Dron RQ-4 Global Hawk.
Desde que se puso en marcha el proceso independentista, varios think tanks y asociaciones independentistas comenzaron a analizar y realizar prospecciones sobre cómo podrían o deberían ser un eventual ejército catalán, que llevarían por nombre “Forces de Defensa de Catalunya”.
Aviones caza F-16, buques de asalto anfibio, unidades de “guerilla”... algunos informes y documentos han descrito con todo detalle la estructura y la dotación de material con que habría que contar este ejército de una Cataluña independiente por tierra, mar y aire.
El Confidencial Digital ha podido consultar un nuevo informe que va a esta misma dirección de apuntar algunas ideas y propuestas para la defensa de un hipotético estado catalán. Lo difunde la Societat d’Estudis Militars, una entidad que formaron los expertos en asuntos militares y de seguridad que integraron en su momento la sectorial de Defensa de la Assemblea Nacional Catalana (ANC).
La ANC rompió con esta sectorial tras varias polémicas precisamente por otros informes con propuestas sobre el ejército de la Cataluña independiente. Pero sus miembros han seguido elaborando y pidiendo informes sobre este asunto.
En esta ocasión el autor del estudio es Marc Valls Estefanell, un experto sobre la legislación sobre drones y con experiencia en el estudio y la divulgación sobre estos vehículos áereos no tripulados. Y trata concretamente de “El papel de los drones militares en Cataluña”.
Drones para la transición a un ejército completo
Valls trabaja con el escenario del período entre una declaración de independencia efectiva y el reconocimiento sólido que pueda tener por parte de la comunidad internacional. En ese tiempo, si efectivamente la Generalitat de Cataluña se hiciera con el control del territorio desplazando al Estado español, tendría que hacerse cargo del control de las fronteras, del espacio aéreo y de las aguas territoriales, así como garantizar la seguridad interna y frente a agresiones externas.
“Es aquí donde los drones pueden jugar un papel vital, cubriendo algunas de las tareas que normalmente tendrían que realizar sistemas tripulados (vehículos blindados, barcos, aviones de combate...)”, señala este experto en drones.
Como solución transitoria hasta que se formen esas “Forces de Defensa de Catalunya”, Marc Valls plantea que Cataluña adquiera aeronaves no tripuladas de carácter militar. No se trata de una propuesta vaga, sino que especifica modelos concretos de drones.
El modelo que utiliza Estados Unidos
Este experto recomienda que un hipotético estado catalán comience comprando al menos un Global Hawk. Este aparato lo fabrica la empresa estadounidense Northrop Grumman, y lo utilizan la Fuerza Aérea y la Armada de Estados Unidos.
Los mandos militares españoles lo han barajado en alguna ocasión como posibilidad para incorporarlo al Ejército del Aire. Se trata de un dron de 10.000 kilos de peso cargado, que puede cubrir al día 103.600 kilómetros, algo así como la superficie entera de Portugal y tres veces la de Cataluña.
Al estar equipado con cámaras, radares y sensores muy potentes, el Global Hawk iría destinado a misiones de vigilancia del litoral catalán, según el estudio que difunde la Societat d’Estudis Militars.
Para completar sus funciones, Marc Valls apunta en su estudio la conveniencia de que una Cataluña independiente consiguiera también incorporar a su incipiente arsenal militar un Predator B, también conocido como MQ9 Reaper, un modelo del que España sí ha adquiridos unidades. Es un dron de combate, armado con misiles Hellfire.
Este segundo dron sería el encargado de las misiones de ataque: por ejemplo, neutralizar a los autores de un atentado terrorista si fuera necesario. Y además habría otros aparatos de menores dimensiones para otras tareas de vigilancia.
En general, esta propuesta recogida por esta asociación de expertos independentistas en defensa y seguridad contempla que los primeros drones adquiridos por una Cataluña separada de España también presenten apoyo “a los Servicios de Inteligencia catalanas y a los Mossos d’Esquadra en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado”; que colaboren en tareas de rescate marítimo y terrestre; que ayuden a la Agencia Tributaria de Cataluña en la vigilancia aduanera; y que más adelante, una vez que haya un ejército catalán, apoyen a las unidades terrestres, aéreas y navales.
Una alianza con Israel
Uno de los puntos más destacados de este estudio sobre “el papel de los drones militares” en caso de independencia es el que apunta a la necesidad de que Cataluña teja una alianza estratégica con un país mediterráneo con el que los independentistas llevan años trazando semejanzas: Israel.
Los nacionalistas catalanes han dirigido sus ojos en las últimas décadas a Israel, como ejemplo de cómo un pueblo se convierte en un estado pequeño pero muy desarrollado económicamente y puntero en tecnología.
En este caso, Valls propone que Cataluña se alíe con Israel para imitarlo y convertirse en un referente en la construcción de drones en todo el mundo.
Por ahora identifica a unas 60 empresas catalanas del sector de los vehículos aéreos no tripulados, que necesitarían reconvertirse para poder fabricar drones militares. Mientras tanto, Cataluña tendría que adquirirlos a Estados Unidos (como el Global Hawk) o a Israel.
Por último, el informe difundido por Societat d’Estudis Militars también apunta una posible ventaja que ofrece Cataluña para un eventual futuro como estado independiente que necesitaría drones militares. Se trata del Aeropuerto de Lérida-Alguaire, que tiene muy poco uso civil. Según el experto en drones Marc Valls, el aeródromo se podría potenciar ofreciéndolo como una gran base de drones militares en el sur de Europa.
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