Un soldado iraquí a bordo de un vehículo militar en la ciudad de Basora, en el sur de Irak, 17 de marzo de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: jueves, 19 de marzo de 2020 0:00
Firmas de armas de EE.UU. e Israel presionan a Irak para que no discuta la compra de equipos militares sofisticados con otros Estados, dice un legislador iraquí.
“Hay empresas y empresarios que presionan para evitar que Irak cierre contratos para comprar armas a países desarrollados”, ha dicho este miércoles Badr al-Ziyadi, un miembro del Comité de Seguridad y Defensa del Parlamento de Irak.
Además, ha añadido que dichas compañías, que controlan los mercados de armas, están directamente vinculadas con EE.UU. y el régimen de Israel.
Tras denunciar que las compañías estadounidense-israelíes tratan de vender armas de desecho a Irak en lugar de firmar contratos con compañías sólidas, Washington se niega a proporcionar armas y municiones al país árabe, con la excepción de algunas compañías.
Al-Ziyadi también indicó el 20 de enero que el Gobierno de Bagdad planeaba enviar delegaciones a Rusia, China y Ucrania para negociar la compra de sistemas avanzados de misiles de defensa antiaérea para proteger su territorio de cualquier posible agresión.
“Las delegaciones tenían la intención de visitar países como Rusia, China y Ucrania para negociar la compra de sistemas modernos a fin de proteger el espacio aéreo de Irak”, dijo.
El parlamentario iraquí hace tales declaraciones en momentos en los que EE.UU. bombardea regularmente las posiciones de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) que luchan de manera efectiva contra los terroristas.
La madrugada del pasado viernes, el país norteamericano efectuó varios ataques contra objetivos pertenecientes al Ejército, la Policía Federal y las Al-Hashad Al-Shabi en una serie de ciudades, dejando seis muertos, entre ellos tres soldados, dos policías y un civil, además de 12 heridos.
Tras los ataques, la Cancillería iraquí citó a los embajadores de EE.UU. y el Reino Unido para protestar por la agresión estadounidense contra objetivos militares iraquíes.
Washington afirmó que sus agresiones constituían una represalia por un ataque con cohetes contra la base militar Al-Tayi, con tropas de la llamada coalición anti-EIIL (Daesh, en árabe), cerca de Bagdad, la capital iraquí.
La agresión estadounidense avivó las demandas para la salida de las tropas norteamericanas de Irak, intensificadas tras el brutal asesinato del que fuera comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y del que fungiera como subcomandante de las Al-Hashad Al-Shabi, Abu Mahdi al-Muhandis, entre otros compañeros, en una agresión perpetrada el 3 de enero por Washington en Bagdad.
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