El portaaviones francés Charles de Gaulle. / REUTERS
Los primeros casos se detectaron en marzo pero el buque insignia siguió su misión hasta el domingo y ya tiene infectados a más de la mitad de sus marinos
PAULA ROSASCorresponsal en ParísViernes, 17 abril 2020, 21:13
«Es un asunto que me desvela cada noche». La ministra de los Ejércitos francesa, Florence Parly, reconocía este viernes la gravedad de la situación vivida a bordo del portaaviones nuclear Charles de Gaulle, donde más de la mitad de la tripulación ha dado positivo por Covid-19. Dos investigaciones -una epidemiológica y otra sobre las decisiones de mando que se tomaron- se han puesto en marcha para aclarar cómo y cuándo se produjo la contaminación, pero el Gobierno desmiente cualquier negligencia o intento de disimulo, como han insinuado algunos marinos.
El Charles de Gaulle, buque insignia de la Marina gala, partió el 21 de enero para una misión de tres meses que tuvo que acortarse al detectarse un número creciente de contagios. El domingo llegó a su base de Tolón, cerca de Marsella, donde toda la tripulación ha sido puesta en cuarentena en diversos centros pertenecientes a la armada. De los 1.767 marinos que navegaban en el portaaviones y los 200 de la fragata que lo acompañaba, «1.081 han dado positivo», reveló este viernes Parly ante la comisión de Defensa de la Asamblea Nacional. De ellos, «545 presentan síntomas y están bajo estrecha vigilancia médica», 24 están hospitalizados y uno de ellos se encuentra en cuidados intensivos.
Por el momento no está claro cómo y cuándo se produjo el primer contagio. Al inicio de su misión, el portaaviones fue desplegado en el Mediterráneo oriental para participar en la 'Operación Chammal', la parte francesa de la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico en Oriente Próximo. Durante esta etapa del viaje se realizó una sola escala, del 21 al 26 de febrero, en Limassol, Chipre. De allí se dirigió al Atlántico Norte y al mar del Norte para participar en diversos ejercicios multinacionales -entre otros, estuvieron escoltados por la fragata española Blas de Lezo, e hizo otra escala, esta vez en Brest, entre el 13 y el 16 de marzo.
La controversia se ha desatado al denunciar varios tripulantes de forma anónima a la prensa una posible negligencia en la gestión de la epidemia. Según reveló un marino a 'L'Express', desde finales de marzo ya había colas cada día en la enfermería del navío. A los que presentaban síntomas compatibles con el Covid-19 les daban mascarillas, pero «la gran mayoría volvía a trabajar y seguían durmiendo en sus camarotes habituales», donde descansan unas 15 personas en 20 metros cuadrados. Otro tripulante aseguró a 'France Bleu Provence' que el comandante había solicitado poner en cuarentena al personal hace un mes, justo antes de hacer escala en Brest, petición que habría sido rechazada por el ministerio.
Falso rumor
«Ese rumor es falso», zanjó este viernes Florence Parly, quien reconoció, no obstante, que «mandar es un arte difícil» y que cuando se tomó la decisión de mantener la escala en Brest «el conocimiento sobre el virus era más limitado que hoy» y el Gobierno no había puesto aún en marcha las medidas de confinamiento. «No sabemos si el virus estaba a bordo antes de esa escala», algo que deberán dilucidar los epidemiólogos. Otra investigación paralela analizará las decisiones tomadas por los mandos.
Según Parly, desde que fuera informada por el jefe del Estado Mayor de la Marina el pasado día 7 de que había -entonces- 36 casos a bordo, decidió «inmediatamente» poner fin a la misión. Ese mismo día se envió a bordo a un equipo epidemiológico que practicó unos 60 test. «50 de ellos dieron positivo» y tres marinos fueron evacuados el día 9 para ser hospitalizados en Francia, «uno de los cuales sigue aún en reanimación», especificó la ministra. Las primeras conclusiones de las investigaciones deberán estar listas en dos semanas.
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