(Foto: Pedro Vilela)
Una comisión del Parlamento portugués encargada de los equipos militares comprados por el Estado luso en los últimos 15 años, entre ellos dos submarinos adquiridos en 2004, interrogó ayer a varios implicados en los negocios.
Entre los testimonios del mediático y complejo caso destacó el de Luís Horta e Costa, consultor de la empresa Escom, que asesoró a un consorcio alemán en la operación de los submarinos vendidos al Estado portugués.
Horta e Costa, sospechoso desde 2013 de corrupción activa, tráfico de influencias y blanqueo de capitales, dijo que las contrapartidas por la compra de los dos submarinos (por unos 1.000 millones) eran "una excelente oportunidad para la economía nacional".
Sin embargo, se sospecha que esas contrapartidas destinadas a la innovación tecnológica y modernización del tejido empresarial no se ejecutaron de forma satisfactoria.
El gestor reconoció que, años después de la venta, rompieron con el consorcio alemán por no estar de acuerdo con la política de sus clientes.
La Escom que asesoró el negocio pertenecía al Grupo Espírito Santo, desde julio en fase de desmoronamiento por irregularidades de gestión.
No obstante, la empresa pertenece hoy a Sonangol, la compañía de petróleo de Angola, antigua colonia lusa.
El caso de la compra de los submarinos, realizada cuando el actual viceprimer ministro de Portugal, Paulo Portas, era titular de Defensa, ya llevó a tres gestores de la multinacional alemana Man Ferrostaal y a siete portugueses al banquillo de acusados por defraudar 34 millones de euros.
Sin embargo, todos ellos fueron absueltos por un Tribunal de Lisboa de primera instancia el pasado febrero
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