El jefe del gobierno indicó que habrá un veto parcial o total a las importaciones e inversiones procedentes de Turquía, incluidas las de alimentos, así como a la contratación de trabajos o servicios con las empresas turcas.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó la imposición de sanciones contra Turquía, que incluyen la prohibición de la compraventa de bienes y la extensión de contratos para trabajadores turcos en territorio ruso.
Santiago Pérez, analista internacional aseguró en entrevista a teleSUR que las implicaciones económicas tras la decisión de Rusia de pedir visas a los ciudadanos turcos que deseen ingresar a su país afectarán de manera negativa el turismo y las relaciones económicas.
Turquía ya había emitido este sábado una recomendación a sus ciudadanos de aplazar todo viaje no urgente a Rusia, como muestra de la creciente tensión entre ambos países después de que un avión militar ruso fuera derribado por la aviación turca en la frontera siria esta semana. Las circunstancias no tienen precedentes.
"Putin dijo que nosotros veíamos a Turquía como un aliado".
Agregó que la reacción de Rusia, que exige disculpas, compensaciones y castigo a los culpables del derribo del avión, se corresponde con la magnitud del desafío. "Todo eso fue destruido literalmente en un instante por un disparo de un F-16 turco", dijo el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov. Turquía afirma que el bombardero entró en su espacio aéreo y que recibió "diez advertencias en cinco minutos".
Pero el vocero subrayó que en adelante, con el emplazamiento en Siria de sistemas de misiles antiaéreos S-400, los pilotos rusos que participan en las misiones de bombardeos en el país árabe estarán a salvo de nuevos ataques. Un portavoz del Kremlin dijo el sábado que podría haber hasta 200,000 ciudadanos turcos en territorio ruso.
Fue la primera vez en medio siglo que un miembro de la OTAN derriba un avión ruso y el hecho causó una respuesta dura de Moscú.
Las sanciones, que tendrán una duración "provisional" pero indeterminada, no dejaron afuera al sector turístico (en 2014,3 millones de rusos vacacionaron en Turquía): por eso, se ordenó a las agencias y operadores de la "industria sin chimeneas" que se "abstengan" de vender paquetes de viajes con destino a Ankara.
Los gestos amigables de Erdogan, sin embargo, fueron hechos después de que volvió a defender enérgicamente la acción de Turquía y de que criticó a Rusia por sus operaciones en Siria.
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