No han sido pocos los medios que en las ultimas semanas han abordado los asuntos de defensa de nuestro país bajo el contexto de la futura cumbre del G-20. En prácticamente la mayoría de ellos se ha aclarado que la Argentina contaría con “capacidad supersónica” gracias a los recientemente adquiridos Super Etendard para hacer frente a un hipotético ataque que pueda vulnerar la seguridad de las distintas comitivas de los países a presentarse.
Sin dudas, la información vertida en los últimos días podría confundir al mas ignoto de los asuntos de la Defensa Nacional.
La Argentina desde el año 2015 perdió su capacidad de intercepción supersónica al no haber avanzado en un reemplazo del sistema Mirage. Ni la administración anterior ni la actual pudieron resolver esta situación, llevando a que luego de 53 años ininterrumpidos de operaciones aéreas a velocidades mayores a la del sonido, nuestro componente aéreo descanse en sistemas subsónicos (y en algunos casos obsoletos).
Los recientemente adquiridos Super Etendard, los cuales al dia de hoy no han llegado a nuestro país, no poseen capacidad de vuelo supersónico para una operación como la que es prevista en el G-20. Estos aviones, operados desde el año 1980 en la Armada, podrían romper la barrera del sonido solamente en una configuración limpia y a una altura considerable, implicando que no sea operacionalmente una aeronave de intercepción supersónica. El mismo ha sido diseñado, fabricado y operado para otras funciones.
Por mas empeño comunicacional que exista desde el Ministerio de Defensa en mostrar un paradigma idílico en cuanto a la situación de las Fuerzas, la realidad muestra que progresivamente nuestro país continua perdiendo capacidades estratégicas. Si bien es verdad que se ha avanzado en algunos ámbitos específicos, las capacidades “núcleo” de cada una de las armas pende de un hilo. En la mayoría de los casos, los sistemas conviven con el “fuera de servicio” y el peso del tiempo mas allá del enorme sacrificio de los técnicos para mantener los sistemas listos para operar.
Es necesario repetirlo: para resguardar la seguridad de las comitivas, la Argentina no proveería un paraguas aéreo eficaz debido a las restricciones presupuestarias y de planificación a las que ha sido sometida en el ámbito de la Defensa Nacional. Eso si, la cumbre si tendría capacidad supersónica ad-hoc: las comitivas descansarán sobre algún que otro avión moderno que proveería la seguridad que el país anfitrión no puede brindar.
Hasta el día de hoy los avances de gestión en cuanto a capacidades supersónicas han sido solamente en tinta por medio de notas imprecisas de prensa así como también de los planes que acercan especialistas de las fuerzas a los despachos del Ministerio. Claro está, descartados por los funcionarios que no atinan a proponer planes superadores para la situación actual del componente militar.
Por Mariano Gonzalez Lacroix
21/02/18
Zona-militar.com
http://www.defensasur.com.ar/index.php/america-del-sur/116-argentina/10817-no-argentina-no-tiene-capacidad-supersonica-para-el-g-20
No hay comentarios:
Publicar un comentario