Misiles rusos de defensa tierra-aire S-300 (Foto: Getty)
Pablo Rubio / atalayar.com
India se acerca a Rusia. El acuerdo firmado por los dos países el año pasado, en virtud del cual el Kremlin se compromete a enviar misiles tierra aire S-400 al Ejecutivo de Nueva Delhi, progresa a buen ritmo. Según fuentes oficiales rusas, ambos países han establecido las condiciones para que se efectúe el primer pago por la transacción a finales de 2019. Con la llegada de la contrapartida económica, se prevé que los misiles empiecen a llegar a India a partir del año que viene.
El pacto ha sido anunciado dos días después de que Sergei Lavrov, ministro de Exteriores ruso, tuviese una conversación con Subrahmanyar Jaishankar, su homólogo indio. El Servicio Federal para la Cooperación Militar y Técnica de Rusia no ha entrado en detalles de las negociaciones a la agencia Tass, pero ha asegurado que el contrato de los S-400 se implementará “conforme a los pactos alcanzados y los documentos firmados” durante la visita oficial de Vladimir Putin a Narendra Modi en octubre de 2018. Según el tratado, la cantidad total que deberá abonar el Ejecutivo indio a las arcas rusas asciende, aproximadamente, hasta los 5500 millones de dólares.
Desde que se conocieron los acuerdos entre Rusia e India, el Gobierno estadounidense se ha mostrado escéptico con respecto a su viabilidad. No obstante, las dos partes se han mostrado dispuestas a sacarlos adelante. Rusia, de hecho, ha reiterado su compromiso para garantizar que todos los misiles lleguen a India en el plazo acordado. Roman Babushkin, adjunto al embajador de Rusia en Nueva Delhi, ha sentenciado: “Los términos de aplicación del contrato son bien conocidos: en 2023, estos sistemas deben ser entregados a India”. Moscú, además, no ha desperdiciado la ocasión para lanzar una crítica a Estados Unidos. Babushkin ha desaprobado las restricciones políticas y financieras impuestas unilateralmente por otros estados, en una referencia clara a Washington, que, según la administración rusa, han retrasado los primeros pagos.
Rechazo de EEUU
Más allá de las dudas expresadas, la postura de Washington con respecto al acuerdo entre Rusia e India es de rechazo. Altos representantes de la Casa Blanca ya han advertido al Gobierno de Modi de que la compra de armas puede derivar en la imposición de severas sanciones económicas. La transacción contraviene la Ley para Enfrentar a los Adversarios de América a través de Sanciones (CAATSA en sus siglas en inglés). Dicho acto jurídico restringe expresamente la compra de material bélico a Rusia, Irán y Corea del Norte, considerados adversarios tradicionales de Estados Unidos.
El ministro indio Jaishankar, sin embargo, ha defendido la decisión de su país apelando al interés nacional; pactar con Moscú no parece ser, por tanto, un obstáculo insalvable. Rusia, de este modo, consolida su posición preponderante en el mercado de los misiles de largo alcance. India se suma a una lista de clientes en la que ya figuran nombres de calado, como China y Turquía. El país otomano, precisamente, ha recibido en la última semana una segunda remesa de misiles S-400. La Administración Trump ya ha sancionado al Gobierno de Erdogan, teórico aliado de la OTAN, por la adquisición del armamento ruso en detrimento de los misiles F-35 de fabricación estadounidense.
La renovación del armamento, paulatina pero constante, ha quedado establecida como una prioridad del Ejecutivo de Modi. India, que ya disponía de cazas rusos Sukhoi-30 equipados con misiles R-77 y misiles europeos ASRAAM, ha intensificado en los últimos meses su política de defensa. En el último año, Nueva Delhi ha estrechado notablemente su colaboración con Israel Aerospace, compañía que le ha facilitado acceso a sistemas de defensa aire-aire. La inminente adquisición de los misiles rusos supone un salto cualitativo en su arsenal.
El S-400 Triunf es un sistema de misiles tierra-aire de largo alcance, el más avanzado que se ha desarrollado hasta la fecha con tecnología rusa. Su diseño está concebido como un sistema eminentemente defensivo que, además, goza de bastante autonomía: permite rastrear blancos en un radio de 600 kilómetros, con asistencia de otros radares o independientemente. Los S-400 permiten destruir aeronaves, misiles de crucero y misiles balísticos de medio alcance en un radio de 400 kilómetros y hasta a 30 kilómetros de altitud; no obstante, también pueden ser utilizados como arma ofensiva si se dirigen contra instalaciones terrestres.
Pakistán
El nuevo equipamiento de las Fuerzas Armadas indias busca nivelar la balanza con el poderío militar de su vecina Pakistán, que cuenta con precisos misiles AMRAAM de medio y largo alcance de fabricación estadounidense. Las relaciones entre las dos potencias, ambas con cabezas nucleares a su disposición, han estado marcadas por una escalada de tensión continua a lo largo de los últimos meses. La fricción se ha recrudecido desde principios de agosto, cuando India propuso derogar la autonomía de Cachemira, en vigor durante más de setenta años. Tras la represión de los manifestantes de la región, Pakistán ha decidido cerrar totalmente su espacio aéreo a la aviación india. El desarrollo de la crisis es, en el futuro más inmediato, incierto.
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