Javier Ventura-Traveset, portavoz de la Agencia Espacial Europea en España, compartió con Sputnik cómo cambió el segmento en los últimos años.
Desde el lanzamiento del Sputnik (el 4 de octubre de 1957) han pasado 60 años. En aquellos tiempos, la humanidad imaginaba que las generaciones del siglo XXI iban a conquistar nuevos mundos y a vivir en Marte. Esto no ha pasado. Los proyectos en el espacio no se han desarrollado en la escala que lo imaginaban entonces. ¿Por qué?
Es verdad que en el campo de la exploración humana del sistema solar las expectativas que se crearon en los años 60 y 70 eran mucho más ambiciosas de lo que realmente hemos obtenido. Sin embargo, déjeme darle la vuelta a su afirmación diciendo que en otros campos del sector espacial, el desarrollo que se ha conseguido en estos 60 años es formidable, mucho más allá de lo imaginable en ese momento. El mundo hoy sería impensable sin el sector espacial. Solo tenemos que pensar en lo que ocurriría si apagáramos todos nuestros satélites por un día.
El mundo dejaría de funcionar: no conoceríamos las previsiones meteorológicas, si hay o no riesgos de inundaciones; olas de calor, etc. Muchas de las comunicaciones telefónicas internacionales simplemente no serían posibles, se colapsarían negocios y transacciones internacionales; internet tendría grandes interrupciones, retrasos y sería inaccesible en muchos lugares; cientos de millones de hogares dejarían de tener televisión por satélite; no tendríamos navegación por satélite lo que tendría un impacto muy grande en nuestra economía y servicios; no podríamos monitorizar nuestro planeta Tierra y no sabríamos casi nada del cambio climático. Cuando se lanzó el Sputnik en 1957, nadie pensó que el espacio podía ser tan esencial en nuestras vidas.
En el campo científico, los avances también han sido extraordinarios: nuestro conocimiento sobre el origen del universo y el big bang, los avances en cosmología, el descubrimiento de exoplanetas, y la extraordinaria ventana que se abre a la astronomía con la observación de ondas gravitacionales, por citar solo algunos ejemplos.
Y no hablemos de la cooperación internacional en el sector espacial. Quién podría pensar, hace 50 años, en plena Guerra Fría, que americanos, rusos, europeos, japoneses y canadienses estarían trabajando juntos en una estación espacial en común, compartiendo naves de acceso, naves de carga, módulos de experimentación, con centros de control interconectados y programas comunes científicos y tecnológicos. La estación espacial internacional es de hecho un buen paradigma de lo que hemos evolucionado: con el Sputnik se pusieron 83 Kg de masa en órbita durante 108 minutos, la estación espacial tiene una masa de 450 toneladas y lleva ya 17 años con tripulación a bordo.
Tengo pues una visión mucho más positiva de lo que hemos conseguido durante este tiempo aunque sí que es verdad que los logros han ido en una dirección diferente a la que se esperaba.
En septiembre, Proton-M lanzó con éxito el satélite de telecomunicaciones español Amazonas-5. ¿Está previsto lanzar otros satélites españoles con Protones? ¿Hay planes en el futuro para hacerlo con Angara?
Yo puedo hablar desde el punto de vista de la Agencia Espacial Europea y en ese sentido debo decir que la cooperación entre Europa y Rusia en el campo de los lanzadores es muy importante. Desde el año 2011 y en cooperación con Rusia, Europa lanza los cohetes Soyuz desde el puerto espacial europeo en Kourou, en la Guayana Francesa. Por ejemplo, 14 de los 18 satélites del sistema Europeo de Navegación Galileo han sido puestos en órbita con el cohete Soyuz desde la Guayana Francesa.
Hablando de satélites españoles, el último satélite de comunicaciones que la ESA ha lanzado es el satélite Hispasat 36-W1 ‘Small Geo’ y se lanzó con un cohete Soyuz desde el puerto espacial europeo. Y también nuestra última misión científica fue gracias al cohete ruso Proton-M, desde Baikonur, que puso en órbita la misión Exomars 2016 que es, además, fruto de la colaboración entre la ESA y la Agencia espacial rusa, Roscosmos. Y termino con un dato más, nuestro próximo lanzamiento de un satélite de la ESA, previsto para el 13 de Octubre próximo, será el satélite de observación de la tierra Sentinel 5P y será puesto en órbita por el cohete ruso Rockot, desde el cosmódromo ruso de Pletsesk. La colaboración en este campo es pues muy intensa y muy positiva.
De momento, solo un ciudadano español estuvo en el cosmos. ¿Tiene España planes para enviar en el futuro a su astronauta a la Estación Espacial Internacional en el marco de la cooperación con la ESA?
Nuestro astronauta español de la ESA, Pedro Duque, sigue en activo, forma parte del cuerpo de astronautas de la ESA, sigue el programa de entrenamientos formal de los astronautas y es todavía joven. Pedro es un astronauta muy valorado en la Agencia Espacial Europea y podría en el futuro incorporarse a alguna misión, si así lo decidieran desde el Directorado de vuelos tripulados y exploración de la ESA.
¿Qué proyectos científicos hay por el momento entre Europa y Rusia y en qué áreas?
La colaboración entre Europa, a través de la ESA (agencia europea de la que España es uno de los países más importantes), y Rusia es muy importante. Ya he mencionado antes la extraordinaria colaboración en el campo de los lanzadores, con el cohete Soyuz y los lanzamientos de satélites de la ESA desde Rusia. Nuestra colaboración en el campo de la ciencia es también muy intensa, y se centra actualmente en la misión Exomars, que consta de dos partes, una primera lanzada en 2016, la nave Trace Gas Orbiter (TGO), y una segunda, Exomars 2020 que se lanzará en 2020 y que incluirá un módulo de aterrizaje ruso y un rover europeo, que perforará la superficie del planeta hasta una profundidad de 2 m en busca de materia orgánica pura.
Hay que decir que la ESA tiene una oficina permanente en Moscú y nuestros astronautas hacen una parte importante de su entrenamiento en Rusia y vuelan frecuentemente con las naves Soyuz a la Estación espacial internacional donde nuestra colaboración con Rusia es muy intensa. La cooperación europea con Rusia en el sector espacial es pues de gran importancia estratégica para Europa. De alguna manera, todo esto es parte del legado de ese primer Sputnik.
https://es.news-front.info/2017/10/05/que-sucederia-si-desconectamos-nuestros-satelites-durante-un-dia/
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