Mientras Kiev sigue suplicando el próximo tramo de créditos del FMI y otorga legalmente el estatus de “país agresor” a Rusia [así se presenta en el proyecto de ley de “reintegración de Donbass tramitado esta semana-Ed], el “ocupante” sigue dando de comer a Ucrania. Rusia se encuentra entre los tres principales inversores de Ucrania. El propio Servicio Estadístico del país ha publicado esas prometedoras estadísticas que demuestran que el volumen de inversiones rusas en la economía ucraniana se encuentra en el pódium.
Así que, Rusia ha invertido en Ucrania hasta 4.4000 millones de dólares, lo que supone el 12% de todas las inversiones. Según los datos, el total de inversiones que ha conseguido Ucrania de más de setenta países asciende a 38.900 millones de dólares. De ellos, la mayor parte de los “donantes” solo lanza migajas, mientras que el “ocupante” se encuentra por delante de Gran Bretaña y Alemania, los verdaderos amigos de la Ucrania de Maidan. Gran Bretaña supone 2.100 millones de dólares en inversiones (5,5%), mientras que las inversiones alemanas ascienden a 1.700 millones (4,5%).
Los patriotas estarán horrorizados al descubrir que, pese a haber quemado sucursales de bancos rusos e impuesto un bloqueo contra las empresas rusas, Ukrzaliznitsa sigue adquiriendo piezas de trenes por la vía checa o que los héroes de ATO se ven obligados a comer carne enlatada de la empresa rusa Mtsenskiy, guiso ruso con cucharas rusas. Los guerreros de la luz del batallón Aidar destinados en la línea del frente fueron los primeros en darse cuenta de esta traición.
“¿Contra quién llevamos cuatro años luchando?”, gritaron los soldados, lanzando los cubiertos desechables de producción rusa.“Si no entienden lo que están viendo, hay que ver que estamos en el cuarto año de guerra con Rusia y el ejército viene con esto a la línea del frente. El 24º Batallón Aidar, que ha luchado con éxito en la primera línea del frente en el arco de Svetlodarsk, cerca de la localidad de Novoluganskoye, recibió de la compañía responsable de suministrar al batallón utensilios desechables, la cantidad de 3.600 cubiertos a coste de 0,18 céntimos la pieza, fabricados en el territorio del país agresor, contra cuyos soldados luchan nuestros chicos”, escribió en Facebook el voluntario Yuriy Misyagin.“¿No se fabrican cubiertos desechables en nuestro país? ¿Ninguna de las fábricas ucranianas puede suministrar al ejército?”, se pregunta el sorprendido voluntario.
Pero todo eso es una anécdota comparado con el agujero que se han encontrado en el bolsillo los voluntarios que recaudan dinero para un periódico en la zona del frente. No ha sido suficiente que tengan que comer con Mtsenskiy, sino que, para promocionar la lengua ucraniana entre la población local, han tenido que ponerse a pedir con la mano abierta. Sin embargo, estos ucranianos no están acostumbrados a pedir, ¿a quién se imaginan? Resulta que el 90% del dinero para la propaganda anti-rusa, el proceso de des-rusificación y de ucranización provienen del agresor.
“Ya terminado de recaudar fondos para el periódico. Amigos, sois los mejores. Gracias a vuestro apoyo, los residentes de las localidades de la zona del frente y los pueblos del este de Ucrania desde Marinka hasta Toretskoye recibirán 35.000 periódicos en su lengua materna ucraniana”, escribió la periodista Anna Dombrovskaya.
Según la periodista, se ha recaudado todo lo necesario para el proyecto en tan solo diez días, eso sí, no sin dificultades, ya que gran parte de las donaciones se han producido en rublos.
“Hemos conseguido recaudar dinero para imprimir periódicos ucranianos en la zona ATO para contrarrestar al propaganda rusa. En octubre imprimiremos 35.000 copias. ¡35.000! Lo más increíble de todo es que el 90% del dinero ha venido de Rusia. Estoy orgulloso de vosotros, amigos. Lo habéis hecho de puta madre. Nuestro país empezó esta mierda y podremos con ello”, escribió el periodista ruso Arkady Babchenko.
Sin embargo, la decepción llegó rápido, ya que el dinero para la publicación de medios ucranianos en Donbass fue enviado por trabajadores de Galicia que trabajan en la construcción en la región de Moscú. Es comprensible, si están luchando por Ucrania, no hacen la competencia para el trabajo en la construcción y en las fábricas del “país agresor”.
https://es.news-front.info/2017/10/14/contra-quien-llevamos-cuatro-anos-luchando/
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