En 2014, Arabia Saudí decidió bajar el precio del petróleo a fin de perjudicar a Irán y Rusia por su apoyo a Siria y, al mismo tiempo, asestar un duro golpe a la industria de petróleo de esquisto estadounidense.
Sin embargo, y sin sorpresas, tal juego irresponsable ha tenido un efecto de boomerang al volverse contra Arabia Saudí y su pueblo, señaló el politólogo ruso Petr Lvov a Sputnik.
“Ellos (la familia real saudí) han decidido que estaban totalmente en medida de castigar a Moscú por su apoyo persistente al pueblo sirio y su esfuerzo para desarrollar sus relaciones bilaterales con Irán, e incluso Iraq, estados que podrían formar, según los saudíes, un arco shií capaz desafiar al mundo wahabí e incluso poner fin a la tiranía de la Casa de Al Saúd”, señala Lvov en un artículo para la revista Perfil del Nuevo Oriente del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia.
“Aunque Rusia se ha visto afectada por la caída de los precios del petróleo, ha mantenido “la cabeza alta” y ha demostrado que puede resistir más que Arabia Saudí, que no tiene nada más que sus hidrocarburos y que depende completamente de la mano de obra barata de Asia”, señala el experto.
Lvov indica que en 2016 Riad hace frente a una fuerte caída de ingresos y es incapaz de pagar a los trabajadores extranjeros. Otras monarquías del Golfo Pérsico que dependen también del petróleo están ahora sufriendo la misma situación que Arabia Saudí.
Por su parte, el analista político norteamericano Phil Butler ha señalado que la industria petrolífera saudí podría venirse abajo. Según él, hay signos claros de que las reservas saudíes pueden estar agotándose. Él señala, por ejemplo que el campo de petróleo de Gawar, que contiene el mayor yacimiento de petróleo del país, se está agotando aparentemente tras 65 años de producción continua.
Butler señala que los precios bajos y el agotamiento del petróleo van a convertir a Arabia Saudí en “un estado tercermundista, casi medieval”.
Para complicar las cosas, Irán va a volver al escenario de la producción mundial, lo que hará más difícil a los saudíes manipular los precios del crudo.
“Teherán, tras el levantamiento de las sanciones, va a luchar por su parte del mercado y aumentar su tasa de producción y sus exportaciones. Con los mercados internacionales ya saturados, los expertos temen que esto lleve a una mayor caída de los precios”.
Así pues, Arabia Saudí ya no puede permitirse continuar con su política de mantener los precios bajos. El problema es que ya no cuenta con los instrumentos para influir decisivamente en los mismos.
http://www.almanar.com.lb/spanish/adetails.php?eid=123110&cid=23&fromval=1&frid=23&seccatid=103&s1=1
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