Los drones que Lockheed Martin debería suministrar a la Armada de Estados Unidos siguen sin funcionar, y amenazan con paralizar completamente el proyecto para el desarrollo de un navío ultramoderno que se encargue de defender las costas de la Unión. El Littoral Combat Ship está prácticamente listo, pero no podrá realizar su misión principal sin esos drones, que están pensados para detectar dispositivos explosivos bajo la superficie del mar y avisar de su posición al buque para evitar que choque contra ellos.
Y de momento, siguen sin funcionar. En una ronda de pruebas preliminares llevadas a cabo hasta el pasado verano, los drones submarinos fallaron no menos de 14 veces en 300 horas.
El Pentágono y la Armada ya han anunciado su intención de revisar la inversión -pensaban pagar 864 millones de dólares, de los cuales ya se han gastado 109- y han calificado la falta de fiabilidad de los aparatos como "inaceptable".
Sin ellos en el agua, la propia viabilidad del programa para comprar 32 de esos buques costeros, en el que Estados Unidos va a gastar 23.000 millones de dólares, se tambalea.
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