exacto de los impactos del restante número, tal cosa no ha sucedido. O, se nos oculta algo; o, lo más probable, es que esa cantidad de Tomahawk nunca fue disparada. La inquietud queda pendiente para una nueva investigación.
Lo que si vale la pena aclarar es que no deben caer en la trampa de falsos bulos "informativos", rumores infundados e ilógicos, la cuestión es que he encontrado una página en francés con un video -que no sabemos de donde salió- y que no demuestra nada, salvo estelas de fuego en el cielo. En esa web se afirma que la defensa antiaérea siria derribó el resto de Tomahawk.
Esa sensacionalista noticia, cautelosamente filtrada por parte interesada, tiene dos propósitos: Hacer pasar una falsa e inexistente información como que proviene de fuentes del gobierno sirio en un aparente desafio a las potencias occidentales; e, irritar a quienes desean verdaderamente acabar con Siria, su gobierno y fuerzas armadas. Webs y prensa digital que creen ayudar a Siria con esa "noticia" solamente están incitando - inconcientemente - ya no a otra "demostración de fuerza", sino a un ataque masivo, obligando a las fuerzas rusas a intervenir. Los Halcones desean la guerra, los sirios y rusos actúan con prudencia.
Ahora, demos paso a lo dicho en los primeros párrafos de este preámbulo. Thierry Meyssan y Filip Churílov nos abren la mente con sus siempre meticulosos análisis de la situación política imperante en el mundo y sobre todo en la guerra contra la República Árabe Siria.
Donald Trump impone su autoridad a sus aliados
Thierry Meyssan
No se deje engañar por los rejuegos diplomáticos y los medios de difusión que reaccionan como rebaño. Lo sucedido en Siria este viernes no tiene nada que ver ni con la presentación de los hechos que se está divulgando ni con las conclusiones que muchos exponen.
Estados Unidos anunció que en la madrugada de este viernes disparó desde el Mediterráneo 59 misiles del tipo crucero para destruir la base aérea siria de Sha’irat. Supuestamente se trata de una acción unilateral de Estados Unidos como castigo al ataque químico atribuido al Ejército Árabe Sirio.
Sorprendidos ante la envergadura de la acción estadounidense, todos los comentaristas concluyen que la administración Trump ha dado un giro de 180 grados en cuanto al tema sirio. La Casa Blanca supuestamente ha acabado plegándose a lo que le exigían su oposición estadounidense y sus aliados británicos, franceses y alemanes.
¿Es realmente así?
La realidad no concuerda con lo que nos dicen los comunicadores
Los misiles crucero estadounidenses atravesaron sin problema la zona actualmente cubierta por el nuevo armamento radioeléctrico ruso que permite anular los sistemas de comunicaciones, control y mando de la OTAN. Según reconoció el general estadounidense Philip Breedlove, cuando aún era Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN, con ese nuevo dispositivo Rusia ha tomado ventaja sobre Estados Unidos en materia de guerra convencional. Ese dispositivo tendría que haber anulado, o al menos haber afectado, los sistemas de guía de los misiles estadounidenses. Pero como eso no sucedió, nos vemos ante 2 posibilidades: Estados Unidos ha encontrado una contramedida que neutraliza el dispositivo ruso o… Rusia desactivó ese sistema.
La defensa antiaérea del territorio sirio incluye ahora los misiles antiaéreos S-300, en manos de las fuerzas armadas de la República Árabe Siria, así como los S-400, en manos de las fuerzas rusas presentes en suelo sirio. Aunque se trata de una situación que nunca se ha presentado en el campo de batalla, los S-300 y los S-400 son considerados como ampliamente capaces de interceptar los misiles crucero. Y se trata, por supuesto, de un tipo de armamento que funciona automáticamente. Pero tampoco funcionó. No se disparó ningún tipo de misil antimisiles, ni por parte del contingente ruso, ni por parte de las fuerzas armadas de la República Árabe Siria.
Cuando los misiles crucero estadounidenses se abatieron sobre su objetivo, la base militar siria acababa de ser evacuada y se hallaba prácticamente vacía. El ataque estadounidense destruyó la pista de la base, varios radares y algunos aviones que desde hace tiempo se hallaban fuera de servicio, así como algunos hangares e instalaciones destinadas a albergar el personal de la base. Pero hubo una docena de víctimas, 9 de ellas fatales.
Aunque no se ha reportado oficialmente ningún misil crucero estadounidense perdido ni destruido, en la base de Shairat cayeron sólo 23 de los 59 misiles disparados.
