¿Surge una nueva amenaza para Rusia y China? Así es el alarmante resurgimiento del militarismo japonés
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A lo largo de últimos años Japón ha estado aumentando su poderío militar, lo que causó preocupación en sus vecinos, China y Rusia. Si bien el Artículo 9 de la Constitución de Japón prohíbe la posesión de Fuerzas Armadas con potencial bélico, en la realidad esta cláusula no funciona. Sputnik investigó cómo es el resurgimiento del militarismo nipón.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón renunció a la fuerza militar como vía para la solución de los conflictos. El país asiático, que perdió la guerra al estar del lado de la Alemania nazi, se comprometió a no tener una fuerza armada que disponga de un potencial bélico. La renuncia de Tokio a tener un ejército está inmortalizada en la Carta Magna del país asiático aprobada en 1947.
Menos de una década después del fin de la sangrienta guerra que se cobró millones de vidas, en 1954 se le permitió a Tokio crear la llamada Fuerza de Autodefensa de Japón. La decisión de permitir la creación de una fuerza militar en Japón se produjo en el contexto de
la Guerra Fría. Japón se encontraba en el límite del 'mundo democrático': cerca de ella se ubicaban dos gigantes comunistas, la URSS y la República Popular China.
A partir de entonces comenzó el resurgimiento paulatino del militarismo japonés y, a medida que pasaban los años, la retórica a favor de la restauración de las Fuerzas Armadas en Japón cobró más y más ímpetu. Lo más alarmante es que estas ideas son populares no solo dentro de la sociedad, sino también dentro de la cúpula política del Estado nipón.
Veneración de los criminales de guerra
Los políticos japoneses empezaron a permitirse cosas que antes no se atrevían a hacer. A partir de 1975 los primeros ministros de Japón visitaron en reiteradas ocasiones el Santuario Yasukuni, el lugar donde yacen los restos de soldados japoneses, entre ellos, los restos de criminales de guerra que cometieron delitos de lesa humanidad durante la Segunda Guerra Mundial.
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El ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, también visitó el santuario en repetidas ocasiones lo que
provocó indignación en China. Es comprensible que la gente en China se enfade al conocer noticias como esta porque el gigante asiático sufrió enormes pérdidas a causa de las atrocidades cometidas por los seguidores del militarismo japonés.
En otras palabras, la vista del primer ministro de un país como Japón a este santuario es vista por muchos como un gesto de veneración al militarismo e imperialismo que produjo millones de muertes. Incluso dentro de Japón hay muchos ciudadanos que se muestran en contra de estas acciones por parte de los políticos de alto rango y contra el militarismo en general.
Pero el resurgimiento del militarismo no se limita a la veneración de los soldados caídos y de algunos criminales de guerra.
El resurgimiento del militarismo en la práctica
Tokio invierte activamente en el desarrollo de sus capacidades militares y este trabajo ha sido bastante exitoso. Japón es famoso por ser uno de los principales gigantes industriales del mundo, por lo tanto, no es de sorprender que el país asiático tenga material bélico de vanguardia.
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Japón cuenta con varias empresas que forman la columna vertebral de su industria militar. Sin duda, el principal fabricante de productos bélicos es Mitsubishi Heavy Industries. Esta compañía produce tanques, vehículos blindados de combate, aviones militares, buques de guerra, misiles y otro material bélico. Mitsubishi, fundada en el siglo XIX, fue uno de los principales proveedores de material militar a Japón durante la Segunda Guerra Mundial y aún lo sigue siendo.
Otra empresa importante para la industria militar nipona es Kawasaki Heavy Industries.
Según una investigación del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo —SIPRI, por sus siglas en inglés— publicado en abril de 2020, en 2019 Japón ocupó el noveno lugar en lo que a gasto militar se refiere con unos 47.600 millones de dólares, por debajo de los indicadores de 2009 cuando Tokio gastó 51.000 millones de dólares. La agencia nipona Kyodo infotmó que los militares japoneses solicitaron 51.700 millones de dólares para el próximo año fiscal que empieza el 1 de abril de 2021.
