12 de enero de 2016 TATIANA RUSAKOVA, RBTH
Los novedosos complejos de guerra electrónica Moskvá-1, Krasuja-2 y Krasuja-4 empezarán a exportarse al extranjero.
Fuente:Vitaly V. Kuzmin
Debido al aumento de conflictos locales a nivel mundial, ha crecido considerablemente el interés por los sistemas de guerra electrónica por parte de clientes extranjeros. Así se lo ha hecho saber a RBTH Ígor Nasenko, subdirector general del consorcio Tecnologías Radioelectrónicas (KRET, por sus siglas en ruso), principal productor ruso de sistemas de guerra electrónica y de aviónica.
“Actualmente se están desarrollando contratos de manera conjunta con Rosoboronexport [la principal exportadora de armas rusas] sobre sistemas terrestres de guerra electrónica”, declara Ígor Nasenkov a RBTH. El representante del KRET afirma que se trata de los sistemas de guerra electrónica Krasuja-2, Krasuja-4 y Moskvá-1.
El Ejército ruso utiliza los sistemas Moskvá-1 desde febrero del año pasado. Según los desarrolladores, actualmente no existe ningún análogo de este sistema en el mundo.
La característica principal del Moskvá-1 es el reconocimiento en modo de localización pasivo. Esto le permite detectar los dispositivos radioelectrónicos del enemigo sin desvelar su ubicación. Además, puede controlar simultáneamente nueve dispositivos de guerra electrónica y defensa antiaérea. “Los sistemas Moskvá-1 se convertirán en una especie de ‘cerebro’ de todo el sistema de defensa electrónica de regiones enteras, revelando los planes del enemigo y desarticulando los planes de sus tropas de combate”, explica Nasenkov a los periodistas.
Por su parte, los complejos Krasuja-2 y Krasuja-4 están diseñados para anular la acción de radares de vigilancia aérea como el estadounidense AWAKS. Además detectan también sistemas de misiles, lo que les concede el tiempo suficiente para un despliegue militar sin el riesgo de ser descubiertos por el enemigo.
Incluso cuentan con la opción de fijar un objetivo falso para un misil enemigo ya lanzado. Las señales de los sistemas Krasuja cambian la misión del misil y lo obligan a “ver” objetivos falsos. Actualmente se está utilizando en Siria para proteger la base aérea rusa en Latakia.
“La renovación de las fuerzas armadas rusas se completará para el año 2020. Disminuirá el volumen de demanda de defensa estatal y tendremos que concentrar nuestros esfuerzos en la exportación”, declara Nasenkov.
Todos estos complejos de guerra electrónica pueden resultar interesantes para muchos países con interesados en la alta tecnología, pero debido a su gran eficacia, son bastante costosos. No obstante, como afirman los fabricantes de los sistemas de guerra electrónica, hacerse con ellos se ha vuelto bastante rentable debido a la caída del rublo.
Según estadísticas del año 2015, el volumen de exportación del KRET es de un 15-18% de la cantidad total de la producción. Para el 2017 se espera que aumente hasta un 25%.
Actualmente Rusia cumple un contrato con Egipto para el abastecimiento de sistemas de defensa aérea para aviones y helicópteros, conocido como President-C y diseñado para proteger de misiles tierra-aire, diferentes tipos de artillería y misiles aire-aire. El President-C no solo revela automáticamente las amenazas, sino que además introduce interferencias al misil para que no alcance su objetivo.
Se desconoce la cantidad exacta de complejos de la que se hará entrega a Egipto. Según informó Nasenkov, “estaríamos hablando de un abastecimiento de gran volumen
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