¿Qué significa todo este teatro?
Desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente Trump ha estado tratando de modificar la política de su país y de reemplazar los actuales enfrentamientos por diversas formas de cooperación. En lo referente al «Medio Oriente Ampliado», Trump se pronunció por la «destrucción» de las organizaciones yihadistas, en vez de la «reducción» que mencionaba su predecesor Barack Obama.
En los últimos días, la administración Trump había reconocido incluso la legitimidad de la República Árabe Siria y, por ende, había aceptado que el presidente sirio Bachar al-Assad –democráticamente electo por el pueblo sirio– pudiera mantenerse en el poder. Trump recibió en la Casa Blanca al presidente de Egipto, el mariscal Abdel Fattah al-Sissi, aliado de Siria, y lo felicitó por su lucha contra los yihadistas. Incluso restableció un canal directo de comunicación entre Washington y Damasco.
El problema del presidente Trump era cómo convencer a los aliados de Estados Unidos para que apliquen la política que él preconiza, a pesar de todo lo que ya han gastado en su empeño por acabar con la República Árabe Siria.
Claro, siempre es posible que el presidente Trump se haya dejado convencer por alguno de los videos que están circulando en YouTube… pero es más probable que su acción militar de este viernes forme parte de la lógica de su acción diplomática anterior.
Con este ataque contra una base militar siria, el presidente Trump satisface a sus opositores, que ya no podrán por tanto oponerse a lo que venga después. La propia Hillary Clinton reclamaba el pasado miércoles un bombardeo contra Siria como reacción estadounidense ante el supuesto uso de armas químicas por el «régimen sirio».
De todo lo que están diciendo los medios de difusión, nos queda como hecho concreto que Donald Trump ordenó disparar casi 100 misiles crucero contra una base siria prácticamente vacía… después de haberle anunciado a Rusia, y por ende a Siria, lo que iba a suceder.
Aceptando ese sacrificio, Siria confiere de cierta manera al presidente Trump una forma de “autoridad” para actuar contra todo el que use armas químicas. Y, hasta el momento, los únicos utilizadores de armamento químico claramente identificados por la ONU son… los yihadistas.
Por su parte, los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh), también avisados sobre el inminente ataque estadounidense –pero por sus jefes británicos, franceses y alemanes– iniciaron de inmediato un ataque contra la ciudad de Homs, que ahora carece de la protección que le garantizaba la base aérea.
Habrá que esperar a ver cómo reaccionan Washington y sus aliados ante el posible avance de los yihadistas en esa zona. Sólo entonces sabremos si la maniobra de Donald Trump y la apuesta de Vladimir Putin y Bachar al-Assad realmente funcionan.
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Lo que se les escapa a muchas personas sobre el ataque de EEUU contra Siria
© AP Photo/ U.S. Navy / Robert S. Price
Filip Churílov
La historia de los 59 misiles de crucero Tomahawk que impactaron contra una base aérea siria plantea un par de preguntas. Las más evidentes son '¿por qué fue un ataque tan limitado?' y '¿qué hará Rusia?'.
Quizás el aspecto más peculiar del reciente ataque estadounidense contra Siria sea su baja efectividad.
Se podría pensar que 59 modernos misiles de crucero con ojivas convencionales de hasta 450 kilogramos destrozarían cualquier objetivo hasta que se asemejara a la superficie lunar. Como mínimo, ante un ataque similar, se espera que la instalación militar atacada se rinda y quede totalmente inutilizable.
No es eso lo que se puede verse en los vídeos tomados por los periodistas rusos, los drones del Ministerio de Defensa ruso o las imágenes satelitales publicadas por los medios de EEUU. Hay destrucción, sí, daños, claro, pero el aeródromo es capaz de funcionar, algo que los pilotos sirios confirmaron el día después del ataque.
Al mismo tiempo, eso no quiere decir que los misiles sean 'de baja potencia' o 'imprecisos', al contrario: los hangares fueron atravesados desde el exterior, asimismo, fueron destrozados con precisión varios edificios auxiliares del aeródromo. Por lo que parece evidente que los Tomahawk son perfectamente capaces de dar en el blanco.
Sin duda alguna, la pérdida de cinco soldados y dos civiles, denunciada por la parte siria, es un hecho lamentable. No obstante, desde el punto de vista de la eficacia militar, el 'error' de la coalición en septiembre de 2016, cuando mató a docenas de soldados e hirió a un centenar, además de destrozar material bélico en la región de Deir Ezzor, fue mucho más sangriento y tuvo un mayor impacto.
