A principio de los años 30, cuando el Gobierno soviético presionaba para que se cumpliesen sus ambiciosos planes de industrialización del país, se decidió modernizar completamente el distrito industrial de los Urales, una de las principales fraguas de Rusia durante dos siglos. En la actualidad continúa fabricando los modelos Armata y T-90.
Mientras iban tomando forma los planes para el nuevo centro, las minas de hierro de la región y los altos hornos debían producir las materias primas para las nuevas empresas de fabricación de maquinaria, en las que se iba a instalar equipamiento comprado al por mayor en
compañías punteras del extranjero. Las autoridades decidieron construir la mayor empresa de producción de vagones de tren del país cerca de la ciudad de Nizhni Tagil. La planta de vagones de los Urales (Uralvagonzavod) fue fundada para convertirse en una fábrica clave para la Unión soviética.
Esta gran inversión pronto dio sus frutos. El país había comprado la mayor parte de sus locomotoras y vagones en el extranjero, antes de la Revolución de 1917, y con la puesta a punto en tiempo récord de la nueva planta en 1936, Rusia se convirtió de repente en uno de las mayores productores del mundo de equipamiento para ferrocarril.
En los cinco años previos a la invasión nazi de 1941, Uralvagonzavod produjo más de 35.000 vehículos, superando sistemáticamente al conjunto de todas las otras plantas de producción soviéticas durante los años 30.
Además de la principal producción de la compañía, tenía como tarea adicional estar lista para servir como plataforma para la rápida creación de complejos industriales en cualquier lugar, dedicados a producir desde cemento o electricidad hasta redes de comunicaciones.
Iniciativa oportuna
En agosto de 1941, se creó la factoría de tanques de los Urales, una de las más grandes del mundo, basándose en la infraestructura de Uralvagonzavod. Debido al ataque de la
Alemania nazi a la URSS hubo que evacuar otras 12 empresas.
En dos meses, los talleres que antes construían vagones de tren pasaron a producir tanques. En total, desde 1941 a 1945, la planta de los Urales construyó 25.000 carros armados para el Ejército Rojo, más de lo que todas las factorías alemanas produjeron en el mismo periodo, incluyendo la mitad de los legendarios tanques T-34 que se desarrollaron en los años de guerra.
En conjunto, de la región de los Urales salió casi un tercio de todos los carros armados soviéticos utilizados en la guerra, así como productos secundarios como bombas aéreas, vehículos de artillería, fuselajes de aviones y también automóviles, que eran otro valioso recurso para las operaciones militares.
El corazón de la producción de tanques soviética
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se decidió no volver a ubicar las factorías evacuadas en sus lugares originales. En su lugar, Ucrania y la parte europea de Rusia construyeron nuevas fábricas, mientras que Uralvagonzavod conservó su estatus como el mayor complejo de la industria militar del país.
Durante esos años de trabajo duro, adquirió una experiencia única en el diseño, producción y mantenimiento de tanques. Las fábricas se convirtieron en el núcleo de la escuela soviética de construcción de tanques, una de las más potentes del mundo. Fue precisamente en Nizhni Tagil donde los puntos fuertes del diseño de los T-34 evolucionaron hacia los modelos posteriores, los tanques T-44 y T-62.
En los años 60 y 70, los ingenieros de Uralvagonzavod desarrollaron y produjeron el T-72, el carro armado más grande de la época, que hoy en día sigue siendo la piedra angular de los ejércitos de muchos países.
Aunque la planta de los Urales nunca olvidó sus raíces y siguió proveyendo de vagones a la red ferroviaria soviética y rusa, el nombre de Nizhni Tagil se asocia principalmente con los tanques. Desde los 2000, Uralvagonzavod ha logrado dos importantes innovaciones en el diseño de tanques. Primero, lanzó la producción del
nuevo tanque T-90, equipado con un cañón de ánima lisa de 125 mm, completamente estabilizado, que también dispara misiles guiados anti tanque. También está equipado con lentes ópticas avanzadas, sistemas de defensa electrónica y blindaje reactivo.
Pero el principal logro de los constructores de tanques de los Urales fue crear con éxito
el Armata, un tipo completamente original de plataforma universal basada en un tanque, que no tiene parangón en muchos aspectos de su diseño. En total, Uralvagonzavod ha construido más de 100.000 tanques desde 1941, lo que lo convierte en el mayor productor mundial de tanques
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