Un avión SR-71 Blackbird llega a la base aérea estadounidense de Nellis (Nevada). Este conocido avion espía es una de las aeronaves incluidas en las pruebas programadas por el Pentágono para el uso militar de la 5G.
El Pentágono anuncia el inicio, en julio, de la instalación de una red experimental 5G en la base aérea de Nellis, Estado de Nevada. Dicha red comenzaría a funcionar en enero de 2021.
Fue precisamente en la base aérea estadounidense de Nellis donde se realizó en marzo Red Flag, la maniobra aérea más importante de Estados Unidos, con la participación de Alemania, España e Italia. Las fuerzas aéreas de estos tres últimos países participaron con varios aviones de combate de fabricación estadounidense F-35 que, según fuentes oficiales, han sido «integrados a los mejores dispositivos de la aviación militar americana» para «explotar al máximo las posibilidades de las aeronaves y sistemas de armas disponibles», incluyendo por supuesto el armamento nuclear. Para la Red Flag de 2021 ya estarían funcionando, para ponerlas a prueba en un entorno real, redes móviles de 5G conformadas con torres que teóricamente podrían armarse y desarmarse en menos de una hora para cambiar rápidamente de posición geográfica, según las necesidades de la operación en marcha.
La base aérea de Nellis es la quinta seleccionada por el Pentágono para realizar experimentos con el uso de la tecnología 5G. Las demás bases seleccionadas están en los Estados de Utah, Georgia, California y Washington.
Un documento del Servicio de Investigación del Congreso estadounidenses (ver más abajo) explica que la tecnología 5G –así denominada por tratarse de la quinta generación tecnológica en materia de transmisión de datos móviles– puede tener «numerosas aplicaciones militares». Una de ellas tiene que ver con los «vehículos militares autónomos», o sea con los vehículos robóticos aéreos, terrestres y navales capaces de efectuar de forma autónoma misiones de ataque sin necesidad de ningún tipo de intervención humana –ni siquiera en el pilotaje por control remoto. Esto requiere el almacenamiento y elaboración de una enorme cantidad de datos, que no puede realizar únicamente a bordo del vehículo autónomo. La 5G permitirá a ese tipo de vehículo utilizar un sistema externo de almacenamiento y tratamiento de datos, similar a la llamada «nube» que los usuarios individuales ya utilizan actualmente para almacenar datos y ficheros personales. Ese sistema puede hacer posibles «nuevos conceptos operacionales militares», como el del llamado «enjambre» en el que cada vehículo se conecta automáticamente con los demás para garantizar el cumplimiento de una misión –por ejemplo, la realización de un ataque aéreo contra una ciudad o de un ataque naval contra un puerto.
La tecnología 5G permitirá incrementar el poderío de todo el sistema de mando y control de las fuerzas armadas de Estados Unidos a escala mundial. Actualmente, según explica el documento, ese sistema utiliza las comunicaciones vía satélite pero, a causa de la distancia, el tiempo de transmisión de la señal retrasa la ejecución de las operaciones militares, retraso que desaparecería con el uso de la tecnología 5G. Esa tecnología tendría también un papel determinante en la utilización de los misiles hipersónicos que, dotados de ojivas nucleares, alcanzan velocidades superiores a 10 veces la velocidad del sonido.
La 5G será también extremadamente importante para los servicios secretos, que podrán dotarse de sistemas de control y espionaje mucho más eficaces. «La 5G es vital para conservar las ventajas militares y económicas de Estados Unidos», subraya el Pentágono.
Particularmente ventajoso es el hecho que «la tecnología emergente 5G, comercialmente disponible, ofrece al Departamento de Defensa la oportunidad de aprovechar a bajos costos ese sistema para sus propias exigencias operacionales». En otras palabras, la red comercial 5G, instalada por empresas privadas, será utilizada por las fuerzas armadas de Estados Unidos que obtendrá así costos inferiores a los que tendría que enfrentar si tuviese que instalar una red con fines exclusivamente militares. Lo mismo sucede en otros países.
Todo esto permite entender finalmente que la lucha alrededor de la 5G, sobre todo entre Estados Unidos y China, es más que una guerra comercial. La tecnología 5G es un nuevo terreno de la carrera armamentista, que se desarrolla más en el plano cualitativo que en el cuantitativo.
Pero de eso no hablan los medios de difusión. Ni siquiera lo mencionan los críticos de esa tecnología, que se concentran sobre todo en los posibles efectos nocivos sobre la salud, aspecto ciertamente importante de la cuestión pero que habría que unir con una lucha contra el uso militar de esa tecnología, financiado –sin su conocimiento– por los usuarios comunes y corrientes de teléfonos móviles de quinta generación.
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