03-04-2018 - 14:00 CET | Hispanatolia
Turquía puso en marcha este martes las obras de construcción de la que será la primera central nuclear del país euroasiático con una ceremonia a la que asistieron los presidentes turco y ruso, Tayyip Erdoğan y Vladimir Putin, quienes también tienen previsto presidir el mismo día el Consejo de Cooperación Bilateral de Alto Nivel.
El proyecto, adjudicado a la corporación energética estatal rusa Rosatom, está participado al 51% por la corporación rusa y al 49% por empresas turcas, y se pone en marcha después de que la agencia turca para la energía atómica TAEK diera el lunes el visto bueno a la licencia para que Rosatom inicie las obras en Akköy, en la provincia mediterránea de Mersin.
Con una capacidad de generación de 35 millones de megavatios-hora anuales, la central nuclear de Akkuyu generará 10.000 empleos durante su construcción y, una vez concluida según el calendario previsto en 2023 –coincidiendo con el primer centenario de la fundación de la República de Turquía por Atatürk- dará empleo a unas 3.500 personas.
La planta constará de cuatro reactores con una capacidad instalada total de 4.800 megavatios (1.200 megavatios por cada reactor), y tendrá una vida útil estimada de 60 años. Una vez entre en funcionamientopermitirá cubrir alrededor del 10% de la demanda de energía eléctrica del país, equivalente al consumo energético de la metrópolis de Estambul (la mayor ciudad turca), permitiendo así reducir la dependencia energética exterior de Turquía.
Con un coste estimado de más de 16.000 millones de euros, se trata de la mayor inversión en un único proyecto en toda la historia de Turquía. El primer acuerdo para su puesta en marcha preveía que Rosatom iniciara la construcción en 2013; tras una serie de retrasos, agravados por la crisis bilateral entre Rusia y Turquía a raíz del derribo en noviembre de 2015 de un caza ruso por parte del ejército turco, fue tras la normalización de las relaciones bilaterales cuando los planes para la construcción de Akkuyu volvieron a tomar impulso.
Aunque inicialmente el 49% de las acciones del proyecto de Akkuyu iban a ser vendidas por Rosatom a un consorcio de tres empresas turcas –el llamado consorcio Cengiz-Kolin-Kalyon, o CKK- con un reparto a partes iguales entre ellas del 16,3% de las participaciones, la retirada anunciada de Kolin y Kalyon del proyecto alegando una falta de acuerdo con Rosatom ha obligado a la corporación rusa a abrir nuevas negociaciones con la compañía estatal turca de generación eléctrica EÜAŞ.
El acuerdo de Rosatom con las autoridades turcas establece que la compañía rusa operará la planta atómica de Akkuyu siguiendo un modelo BOT (build-operate-transfer), según el cual Rosatom construirá y operará la central durante 15 años con un pago de 10 euros por kWh y con unos ingresos para el Estado turco del20% de los beneficios que genere el proyecto.
Como parte de los esfuerzos por reducir su factura energética, que le supone anualmente al Estado turco el pago de más de 40.000 millones de euros, Turquía ha puesto ya en marcha los planes para la construcción de una segunda central nuclear que estará ubicada en la provincia de Sinop, en la costa turca del Mar Negro, y que será construida por un consorcio franco-japonés formado por Areva y Mitsubishi.
También existe un proyecto para una tercera planta atómica que, a falta aún de confirmación oficial, se cree que probablemente se ubicará en el distrito de İğneada de la provincia noroccidental de Kırklareli, en la frontera con Bulgaria. Durante una visita realizada en mayo de 2017 a China, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan abordó precisamente con su homólogo chino Xi Jinping el proyecto, en el que podría participar la compañía estatal china de tecnología nuclear (SNPTC).
No hay comentarios:
Publicar un comentario