Imagen ilustrativa
El 12 de febrero, un misterioso arma derribó un tanque de batalla del ejército árabe sirio (EAS) en el campo del sur de Idlib.
El tanque de batalla explotó en las primeras horas de la mañana después de ser golpeado con un objeto desconocido. El tanque de batalla estaba situado al sur de la ciudad de Ma'arat al-Nu'man, muy por detrás de la línea del frente.
Fuentes de la oposición informaron del incidente, con algunos afirmando que el tanque de batalla fue golpeado con una ronda de artillería disparada por militantes del Gran Idlib.
Sin embargo, este alto nivel de precisión es casi imposible de lograr con proyectiles de artillería no guiados. El tanque de batalla también estaba situado más allá de la línea de visión de los militantes.
El tanque de batalla puede haber sido blanco de uno de los drones de combate turcos que operan sobre el Gran Idlib de forma regular. Otra posibilidad es que el tanque de batalla fue golpeado con un proyectil de artillería guiado por láser o un cohete, después de ser iluminado por un dron turco.
El año pasado, la ROKETSA de Turquía reveló su sistema de cohetes guiados por láser TRLG-230. El sistema fue desplegado con éxito contra las fuerzas armenias durante la guerra de Nagorno Karabaj de 2020. El tanque de batalla sirio puede haber sido golpeado con el TRLG-230 o un sistema similar.
El ejército turco mantiene más de 60 puestos, campamentos y bases en todo el Gran Idlib. Las armas pesadas, similares al TRLG-230, están desplegadas en la mayoría de estas posiciones.
En cualquier caso, la huelga representa una grave escalada por parte de Turquía y una violación del acuerdo firmado con Rusia el 5 de marzo de 2020. Las fuerzas de Ankara participaron en una feroz confrontación con EAS y sus aliados el año pasado para impedir que neutralizar a los grupos terroristas restantes en el Gran Idlib.
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