En cuanto a los nueve aviones destrozados, esta cantidad no es crucial para las fuerzas aéreas sirias, dado que varias fuentes informan que, en realidad, se quedaron en el aeródromo solo las aeronaves que estaban siendo sometidas a reparación, las que no eran capaces de salir del perímetro de la instalación.
En resumidas cuentas, tras 'un ataque masivo de 59 misiles de crucero' contra el aeródromo, este pudo reanudar sus operaciones tras limpiar los escombros al día siguiente. En cuanto a los edificios destruidos, estos pueden ser fácilmente sustituidos por otras edificaciones temporales.
Este resultado nos acerca a la segunda pregunta, la que tiene que ver con las acciones de Rusia en el transcurso de este ataque.
¿Escudo fallido o respeto a las reglas del juego?
Los sistemas de misiles antiaéreos S-400 en Siria. Por qué los S-400 no reaccionaron frente al ataque de EEUU en Siria? © SPUTNIK/ DMITRY VINOGRADOV
En las redes rusas —como en cualquier foro de debate, imagino— el episodio ha sido muy controvertido y ha dividido a la opinión pública. Un bando, llamémosle 'radical', denuncia 'la inutilidad de la defensa antiaérea rusa', la cual dejó pasar a los Tomahawk, a los que 'había que derribar'.
Aunque este punto de vista sea comprensible —en Rusia también hay gente que quisiera que el país se imponga más firmemente contra EEUU, 'como en los viejos tiempos' de la URSS—, este tipo de acusaciones demuestra más bien un pensamiento impulsivo, y no uno calculado.
A la hora de abordar este tema, es importante hablar del marco legal del uso de los sistemas antiaéreos rusos en Siria, ya que esto explica cómo se gestionó el ataque estadounidense y la posterior reacción de Rusia, así como el recorrido que este incidente puede tener en el futuro.
Los sistemas antiaéreos llegaron a Siria masivamente tras el ataque del caza F-16 turco contra el bombardero Su-24 ruso en otoño de 2015. En aquel momento, la situación, valorada bajo la suposición de que los terroristas no poseían aviones, se vio sustituida por una en la que existían amenazas aéreas reales para los militares rusos.
Así, el escenario se transformó y los sistemas rusos pasaron a proteger las instalaciones militares rusas de las amenazas aéreas contra los fuerzas del país en Siria.
La defensa antiaérea siria, si bien está integrada con la rusa, está formada por sistemas propios, a menudo de fabricación soviética. Los militares rusos no reciben órdenes de los comandantes sirios, al igual que ellos tampoco las reciben de los rusos. Los S-300 y S-400 rusos no integran la defensa antiaérea de la República Árabe Siria, son parte de las Fuerzas Aeroespaciales de la Federación rusa.
Este cuadro legal llevó al cese completo de las incursiones turcas, incluso se acordó el Memorándum para la Prevención de Incidentes Aéreos, ya que Rusia tenía una prueba directa de la hostilidad de los turcos hacia su material bélico y por esto, los aviones de Turquía se consideraban blancos posibles —extremo que Turquía entendía—.
"Rusia no se involucrará en acciones militares contra EEUU a menos que exista una amenaza directa"
Israel, EEUU y los aviones de la coalición antiterrorista, por su parte, en ningún momento amenazaron militarmente a las instalaciones rusas, así que continuaron sus vuelos en los cielos sirios.
Por otra parte, los cielos siempre están vigilados —algo que se evidencia en las referencias realizadas por los representantes rusos a los datos de sus radares cada vez que comentan las incursiones aéreas en Siria, como los ataques israelíes contra Hizbulá o los vuelos de drones de EEUU—. La posibilidad de interceptar una aeronave siempre está presente.
Lo que fundamentalmente pone de relieve esta explicación es que,legalmente, hasta que un avión o un misil de crucero no tome rumbo directo hacia la base naval rusa en Tartus o la base aérea rusa en Latakia, no son blancos legítimos para la defensa antiaérea rusa, y cualquier ataque contra ellos sería una agresión no provocada.
Misiles antiaéreos S-400 © SPUTNIK/ SERGEI MALGAVKO. Los sistemas S-400, S-300 y Pantsir garantizan una protección total de las instalaciones rusas en Siria
Por lo tanto, si los S-300 y S-400 rusos atacan una aeronave estadounidense o israelí o turca que no tenga como objetivo directo las instalaciones militares rusas en Siria, el ataque será considerado como una agresión rusa contra ese país, con todas las consecuencias que esto implica.
