(defensa.com) Las tendencias reflejadas en el informe sobre las Cuentas Anuales de Navantia 2012, detallan que, fruto del entorno económico internacional, en el mercado naval militar se siguen apreciando cuatro tendencias claras: se detecta el retraso y/o cancelación de programas, el mayor dinamismo de la demanda se sitúa en países emergentes, una creciente competencia internacional y un fuerte proteccionismo del mercado doméstico. Según los datos de la patronal mundial AMII, al cierre de 2012 la cartera de pedidos de buques militares se situó en cerca de 375.000 millones de dólares, decreciendo en un 6,5%. La cartera de pedidos de EEUU y Europa (incluida Turquía y excluidas Rusia y Ucrania) representa dos tercios de la cartera mundial en construcción, y se estima cercana a los 250.000 millones de dólares (lo que supone un retroceso de un 7,5%), de los que el 72% pertenece a astilleros militares de EEUU.
Dentro de Europa, el reino Unido se lleva el 31% de la tarta europea (por el impulso de los programas de exportación de submarinos a Brasil e India -este último junto con Navantia- y de los buques anfibios “Mistral” a Rusia), seguido por Alemania, Turquía e Italia (con más del 10%) y España por encima del 7%. Para el resto de países, a diciembre de 2012, AMII estima, según recoge el informe de Navantia, una cartera próxima a los 125.000 millones de dólares.
En los países emergentes como Brasil, China e India, se detecta un fuerte dinamismo, habiendo elevado sus inversiones en programas navales militares (incluyendo sobre todo construcción local con importación de tecnología). En términos absolutos China, Rusia+Ucrania, Japón, India o Corea del Sur, son los países que tienen en sus astilleros militares programas más significativos, aunque destacar la irrupción en los últimos años de nuevos países como Australia. A finales de 2012, el 91% de la cartera mundial naval militar procedía del mercado doméstico, porcentaje que se reduce ligeramente si se excluye el mercado doméstico de EEUU.
Por lo que respecta a la exportación de la industria naval militar, destaca la proporción de exportaciones de Alemania y España (estos dos últimos con apenas la mitad de su cartera de pedidos, con importes a inicio de programa, destinada a sus propias Armadas), seguidos de Italia y a distancia de otros constructores europeos como Francia o Rusia.
Evolución de los principales grupos de astilleros militares en Europa y EEUU
Los recortes presupuestarios han implicado un proceso de reestructuración en las respectivas industrias navales militares.
En Reino Unido se deshizo finalmente la BVT Surface Fleet (unión entre VT y BAE) al querer VT centrarse en su negocio de los servicios y haber sido adquirido por Babcock. Por su parte, BAR Systems está en plena realización del proyecto en curso de cuantía más elevada en Europa: los dos portaviones para la Royal Navy y el nuevo programa de submarinos nucleares.
Mientras tanto, el programa correspondiente a los portaviones de Francia está totalmente parado. No obstante, la construcción de submarinos nucleares y convencionales contratados por Brasil a DCNS y de los buques clase “Mistral” a Rusia ha implicado un incremento fuerte de la cartera de pedidos de DCNS en el último año.
En Italia, el grupo Fincantieri (80% militar y 20% civil) está en proceso de reestructuración de sus áreas de negocio de construcción naval civil, debido a la debilidad de la contratación civil durante los últimos tres años.
En Alemania, TKMS, tras el proceso de consolidación llevado a cabo entre 2005-2006 (de HDW, Kockums y Hellenic Shipyards en torno al grupo Thyssen), continuó queriendo aligerar su estructura ( con la venta Hellenic, B+V y su actividad de construcción naval mercante). TKMS optó a finales de 2011 por una oferta de un grupo inversor británico “Star Capital Partners”.
Por último en Europa, el grupo Damen, cuyo astillero de royal Schelde tiene una reconocida reputación en la construcción de buques de guerra, ha seguido con su política de internacionalización de Damen con la compra o inversión en astilleros en diversos países (estrategia que también está siendo llevada a cabo por Fincantieri en EEUU). También en EEUU los recortes presupuestarios en los programas de la US Navy y el incremento de costes condujeron a que, a partir de marzo de 2011, la división de construcción naval de Northrop Grumman se disgregó del grupo, pasándose a llamar Huntington Ingalls Industries.
Dentro de la UE, la directiva sobre contratos de Defensa (cuyo objeto es abrir los mercados de defensa en Europa y dotarlos de mayor transparencia), y el resto de iniciativas regulatorias de la Comisión europea para el sector de defensa, y su transposición a las legislaciones nacionales, seguramente supondrán un revulsivo para la reorganización del sector para acomodarlo a la nueva situación económica (condicionada por las restricciones presupuestarias debidas a la crisis fiscal) e impulsarán al sector a aprovechar más las sinergias de los diferentes grupos nacionales, a la vez que se preservan las capacidades críticas.
Fuente: Informe Cuentas Anuales 2012 de Navantia