Rusia prosigue la preparación de su despliegue militar en Siria [
1]. Equipos sirios trabajan día y noche en la ampliación del aeropuerto de Latakia así como en la construcción de una nueva pista y de nuevos hangares para los aviones rusos. Al responder a los periodistas, al margen del Foro de Vladivostok, el presidente ruso Vladimir Putin confirmó sus intenciones, aunque precisó que es todavía demasiado pronto para hablar de tal despliegue [
2].
Todo parece indicar que Rusia anunciará su entrada en guerra contra el Emirato Islámico, a pedido de Siria, antes de que termine septiembre. Pero es poco probable que la fuerza aérea rusa pueda coordinar sus acciones con las de la coalición internacional que encabeza Estados Unidos. Seguramente veremos entonces una repartición de los papeles: los aviones rusos bombardearían a todos los grupos yihadistas presentes en territorio sirio –sin intervenir en el conflicto entre el gobierno sirio y los grupos armados sirios de oposición– mientras que Washington y sus aliados concentrarían sus incursiones únicamente contra el Emirato Islámico (también denominado Daesh) en territorio iraquí.
Durante todo un año, la coalición anti-Daesh creada por Estados Unidos se limitó a impedir que los yihadistas ganaran terreno, pero sin tratar de acabar con ellos. Por el contrario, numerosos testimonios muestran que aviones de la coalición lanzaron repetidamente en paracaídas cargamentos de armas que terminaban en manos de los yihadistas. Pero, desde julio, la coalición parece haber cambiado de estrategia, cambio que la ha llevado a bombardear al Emirato Islámico, contribuyendo de hecho a la defensa de Hassake por el Ejército Árabe Sirio con la liquidación de unos 3 000 yihadistas.
El despliegue ruso contra el Emirato Islámico en territorio sirio pondría fin al proyecto francés de derrocamiento de la República Árabe Siria.
Es por eso que el presidente francés Francois Hollande, quien proclamó el 25 de agosto su intención de «neutralizar» al presidente sirio [
3] –lo cual en realidad quiere decir sacarlo del juego, incluso eliminándolo físicamente–, está tratando de oponerse al despliegue militar ruso.
Y es igualmente por esa razón que Francia anuncia, el 7 de septiembre de 2015, su intención de bombardear al Emirato Islámico en territorio sirio, sin autorización de la República Árabe Siria. En realidad, la aviación francesa acudiría así en auxilio del Frente al-Nusra (o sea de al-Qaeda en Siria) ya que estaría obstaculizando el despliegue militar de Rusia.
Sin embargo, en el seno de las fuerzas armadas francesas se subraya que Francia ya participó brevemente en las acciones de la coalición en Siria, aunque esa participación se mantuvo en secreto [
4]. Pero cuando el presidente Hollande ordenó el cese de la participación francesa en esos bombardeos, Washington reaccionó poniendo fin a toda entrega de datos de inteligencia.
Por consiguiente, Francia, que desde el inicio de la «primavera árabe» cerró todas sus instalaciones en Siria, no dispone en este momento de ningún tipo de información sobre lo que sucede en ese país y está hablando de algo que no conoce en lo absoluto.
El estado mayor francés incluso ha señalado que necesitaría varias semanas de observación antes de lograr descifrar la situación en el terreno y de poder iniciar una campaña de bombardeos realmente eficaz, una demora que podría anular definitivamente las pretensiones de Francois Hollande.
http://www.voltairenet.org/article188630.html