El observador militar ruso Viktor Baranets anunció que en un futuro cercano el ejército ruso tiene la intención de revivir un proyecto soviético único: el cañón espacial R-23M Kartech. De hecho, es el primer cañón del mundo diseñado para montarse en una nave espacial.
Teniendo en cuenta las tecnologías modernas, el cañón R-23M se transformará muy seriamente, y si anteriormente se suponía que tales armas se usaran solo para brindar protección en el espacio exterior, entonces la versión modernizada se puede usar fácilmente para destruir objetivos terrestres. La munición convencional bien puede ser reemplazada por un rayo láser, lo que aumentará la efectividad de tales armas en la lucha contra objetivos ubicados en el suelo y en el espacio ultraterrestre.
Hoy en día, el problema clave es solo la falta de una fuente de energía de pequeño tamaño, sin embargo, dados los pasos tomados por Rusia en el desarrollo de tales tecnologías, es obvio que tal problema se puede eludir al desarrollar nuevos tipos de armas.
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