Japón en ningún momento ha dado marcha atrás en su política de gastos militares. Si comparamos los indicadores de 2008 con 2019, veremos que el gasto militar corresponde al mismo porcentaje del PIB, el 0,9%. Este porcentaje no es tan grande en comparación con otras potencias militares del planeta, pero aun así se trata de grandes cantidades de dinero que hacen que Japón forme parte del top-10 de los países con el mayor gasto militar.
Modernización militar, en curso
Japón gasta cantidades enormes de dinero en novedades militares. En general, moderniza todos los ramales de su Fuerza de Autodefensa. En particular, invierte en la construcción de nuevos submarinos de ataque. Por ejemplo, Tokio está desarrollando los submarinos de la clase Taigei. El Ministerio de Defensa ya construye tres submarinos de esta clase y otros cuatro ya fueron pedidos. Estos sumergibles se unirán a la flota de 12 submarinos de la clase Soryu.
A causa de las tensiones en torno a la pertenencia de las islas Senkaku, reclamadas por China y Taiwán, Japón decidió convertir sus novedosos portahelicópteros de la clase Izumo —que lleva el mismo nombre que la clase de cruceros japoneses que lucharon en
la Segunda Guerra Mundial — para que sean capaces de albergar los cazas F-35B. Japón también tiene una nueva clase de destructores Maya y otras nuevas clases de naves.
Desde 2012 Mitsubishi Heavy Industries produce tanques de nueva generación Type 10. Actualmente Japón tiene a su disposición más de un centenar de esta serie de carros de combate. En cuanto a la Fuerza Aérea, Japón hizo un pedido por más de un centenar de cazas F-35A y F-35B. Asimismo, desarrolló un prototipo de un caza de quinta generación y planea usar esas tecnologías para
crear un caza de sexta generación en el futuro. Los trabajos ya están en curso.
La única pregunta que aparece en este contexto es ¿para qué Japón necesita armas de vanguardia y por qué en tantas cantidades? Parece que es demasiado para defenderse, especialmente teniendo en cuenta que EEUU tiene presencia militar en el archipiélago y lo protege, y que a Tokio se le prohíbe tener Fuerzas Armadas con potencial bélico. Simultáneamente, Japón ya está en camino hacia la revisión del Artículo 9 de su Constitución.
¿Deberían Moscú y Pekín armarse?
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A Japón le gustaría jugar un papel más importante en la región y por eso busca acumular más peso geopolítico a través del desarrollo de sus capacidades militares. Japón no solo mantiene una disputa por las islas Senkaku, sino que también reclama la soberanía sobre cuatro islas del
archipiélago de las Kuriles. Hay quienes dicen que en un conflicto armado con Japón, Rusia sufriría una derrota. Sin embargo, esta aseveración no es correcta.
Si bien Japón tiene más aviones militares que Rusia en el Lejano Oriente, Moscú es capaz de mover rápidamente sus aviones desde la parte europea del país. En cuanto a la Armada, los puntos fuertes de la Marina de guerra japonesa son sus portahelicópteros y destructores.
La Armada nipona sobrepasa en el número de buques a la Flota rusa del Pacífico, pero en caso de que sea necesario Moscú podría aumentar su agrupación naval en el Lejano Oriente, que además estaría respaldada por la aviación.
En cualquier caso, obtener la victoria en una teórica guerra entre Rusia y Japón sería una tarea muy difícil para los dos. Pero lo que es aún más importante, es que un conflicto armado entre Moscú y Tokio es muy improbable hoy en día. Rusia y Japón son socios económicos importantes y cooperan en muchos otros ámbitos. No obstante, Moscú, al igual que Pekín, debería estar preocupada por el creciente poderío militar de Japón. Si vis pacem, para bellum.
En este sentido, Rusia ha estado modernizando su agrupación militar en las islas Kuriles. Moscú modernizó significativamente su agrupación militar en el archipiélago, en particular, en la isla Matua.
Además, Rusia recientemente desplegó en las Kuriles tanques armados con misiles. Se trata de
los carros de combate T-72B3. Moscú efectivamente envió un mensaje claro a Tokio. Con el despliegue de tanques, Rusia muestra que está dispuesta a defender las islas en caso de cualquier agresión y no las entregará a Japón.
De hecho, el país euroasiático comprueba que es capaz de hacer frente a un posible adversario en caso de que sea necesario. Incluso si algún día el militarismo vuelve a dominar la agenda política nipona.
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