Ahora, sin embargo, los límites de este cuadro legal —que Rusia ha cumplido rigurosamente— se verán extendidos, ya que la Defensa rusa suspendió la vigencia del Memorándum para la Prevención de los Incidentes Aéreos con EEUU, además de cerrar la línea directa con el Pentágono sobre Siria. ¿Qué impacto tienen estas acciones en la posibilidad de interceptar los misiles de crucero?
En mi opinión, con estas medidas, el Ministerio de Defensa ruso ocultará de manera definitiva su material bélico y a sus especialistas de la mirada de EEUU.
En el reciente ataque, EEUU, en cumplimiento del memorándum, avisó a la parte rusa del inminente bombardeo y empleó, además, medidas para "minimizar el riesgo para los rusos". Este aviso, de hecho, buscaba sacar a los militares rusos de la zona y así asegurar legalmente que la defensa antiaérea rusa no sería activada y no interceptarían sus misiles.
Al interceptar o incluso tratar de desviar los Tomahawk con las medidas de guerra radioelectrónica tras el aviso y la evacuación de sus militares, Rusia, efectivamente, hubiera atacado a las aeronaves estadounidenses sin que mediara una provocación previa.
Llegados a este punto, lo más probable es que Rusia avisara a las fuerzas sirias, quienes lograron evacuar y sacar de allí a sus aviones capaces de volar. En este sentido, es posible que los militares que hayan fallecido estuvieran tratando hasta el último momento de salvar la mayor cantidad de equipos militares del inminente ataque.
Pero con el cierre de la línea directa y la suspensión del Memorándum, desaparece toda herramienta de los militares estadounidenses para adivinar si los especialistas rusos están presentes en la zona en la que se encuentra un blanco potencial o no, salvo que se fíen de la información de los servicios de inteligencia, los cuales tiene un margen de error, un error que, en este caso, podría salir muy caro.
De ahora en adelante, si el USS Porter u otro buque estadounidense decide dar en un blanco con sus misiles, siempre tendrá que pensárselo dos veces porque los militares rusos podrían estar en la zona, y los misiles entonces pasarían a ser blancos legítimos para la defensa antiaérea.
En este sentido, de derribarlos, ya no estaríamos hablando de una agresión. Sin embargo, es importante señalar que cualquier enfrentamiento directo entre el material bélico ruso y estadounidenses siempre —repito, siempre— corre el riesgo de escalar en un incidente mucho más peligroso que un conflicto regional en Oriente Próximo.
Basta con imaginar la reacción de los 'halcones' estadounidenses, como el señor John McCain, al conocer que Rusia ha derribado un Tomahawk. Este político será el primero en exigir una 'respuesta' —seguramente lo llamarán así— militar a gran escala.
Esto, los comandantes estadounidenses —'halcones' o no— lo deberán de tener en cuenta cada vez que su presidente contemple lanzar un ataque de demostración, justificado en un 'ataque químico' que nadie vio, nadie investigó y nadie considera que sea 'lógico' que lo haya realizado precisamente la parte que va ganando terreno a sus oponentes con la ayuda de sus dos aliados en la región.
Un ejemplo 'contagioso'
Esperamos que otros países de la zona, socios de EEUU, no consideren esto como un permiso para realizar ataques parecidos, como Arabia Saudí y Turquía, que podrían seguir el ejemplo de su 'socio mayor' y tomar decisiones unilaterales en lo que respecta a los misiles de crucero.
También esperamos que más naciones, como la valiente Bolivia, cuestionen la increíblemente hipócrita posición de los países occidentales, que en el transcurso de tres días señalaron al culpable, le juzgaron y le aplicaron la sentencia basándose solo en las afirmaciones de los extremistas radicales, conocidos por sus mentiras y su cada vez más precaria situación, sin que el primer investigador de la ONU siquiera se hubiera enterado del asunto.
Finalmente, esperamos que todos los gritos de '¡Rusia debería atacar a EEUU!' nunca sean escuchados en las altas esferas del poder, porque, aunque el planeta no va bien, es todavía temprano para ceder el turno a mutantes radioactivos que busquen construir una mejor civilización de las cenizas de la nuestra.
Fuentes:
http://www.detectivesdeguerra.com/